En 2007, Juan Naya encontró un libro con fotografías de Sigena que mostraban la Sala Capitular tal y como estaba antes el incendio de 1936. Las fotografías mostraban los murales completos, pero no hacían justicia al rico colorido del que la abuela de Juan le había hablado siendo un niño. Antes del incendio de 1936, Josep Gudiol viajó a Sigena a realizar un amplio reportaje fotográfico sobre la Sala Capitular. En agosto de 1936, milicianos anarquistas prendieron fuego al monasterio y gravemente las pinturas murales. Ardieron buena parte de las pinturas y desaparecieron los espectaculares artesonados del techo. Siendo un crío, Naya soñó que reconstruía la Sala Capitular y devolvía la vida al pinturas. 'El sueño de Sigena' es la crónica de tan asombroso empeño. Para replicar las pinturas, Naya contactó con Albert Burzon, artista digital responsable, entre otras cosas, del mapping de Sant Climent de Taüll ar. Burzon trabajó digitalmente igual que lo hacían los maestros del siglo XII: con una paleta de colores limitada y colocando primero sombras, luego luces y finalmente contornos. El reto era reproducir con la mayor fidelidad posibles unas pinturas con puntos en común con 'La Biblia de Winchester' y "El Salterio de la Reina Melisenda'. En la base de la mayoría de las pinturas destaca el uso del lapislázuli. Durante casi 15 años, Naya ha trabajado codo con codo con artesanos, especialistas y artistas digitales para cumplir su sueño. Incluso contactó con el artesano Paco Luis Martos para reproducir, a tamaño real, un de los artesonados del techo. A Naya le gustaría que el resultado pudiese verse en Sigena, en el Mnac o incluso en el Metropolitan de Nueva York.