El director del Guggenheim Bilbao: «Exponer el Guernica es un sueño, una asignatura pendiente»
Juan Ignacio Vidarte considera «un error» que no pudieran acoger la obra de Picasso en la inauguración de 1996

«Uno de los sueños o una de las partes de ese sueño que no se han cubierto en estos 20 años y que no sé si se cubrirá en los próximos 20, pero que para mí lo sigue siendo, es que en algún momento el museo pudiera exponer el Guernica de Picasso ». La confesión es de Juan Ignacio Vidarte, director general de Guggenheim Bilbao , quien ha reconocido que no se trata de «un proyecto» o «una iniciativa», sino de eso, «un sueño». «Para el museo siempre será un asignatura pendiente», ha reconocido.
Vidarte ha protagonizado esta mañana un desayuno informativo en Bilbao organizado por Fórum Nueva Economía, en el que se la preguntado por la exposición que desearía que albergara la pinacoteca vasca cuando está próximo a celebrar sus primeros 20 años de existencia, y ha reconocido que más que una exposición es una obra, el Guernica, la que viene a representar una espina todavía clavada. Se enmarcaría, ha descrito, dentro de «una gran exposición en torno a la obra de ese artista», de carácter «temporal», que albergaría « una de las grandes referencias del arte del siglo XX », en una institución, el Guggenheim bilbaíno, que a su vez se ha convertido en una «referencia en Europa».
En cualquier caso, ha querido precisar que no hay nada en marcha, ni mucho menos contactos con el Reina Sofía. «No hay nada más allá. Simplemente estoy expresando un deseo. En estos momentos no hay ningún contacto y no los ha habido en los últimos años. Es una aspiración no cubierta y que creo que está muy fundamentada, y lo estaba en el año 1996, estamos hablando de hace ya 20 años, cuando se hicieron aquellas gestiones que desgraciadamente se frustraron».
Vidarte ha sido muy franco en este punto: « Creo que fue un error, hubiera sido un gran gesto y un momento muy especial si el Guernica hubiera estado presente en la inauguración del museo. Se nos acusó de que estábamos pidiendo el Guernica porque no teníamos confianza en que el museo no tuviera suficiente capacidad de desarrollar un proyecto autónomo. No era para nada así. Fue una oportunidad perdida en aquel momento pero que en algún momento se podrá retomar. Estoy seguro», ha expresado.
Se ha mostrado menos claro, por una cuestión de plazos y de procedimientos del museo, a la hora de precisar cómo se organizará la celebración de las dos primeras décadas de vida del Guggenheim, que arrancará este otoño. Ha indicado que «todavía» no puede «adelantar» cómo se pondrá en valor, pero sí ha apuntado que su deseo es que « en esa celebración el refuerzo de la programación esté presente . Va a tener una programación importante que va a permitr que el museo celebre y la ciudad celebre con el museo sus 20 años».
Esfuerzo inversor
Una programación, en la que han volcado «un enfoque nuevo y una mirada renovadora», que constituye el «núcleo esencial» del museo, al tiempo que su colección propia, con 130 obras, es su gran activo. Obras que supusieron una inversión de 110 millones de euros y que, de acuerdo con la última valoración, efectuada el año pasado, se han revalorizado durante estas dos décadas en algo más de siete veces . Aunque «lo más importante», ha precisado Vidarte, es que «se haya convertido en una obra de referencia».
El director de Guggenheim Bilbao ha afirmado que se han «cumplido los objetivos» con los que nació la institución y que están «pletóricos de salud», pero que mantienen la «ambición» y que esta les impide caer en la «complacencia». Aunque optimista de cara al horizonte que tiene ante sí la pinacoteca, ha recordado que la programación es «la columna vertebral y la mejor garantía de futuro», por lo que ha pedido «retomar el esfuerzo inversor» , y también que se mantiene el «problema» de lograr un espacio adicional. El proyecto de Urdaibai está aparcado, pero este es un punto, ha hecho hincapié, que «tendrá que ser resuelto», ha alertado, «si queremos seguir disfrutando de la posición de liderazgo entre las instituciones museísticas del mundo».
Vidarte no ha eludido la siempre espinosa cuestión de las ayudas públicas, que para el Guggenheim bilbaíno suponen una tercera parte de su sostenibilidad. ¿Considera que esas ayudas son suficientes? «Siempre piensas que algo más sería mejor, pero lo importante es que se mantenga», ha admitido. «Con la crisis existe la tentación lógica de que el apoyo a la cultura decaiga para mantener necesidades más prioritarias. Es entendible, pero es bueno que no se consolide », ha advertido, al tiempo que el museo debe «poner algo de su parte» y volcar la mayoría de la financiación en potenciar la programación.
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