Camille Pissarro, el inventor del impresionismo
Reivindican, a los cien años de su muerte, su papel en la formación de los grandes: Cézanne, Gauguin...
Hace hoy 115 años que murió Camille Pissarro y no falta quien reivindica un mayor protagonismo del pintor en la génesis del movimiento impresionista. El director del Museo Camille Pissarro de Pontoise, Francia, y uno de los mayores expertos en su obra, Christophe Duvivier, que ayer impartía una conferencia en la Casa Sefarad de Madrid , habla con certidumbre del peso que tuvo Pisarro en la formación de Cézanne o de Gauguin, entre otros.
Pero Pissarro también está de actualidad porque sus obras estaban presentes en colecciones de familias de origen judío que fueron expoliadas por los nazis. En Francia, explica Duvivier, hay una «política clara para favorecer las devoluciones . Los cuadros que acabaron en colecciones públicas tienen una referencia: “MNR” para dejar patente que no pertenecen al Estado y algún día podrán devolverse a los legítimos propietarios , lo cual facilita mucho los procesos».
Preguntado por el Pissarro de la colección Thyssen «Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia» (1897) , que reclama por vía judicial un descendiente de su propietaria original Lilly Cassirer, el experto admite la complejidad de este caso. Duvivier admite que no tiene «una opinión formada sobre cómo acabará el caso» pero reconoce que « la buena fe de los compradores, en este caso el barón Thyssen, es un aspecto moral y jurídico a tener en cuenta cuando un cuadro ha cambiado varias veces de manos y cruzado varias fronteras. Porque entonces, se pueden aplicar legislaciones de varios países. Por eso no sé cómo debe acabar, no soy un experto en el caso aunque, lógicamente, me interesa».
Precisamente, el origen judío de Pissarro es una de las claves que sirven a Duvivier para ahondar en la figura que ha quedado tradicionalmente detrás de los Van Gogh, Gauguin y Monet , pero que gravita en el modo de pintar del grupo de impresionistas. «Durante años no le interesó su origen hasta el caso Dreyfus . Pero las discrepancias entre sus amigos le hicieron cambiar de opinión, le hicieron sentirse judío y llegó a la ruptura definitiva con Renior por su antisemitismo y al enfado con Degas, aunque luego se reconciliarion», aclara.
Pissarro rompió con su familia, «se casó con una criada doméstica , sin dinero y católica, con gran disgusto para su padre. Sus amigos Cézanne, Gillaumin, Piette y Beliard, le apoyan. Estos dos últimos eran también simpatizantes anarquistas. Piette, además era católico y se había casado con una judía sin dinero. Ese paralelismo mantuvo unidas a las dos parejas con lazos de amistad duradera», añade el experto.
Anarquismo o humanismo
El anarquismo puede ponerse, en opinión de Duvivier, en relación con el nuevo arte de los impresionistas: «Pissarro siempre fue muy crítico con todo lo institucional, incluidas las escuelas de pintura . No se sentía del todo francés, a pesar de apreciar su cultura, pero se sentía libre y crítico. Por eso prefiero hablar de humanismo antes que de anarquismo», comenta el estudioso. Pero en relación con su influjo en los impresionistas, «está claro que los hizo visibles, pero sobre todo les enseñó a poner en duda los criterios estéticos vigentes. No lo hizo como un maestro al que debían seguir, sino como revelador del potencial que llevaban dentro, les convirtió en lo que fueron» , recuerda.
Los impresionistas se llamaron así porque querían atrapar la impresión del motivo representado. «Querían pintar con espontaneidad los instantes fugaces, pero también enseñaban la técnica, la escritura, los gestos, las pinceladas del pintor , el trabajo y eso resulta paradójico», añade. Por eso no lo entendían en su momento. Todo eso supone una ruptura con esa época, recuerda Duvivier, «porque la pintura en general trataba de que ese trabajo del pintor no se viese».
En todo caso, Pissarro -concluye el estudioso- «por las series que pintaba, es quien hizo desaparecer el sujeto, repitiendo las vistas de la misma calle, provocando sensaciones distintas».