El Consejo de Ministros da luz verde al alquiler de la Colección Carmen Thyssen

Aprobado el real decreto que permite el acuerdo por el que el Estado pagará 6,5 millones anuales durante 15 años por 329 obras

Carmen Thyssen, en las salas del Museo Thyssen donde se exhibe su colección JOSÉ RAMÓN LADRA

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No apto para supersticiosos . Hay que tener arrestos para elegir un martes y 13 como el día que el Consejo de Ministros aprobaba el real decreto por el que se da luz verde al contrato de arrendamiento de 329 obras de la Colección Carmen Thyssen . Por los pelos no se suma Miquel Iceta a la lista de ministros de Cultura con que la baronesa ha ido negociando el futuro de su colección desde hace más de dos décadas: Mariano Rajoy, Pilar del Castillo, Carmen Calvo, César Antonio Molina, Ángeles González-Sinde, José Ignacio Wert, Íñigo Méndez de Vigo, José Guirao y José Manuel Rodríguez Uribes, quien puede al menos apuntarse el tanto.

Han pasado cinco meses y medio, y tres prórrogas , desde que la baronesa y Uribes rubricaran (brindis incluido), tras un almuerzo en casa de la coleccionista en Madrid, el protocolo de intenciones para el arrendamiento de su colección al Estado español, por 15 años con derecho a compra y un precio de 6,5 millones de euros anuales . Atrás quedaron los desacuerdos entre la baronesa y sus abogados (Ángel Acebes y José María Michavila), por un lado, y su hijo Borja y el abogado de este, Pedro Mejías, por otro, que llevaron a la baronesa a afirmar en una entrevista en ABC: «Mientras yo viva no se hereda nada, no habrá reparto de mi colección». La sangre no llegó finalmente al río y madre e hijo sellaron la paz.

Ambos firmarán el contrato en calidad de titulares de las obras. Son los beneficiarios de las dos sociedades con sede en Andorra que figuran como propietarias de las obras (antes eran más las sociedades y se hallaban en paraísos fiscales). Eso sí, aunque en un principio estaba previsto que las obras que se quedará Borja Thyssen en el reparto (ya elegidas; entre ellas, ‘Los segadores’, de Picasso ) tuvieran una cartela con su nombre, se ha optado por que todas tengan una única cartela: ‘Colección Carmen Thyssen’. Lo explica la baronesa: «Aunque yo haga lo que tenga que hacer con mis herederos, es la Colección Carmen Thyssen, es una marca. Los cuadros se le pasarán a Borja en el momento oportuno». ¿Sus hijas ( las mellizas Sabina y Carmen , que este mes cumplen 15 años) heredarán cuando sean mayores de edad? «Las cosas se irán haciendo sobre la marcha. Las niñas son divinas, legítimas, y tienen lo suyo también, naturalmente. Todos contentos. Estoy llegando a conseguir la paz en la familia ».

Carmen Thyssen, en el lugar donde colgará 'Mata Mua' de Gauguin, estrella de su colección JOSÉ RAMÓN LADRA

La exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo era la encargada de convencer a Hacienda para que no le computaran a Tita como días vividos en España los que pasa aquí por asuntos sobre su colección y sus museos. Tampoco a Borja. Residentes ambos en Andorra, no pueden pasar en España más de 183 días a efectos tributarios. Con Calvo y Uribes fuera del Gobierno, quedaba la duda de si este asunto quedó arreglado. Ángel Acebes confirma que sí: «No había tanto que arreglar. La ley de IRPF actual recoge que los días que uno dedique a la cultura, al patrimonio español, no se contabilizarán como días de residencia en España. Lo único que hemos pedido siempre es una aclaración, que se concretase, que sea efectivo. Que no les cuenten los días de Patronato, de inauguración de exposiciones... Pero esto vale para cualquier ciudadano».

Los 6,5 millones de euros se abonarán anualmente . El real decreto aprobado hoy entrará en vigor mañana mismo, con su publicación en el BOE, por lo que la firma del contrato se podría hacer efectiva en cualquier momento. La preceptiva convalidación en el Parlamento podría ser posterior. Pero, debido a unos trámites burocráticos del Gobierno, el acuerdo podría firmarse la próxima semana. La aprobación del Patronato de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza quizás sea horas antes de la firma.

Una incógnita es si el ‘Mata Mua’ estará ese mismo día en el Museo Thyssen o saldrá días después del búnker de la baronesa en Andorra rumbo a España. «Necesitaremos tres o cuatro días para hacer el traslado, porque conlleva seguros, transporte, seguridad...», apunta Acebes. De momento, le espera un lugar de honor en las salas dedicadas a la Colección Carmen Thyssen, junto a ocho lienzos, una cerámica y un dibujo de Gauguin. A falta de sorpresas de última hora, no se incorporará ‘El ‘Martha McKeen’ de Wellfleet’, de Hopper , que salió del préstamo junto a un lienzo de Monet y un pastel de Degas, que podrían haber sido vendidos.

La baronesa, a la entrada de las salas que acogen su colección JOSÉ RAMÓN LADRA

Como ya adelantó ABC, finalmente no serán 425 sino 329 las obras alquiladas –salen las que estaban en almacenes; especialmente la pintura catalana, que irá al museo de Sant Feliu de Guíxols–, valoradas en el mercado en unos 1.300 millones de euros . De ellas, solo 179 se exhiben en las salas 41-48 de la planta baja del Museo Thyssen (mil metros cuadrados), de las que han sido desalojadas las pinturas del siglo XX. La Colección Carmen Thyssen se exhibirá, salvo puntuales excepciones, separada de la histórica Colección Thyssen-Bornemisza, adquirida en 1993 por el Estado español por 350 millones de dólares.

Se accede a las salas de la Colección Carmen Thyssen desde el vestíbulo del museo. A la entrada, un fragmento del ‘Mata Mua’. Se han ‘cegado’ 18 ventanas. En una vitrina, un espectacular diamante, ‘Estrella de la paz’ , que Tita exhibe fuera del alquiler. Los cuatro mármoles de Rodin que estaban en el vestíbulo de la pinacoteca se incorporan a las salas. También, tres cuadros (de Picabia, Estes y Opie), prestados por Borja Thyssen . No forman parte del acuerdo.

Las 329 obras del alquiler estarán aseguradas con la garantía del Estado . Esta era una de las reclamaciones de la baronesa y la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. En el contrato se especificará que la baronesa puede sacar tres cuadros del alquiler para disponer de ellos. Ya los ha elegido, pero no suelta prenda de cuáles son. Acebes tampoco. ¿Los sacará para venderlos? «Podría ser. Yo me he arruinado coleccionando para museos españoles». Sobre el proyecto de crear un Museo Carmen Thyssen en Alicante , dice que «no es el momento. Pero cualquier museo que quiera contar con mi colaboración, puede hacerlo». Esta mañana hablaron la baronesa y Miquel Iceta para felicitarse por «un día histórico» . «Estoy muy satisfecha, porque se ha comprendido el gran esfuerzo que he hecho todos estos años. Creo en mi país –dice Carmen Thyssen–. Borja y yo nos hemos llamado esta mañana varias veces. Está en Suiza. También está muy feliz». ¿Qué le parece el nuevo ministro? «Encantador, amable y con mucho prestigio».

Carmen Thyssen, en las salas del Museo Thyssen donde se exhibe su colección

Historia de un acuerdo de nunca acabar

Todo comenzó en 1999 , siendo Mariano Rajoy ministro de Cultura, cuando se firmó un protocolo de intenciones de préstamo temporal gratuito al Estado español por 11 años renovables de 655 obras (317 internacionales y 338 españolas) de la Colección Carmen Thyssen. El acuerdo fu e suscrito el 15 de febrero de 2002 . Tras el vencimiento del préstamo por once años, desde entonces se ha ido renovando con prórrogas anuales, de seis meses, de tres y hasta de uno . Con los años la intención de Carmen Thyssen con su colección ha cambiado una y otra vez: venta, alquiler, prórroga del préstamo gratuito, salida de España...

Carmen Thyssen, en las salas del Museo Thyssen donde se exhibe su colección

En todos estos años el préstamo pasó de 655 obras a 425 (sobre todo, se mantuvo la colección internacional), de las cuales unas 250 se exhibían en el Museo Thyssen: la baronesa sacó del préstamo las obras andaluzas, que llevó a su museo en Málaga, y las de arte catalán, que expuso en Sant Feliu de Guíxols, donde ha proyectado otro museo con su nombre. Ha vendido, que sepamos, dos obras de su colección. La de «Escena callejera de París, otoño», de Childe Hassam , a un coleccionista privado pasó desapercibida. Fue muy sonada, en cambio, la venta de «La esclusa», de Constable , una de las joyas de la colección. Fue subastada en Christie’s de Londres en 2012 por 27,9 millones de euros. Dijo la baronesa que lo hacía porque necesitaba liquidez. La operación provocó que Norman Rosenthal dimitiera como patrono de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza.

Por otro motivo distinto, salieron también de la colección «Mujer con dos niños junto a una fuente», de Goya, y «El bautismo de Cristo», de Corrado Giaquinto , que reclamaba su hijo, Borja, de su propiedad. Pese a la subasta del Constable y haber vendido Villa Favorita en Lugano por unos 60 millones de euros, nunca ha escondido la baronesa que tiene muchísimos gastos y anda necesitada de liquidez. Primero se especuló con que podría vender el «Mata Mua», de Gauguin, la estrella de su colección («No lo sé, depende; no quiero hacerlo»); después, «Caballos de carreras en un paisaje», de Degas («Es uno de los cuadros más bonitos y que más quiero, pero prefiero sacrificarlo antes que el «Mata Mua». Tengo ofertas de fuera de España»)...

Carmen Thyssen, en las salas del Museo Thyssen donde se exhibe su colección

El Estado adquirió dos edificios anexos al Palacio de Villahermosa (los números 19 y 21 de la calle marqués de Cubas) para ampliar el Museo Thyssen y albergar tanto la Colección del barón Thyssen, propiedad del Estado español desde 1993 (se adquirieron 775 obras por 350 millones de dólares ), como la de la baronesa. El proyecto lo ejecutaron los arquitectos Manuel Baquero y el estudio BOPBAA. Se ganaron más de 8.000 metros cuadrados. Costó 38 millones de euros. La baronesa quería unir ambas colecciones, pero finalmente el Ministerio decidió que se mostrasen por separado, como así ocurre actualmente. Pero ella descarta que la ampliación se hiciera para acoger su colección: «El museo necesitaba espacio para actividades educativas, exposiciones temporales, oficinas...»

Sin contar a Miquel Iceta, que se lo ha encontrado hecho en su aterrizaje en el Ministerio, han sido necesarios diez ministros de Cultura (nueve, si exceptuamos a Máximo Huerta , al que no le dio tiempo de nada) para lidiar con Carmen Thyssen en las negociaciones de su colección: Mariano Rajoy, Pilar del Castillo, Carmen Calvo, César Antonio Molina, Ángeles González-Sinde, José Ignacio Wert, Íñigo Méndez de Vigo, José Guirao y José Manuel Rodríguez Uribes. Con unos tuvo más sintonía que con otros, pero con todos ellos han sido muy difíciles las negociaciones. En el caso de Sinde, la sintonía fue inexistente. La exministra acusaba a Tita de chantajear a los españoles, de tener al Estado como rehén, de carecer de sentido público. La baronesa le respondía tajante en ABC: «No he chantajeado a nadie en mi vida. La palabra chantaje no está en mi vocabulario ni en mi forma de ser. No tengo por qué chantajear. Son mis cuadros. ¡Ya está bien!» El acuerdo pondrá fin a esta historia que se antojaba interminable .

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