El Triángulo de Oro del Arte reluce de nuevo

La esencia del Prado, un antídoto para los «yonquis» de este museo

Casi tres meses después, reabre mañana con un montaje único: 250 obras maestras, como nunca se vieron antes

La sala XII del Prado, presidida por «Las Meninas», acoge 25 cuadros de Velázquez, entre ellos un retablo con cinco bufones MAYA BALANYÁ | Vídeo: DAVID DEL RÍO

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¡Cuánto lo hemos echado de menos! Quienes, por trabajo, tenemos el privilegio de visitar, casi semanalmente, este museo somos parte de esos «yonquis del Prado» de los que ayer hablaba su director, Miguel Falomir : hemos pasado confinados el «mono» de estar casi tres meses sin pisarlo (el 11 de marzo para ser exactos). Tras la Guerra Civil, ha sido el mayor periodo de puertas cerradas de la pinacotec. Fantaseando sobre qué habrán hecho los protagonistas de los cuadros durante esta larga cuarentena, imaginamos qué bacanales habrán montado los dioses y diosas del Olimpo, dando rienda suelta a sus pasiones. Si esas paredes hablaran...

«El triunfo de la muerte», de Bruegel el Viejo MAYA BALANYÁ

Mañana, al igual que el Reina Sofía y el Thyssen , el Prado reabre con un fin de semana de puertas abiertas . Los lemas elegidos por los museos para recibir de nuevo a los visitantes son auténticas declaraciones de amor: «Reencuentro» (Prado), «Ahora, el Thyssen para ti. De nuevo contigo» (Thyssen), «ElReinaEsTuCasa» (Reina Sofía). De momento, el reencuentro del Prado con los visitantes vendrá condicionado por una serie de normas. Es un museo diferente al que cerró el 12 de marzo. Para evitar las colas en taquilla y a las puertas del museo, será imprescindible la compra de las entradas en la web del museo , al menos con 24 horas de antelación, incluso para los horarios gratuitos, eligiendo día y hora (hay tramos cada media hora). Su precio se reduce a la mitad: la entrada general, de 15 a 7,5 euros y la reducida, de 7,5 a 3,75 euros.

«Los borrachos» y «Las Hilanderas», en la sala XII del museo ABC

Y es que solo una quinta parte de la colección que se mostraba será visitable: 250 obras. La reducción del personal del Prado que no ha podido reincorporarse aún por distintos motivos no permitía abrir más espacios. El aforo se reduce a un tercio: un máximo de 1.800 personas diariamente . Cada uno de los espacios tendrá su propio aforamiento. Es una de las pocas ventajas de la era post-Covid: las visitas tendrán mayor calidad. ¿Será el adiós definitivo a los museos masificados ?

El imponente «Cristo« de Velázquez MAYA BALANYÁ

Los responsables del Prado han querido hacer un regalo muy especial al público. Hasta el 13 de septiembre podremos disfrutar –eso sí, tras pasar un control de temperatura, embadurnarnos las manos con gel hidroalcohólico y sin quitarnos la mascarilla, en grupos de cinco personas como máximo y disfrutando de un aire de máxima calidad , como el de los hospitales– de un montaje único, que evoca la museografía del siglo XIX. Un híbrido entre colección permanente y exposición temporal en la galería central y las salas adyacentes, con 250 de sus obras maestras, la esencia del Prado. Para ello ha habido que mover y reubicar 190 cuadros . Hay reencuentros únicos en este inédito recorrido. La entrada será por la puerta alta de Goya. La salida, por la de Murillo.

Panorámica de la Galería Central del Prado MAYA BALANYÁ

La antesala de la Galería Central se ha convertido en una especie de capilla en la que resulta imposible no emocionarse . Las gafas se empañan aún más. Difícil ver reunidos en ningún museo del mundo, en tan pocos metros cuadrados, tanta emoción, tanta belleza : «La Anunciación» de Fra Angelico, el «Descendimiento» de Van der Weyden (cuyas figuras arremolinadas no pasarían hoy el distanciamiento social), el sobrecogedor «Cristo muerto sostenido por un ángel» de Antonello da Messina -siempre al borde de las lágrimas al contemplarlo-, «El tránsito de la Virgen» de Mantegna, «La Anunciación» de Campin, y «Adán» y «Eva» de Durero. Si no sales con síndrome de Stendhal , es que no corre sangre por tus venas.

«La Familia de Carlos IV» de Goya MAYA BALANYÁ

El recorrido está plagado de guiños, como las imágenes del XIX tomadas gracias al grafoscopio de Laurent . Flanquean la entrada a la Galería Central los magníficos autorretratos de Durero y Tiziano . Ya en ella, las dos versiones de «Saturno devorando a su hijo», de Goya y Rubens, juntas, a cuál más brutal. Se incorporan dos Boscos: «La Adoración de los Magos» y «La Mesa de los pecados capitales». El «Noli me tangere» de Correggio, junto a «El paso de la laguna Estigia» de Patinir y «El triunfo de la muerte», de Bruegel el Viejo , con la muerte triunfante a lomos de un caballo. Imposible no recordar los más de 27.000 muertos por coronavirus en nuestro país. Como un aperitivo del futuro Salón de Reinos (cuyas obras siguen sin empezar), «Las Lanzas» de Velázquez se incluye entre los retratos ecuestres del duque de Lerma y el cardenal infante don Fernando.

«El cardenal«, de Rafael MAYA BALANYÁ

En la sala XII , el sancta sanctorum del Prado, hay nuevos inquilinos . Como «Las Hilanderas» (aún habrá que esperar a ver el cuadro en versión original, sin los añadidos), que se exhiben por vez primera junto a «Las Meninas» al menos desde 1929. También se ha hecho hueco a «Los borrachos» y a un genial retablo con cinco bufones. En total, 25 Velázquez en la sala. ¿Alguien da más? En una sala protagonizada por El Greco (donde se mide con Sánchez Coello, Antonio Moro, Sofonisba Anguissola o Artemisia Gentileschi) cuelga una genial galería de sus retratos masculinos, entre ellos «El caballero de la mano en el pecho». Las Majas de Goya, junto a un melancólico Jovellanos , retratado por el aragonés, que recuerda cómo nos hemos quedado de mustios tras el confinamiento.

El director del Prado, Miguel Falomir, ante los dos brutales «Saturno devorando a su hijo«, de Rubens (izquierda) y Goya MAYA BALANYÁ

Al fondo de la Galería Central, en la sala circular donde cuelga habitualmente «La Familia de Carlos IV» de Goya , se incorporan dos invitados de excepción, del mismo artista: «La carga de los mamelucos» y «Los fusilamientos del 3 de mayo», ambos con cicatrices por sus heridas de guerra. Su célebre «Perro semihundido» se mide con obras de otros artistas del XIX. Resulta más enigmático en las salas de las pinturas negras . La «Inmaculada» de Tiepolo despide a los visitantes. Quedan fuera obras como «El Jardín de las Delicias» del Bosco (una pintura de conversación, sin nadie que que converse ante ella), que no se ha movido por su gran fragilidad, y el «Duelo a garrotazos», de Goya, que tanto recuerda al Congreso de los Diputados estos días.

Sobrecogedor «Descendimiento», de Van der Weyden MAYA BALANYÁ

La rueda de prensa de presentación del proyecto (presencial, pero también estaba disponible en «streaming») despertó un gran interés de los medios internacionles . Para Miguel Falomir, visitar este nuevo montaje «será una experiencia absolutamente inolvidable , con diálogos memorables; un antídoto efectivo para los yonquis del Prado. Un reencuentro especial, nunca visto antes y que probablemente no se verá nunca más». Durante los casi tres meses que ha estado cerrado, el Prado ha sufrido una pérdida de 7 millones de euros . Y se prevé que esa cifra alcance los 20 millones al acabar el año. Resulta muy difícil de asumir para un museo cuya autofinanciación ronda el 70%. «La solución no es fácil. El turismo tardará, pero volverá a los museos. A lo mejor en el futuro se impone cierto aforamiento permanente».

«La Familia de Carlos IV», de Goya (izquierda), junto a «Los fusilamientos del 3 de mayo» MUSEO DEL PRADO

Este verano se notará especialmente la bajada de turistas norteamericanos y coreanos. Pero subraya la colaboración y solidaridad entre los grandes museos del mundo: «O salimos todos los museos juntos de esto o no sale ninguno» . De momento, el museo mantiene sus compromisos de préstamos con la prórroga de los mismos (obras de Tiziano en Londres, de Rafael en Roma...) La exposición «Invitadas», una de las apuestas del Prado para este año, se ha aplazado hasta principios de octubre. Las «Poesías» de Tiziano, que han perdido una de las cuatro sedes (Edimburgo), llegarán en marzo de 2021.

Javier Solana (izquierda) y Miguel Falomir, en la sala XII del Prado MUSEO DEL PRADO

El presidente del Patronato del Prado, Javier Solana, venció al coronavirus . Es una de las tres personas del museo que estuvieron hospitalizadas. Ha habido que lamentar un fallecimiento, el del jefe del servicio económico. Aunque no le gusta mucho recordar aquellos días, Solana confiesa que llegó al hospital en el pico de la pandemia: « La situación era dramática . Prefiero no rememorarlo. La vida me ha dado un tramo más. Quiero mirar hacia adelante y seguir trabajando por el Prado». Advierte que, en principio, siguen en marcha todos los proyectos del museo, como el Salón de Reinos , aunque quizá «tengan un desarrollo temporal distinto». Confía en que se movilicen los recursos necesarios y que Cultura mantenga la financiación pactada. El Prado recibe una aportación estatal anual de casi 16 millones de euros. Su presupuesto asciende a 45 millones.

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