Un cuádruple aniversario recuerda a los protagonistas de la modernidad vienesa
La capital austriaca conmemora este año por todo lo alto el centenario de las muertes de Gustav Klimt, Egon Schiele, Otto Wagner y Koloman Moser
Viena, 1900 . La capital del Imperio Austrohúngaro, con Francisco José I a la cabeza, lo era también de la cultura de Europa central. Una ciudad cosmopolita que rebosaba modernidad, creatividad y libertad . Su población había pasado entre 1870 y 1910 de 900.000 a dos millones de habitantes. La Ringstrasse, arteria principal de la ciudad, comenzó a engalanarse con monumentales edificios (palacios ocupados por banqueros y empresarios, muchos de ellos judíos; el Ayuntamiento, el Parlamento, la Bolsa, la Universidad, la Ópera, el Burgtheater, museos...), creados arquitectos como Adolf Loos, Josef Hoffmann, Joseph Maria Olbrich y Otto Wagner, quien recibe el encargo de construir una línea ferroviaria de 45 kilómetros.
Cafés como el Griensteidi, el Central o el Museum congregaban en animadas tertulias a lo más granado de la intelectualidad de la época: pintores como Gustav Klimt, músicos como Arnold Schönberg y Gustav Mahler , escritores como Karl Kraus y Peter Altenberg, filósofos como Ludwig Wittgenstein... La mujer comienza a emanciparse gracias a un grupo de pioneras: Marie Lang, Rosa Mayreder, Trude Fleichsmann, Grete Wiesenthal, Hedy Kiesler, Lina Loos, Gina Kaus, Berta Zuckerhandt o Alma Mahler, musa y amante de Gustav Mahler, Kokoschka, Gropius, Werfel... Pese a que el sexo era tabú y estar perseguida la homosexualidad, ésta campa a sus anchas en la Viena de la época, donde la prostitución formaba parte de la vida de la ciudad e imperaba la doble moral . Y el psicoanálisis recuesta a los vieneses en el diván de Sigmund Freud para que éste interprete sus sueños.
Nace la Secesión
Son muchos los protagonistas que conformaron la Era Moderna en Viena, pero casualmente este año se conmemora el centenario de la muerte de cuatro de ellos: los pintores Gustav Klimt y Egon Schiele , el arquitecto y urbanista Otto Wagner y el diseñador Koloman Moser . Viena celebra por todo lo alto esta cuádruple efeméride con numerosas exposiciones y actividades, que se extenderán durante todo 2018.
En respuesta al anticuado y conservador arte de su tiempo, Klimt y un grupo de artistas fundaron en 1897 una asociación de artistas, bautizada como la Secesión . El objetivo del grupo, cuyo primer presidente fue Klimt, era conseguir la obra de arte total y la incorporación del arte a todas las facetas de la vida. Creían que la artesanía y las artes aplicadas estaban al mismo nivel que la pintura y la escultura. Su estilo se caracteriza, primero por líneas curvas y motivos florales , más tarde por formas geométricas sencillas. Como sede, Olbrich construyó una sala de exposiciones que sigue siendo hoy un símbolo del movimiento. En la puerta de entrada de este archiconocido edificio, con su cúpula dorada, reza el lema: «A cada tiempo su arte, a cada arte su libertad» . Toda una declaración de intenciones. El sótano alberga una obra maestra de Klimt:el «Friso Beethoven», una reinterpretación de la 9 Sinfonía de Beethoven, de 34 metros y creada en 1902.
Otto Wagner (1841-1918) , catedrático de Arquitectura de la Academia de Bellas Artes, es autor de las estaciones del tren metropolitano de Viena y creó edificios tan icónicos como la Caja Postal de Ahorros en Viena o la primera iglesia moderna de Europa, San Leopoldo, en Steinhof. Su arquitectura se caracteriza especialmente por el uso de ornamentos: chapados de oro, elementos florales, estuco de colores, azulejos, vidrio, apliques de metal... Falleció de una infección de erisipela.
Gustav Klimt (1862-1918) está considerado el padre del modernismo vienés. Su obra «El beso», tesoro del Belvedere, es una de la pinturas más conocidas y todo un icono. Sus cuadros florales y dorados alcanzan hoy cifras multimillonarias: su «Retrato de Adele Bloch Bauer I» se vendió por 135 millones de dólares. Fundó al comienzo de su carrera una compañía de artistas con su hermano Ernst y Franz Matsch, quienes decoraron la escalinata del Kunsthistorisches Museum de Viena, y retrató a la alta sociedad vienesa. Falleció a causa de una embolia.
Egon Schiele (1890-1918). Figura más representativa, junto a Oskar Kokoschka, del expresionismo austriaco, retrata seres deformados, grotescos. Su obra más famosa, el «Retrato de Wally Neuzil». Ingresó en la cárcel y contó con la protección de Klimt y el mecenazgo del oftalmólogo y coleccionista Rudolf Leopold. Él y su mujer, Elisabeth, fudaron en Viena el Museo Leopold, que atesora más de 40 pinturas y 190 obras sobre papel de Schiele. Murió a los 28 años a causa de la gripe española.
Koloman Moser (1868-1918) fue pintor, diseñador gráfico, interiorista y profesor en la Escuela Vienesa de Artes Aplicadas. Diseñó desde exposiciones hasta libros, papeles pintados, carteles, muebles, vidrieras... Son célebres sus ornamentos florales curvilíneos. Fue uno de los fundadores de los Talleres Vieneses en 1903, junto con Josef Hoffmann y el industrial Fritz Waerndorfer. El objetivo de estos Talleres, ennoblecer la vida diaria con objetos de alta calidad: muebles, joyas, moda... Murió de un cáncer de laringe. Debido a las guerras mundiales, la modernidad vienesa cayó en el olvido. No fue rescatada hasta 1985.