Fernando Aramburu: «Vemos escenas en Alepo o Bagdad que parecen sacadas del "Guernica"»
El escritor afirma que su valor actual es «el de la perenne advertencia» y que emplea el cuadro de Picasso como modelo para su literatura
El «Guernica» nació como protesta contra la barbarie de la guerra, en el contexto de la Guerra Civil española, pero a lo largo de los años ha sumado muchos significados y gran peso simbólico. ¿Y hoy? Fernando Aramburu, autor de «Patria» (Tusquets), entabla la conversación sobre el «Guernica» desde algunos vínculos personales e indaga en los significados que el cuadro ha tenido para su generación y para los españoles a lo largo de la historia. En un hotel madrileño, nos cuenta también por qué este lienzo le atrae tanto y le parece tan importante para pensar en su literatura, en la literatura.
-¿Siguió alguna de las polémicas, entre el Prado y el Reina Sofía, o las peticiones del Gobierno vasco o el Ayuntamiento de Guernica para exponerlo allí?
-No me interesan nada. Pero hay un asunto que me hace mucha gracia, que tiene que ver conmigo. Algunos me reprochan que yo he escrito sobre el País Vasco habiendo vivido lejos. Picasso jamás estuvo en Guernica. Con el discurso propiamente político entramos en esferas de simplicidad.
-¿Hay algo en la historia de la creación del cuadro que le llame la atención?
-Creo que lo pintó en poco más de un mes, en una especie de trance, y que hubo que quitárselo porque si no habría seguido toda su vida. Más allá de la anécdota, muestra el enorme corazón que puso en esta obra por más que fuera de encargo.
-Pero cambió la historia de la pintura, es un hito.
«Basta ver una esquinita para saber de qué cuadro estamos hablando»
-Es un icono del siglo XX, suscita lectura política. He leído interpretaciones como la de Juan Larrea, de tipo simbolista. Pero a mí nunca me preocupó eso, desentrañar la carga simbólica del caballo. El cuadro, entendido en su literalidad, el caballo como caballo, el toro como toro, sigue siendo significativo. Está tan dentro de todos nosotros que basta ver una esquinita para saber de qué cuadro estamos hablando.
-Lo más actual sigue siendo su carga de advertencia.
-Sí, yo postulo esa tesis. Vemos todos los días escenas de guerra y destrucción en Alepo, Siria o Bagdad que parecen sacadas directamente del cuadro.