La Catedral de Burgos dejará de ser Patrimonio de la Humanidad si se cambian las puertas

El embajador en la Unesco advierte de que se perderá la catalogación si se colocan unas puertas de bronce

Proyecto de Antonio López para las puertas de la fachada de Santa María ABC

Pedro Sedano

El embajador permanente de España ante la Unesco, Juan Andrés Perelló , asegura que la Catedral de Burgos perderá su catalogación de Patrimonio de la Humanidad si se cambian las puertas de madera de la fachada de Santa María por otras de bronce autor de Antonio López . En declaraciones a la Cadena SER en Burgos, Perelló señaló ayer que «el Centro Mundial de Patrimonio e Icomos, su organismo consultor, no van a dar el visto bueno al cambio de puertas y, si persisten en hacerlo, Unesco retirará en el primer Comité de Patrimonio que celebre a partir de ese momento la catalogación de la Catedral de Burgos».

El Ayuntamiento de Burgos, que debe conceder la preceptiva licencia para esta actuación, aprobó el viernes una moción -propuesta por el PP y Vox y apoyada por Ciudadanos- para no oponerse, aunque con un matiz que llevó al alcalde socialista a fijar la abstención de su grupo, que es que se concederá la licencia si cuenta con todos los informes favorables, fundamentalmente de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León y, de lo contrario, se denegará.

El Cabildo de la Catedral encargó a Antonio López el diseño de unas nuevas puertas de bronce para la entrada Real, en la fachada de Santa María, que este año es la Puerta del Perdón, al declarar el Papa Francisco Año Jubilar, con motivo del octavo centenario de la colocación de la primera piedra del templo, el 21 de julio de 1221. Sustituirían a las actuales, del siglo XVIII y, según los expertos que aconsejaron el encargo, sin especial valor artístico.

Meses más tarde, cuando ya se había conocido el diseño de las nuevas puertas, que sustituirían a las de madera, comenzó una fuerte contestación, iniciada por el pintor Juan Vallejo , que ha logrado reunir cerca de 65.000 firmas en la plataforma 'change.org', mientras dos iniciativas a favor en la misma plataforma apenas han reunido unos centenares de apoyos.

Solo unos pocos meses después de su toma de posesión el pasado 5 de diciembre, el nuevo arzobispo de Burgos, Mario Iceta , decidió abrir conversaciones con Unesco y su organismo consultor en materia de patrimonio, Icomos, que ya había expresado por escrito dudas respecto a lo acertado del proyecto. El arzobispo dejó en suspenso hace unas semanas la colocación de las puertas, a la espera de recibir el parabién de los organismos internacionales de patrimonio y de la Junta de Castilla y León, cuya Comisión de Patrimonio debe emitir un dictamen que será vinculante. Por el momento, Monseñor Iceta ya ha reconocido que será «muy difícil» que se coloquen antes del centenario, como estaba previsto, y ha dejado abierta la puerta a que no sustituyan a las actuales de madera, sino que se expongan en otro lugar, en el caso de que no se alcance un consenso.

Ahora, Perelló considera que ese consenso no es posible en este momento por una cuestión objetiva. Tras contactos entre los dos organismos internacionales, la Junta de Castilla y León, el Ministerio de Cultura, el Arzobispado de Burgos y el propio Cabildo de la Catedral, el embajador ve «improbable» un cambio de postura, aunque en todo caso tendría que partir de una modificación del proyecto para que no afecte al conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad, que incluso condiciona cualquier actuación en su entorno que pueda afectar a su imagen.

Unesco solo ha retirado la catalogación de Patrimonio de la Humanidad en dos ocasiones y ha sido «traumático, muy doloroso», según Perelló, que consideró que puede ocurrir una tercera o una cuarta vez porque las obras reciben la catalogación de Patrimonio de la Humanidad tal y como están, sin añadidos ni modificaciones y «eso no se puede negociar». Reconoció que, en todo caso, Unesco no puede impedir la colocación de las nuevas puertas y así se lo ha comunicado al Cabildo y a la Junta de Castilla y León, que tiene entre sus competencias el cuidado del patrimonio, aunque «si consideran que es más atractivo el proyecto de cambiar las puertas que seguir siendo Patrimonio de la Humanidad, pueden renunciar a esa declaración».

Perelló insistió que no se trata de valorar la obra de Antonio López ni el valor de lo que se quiere plantear, sino que la obra «no cabe», a juicio de Icomos, que es el órgano evaluador de la Unesco, en el recinto de la Catedral. No obstante, uno de los argumentos de quienes se oponen al cambio es el diseño de las puertas, en las que se incluyen como elementos fundamentales relieves que aseguran que representan al propio artista y dos de sus familiares como Dios, la Virgen María y Jesús.

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