Benito Navarrete

Adiós a Margarita Estella, un referente en el mundo de la escultura

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Alcalá traza la figura de esta historiadora, una autoridad internacional en los estudios de la eboraria europea

Margarita Estella ABC

Hija del prestigioso catedrático de Medicina José Estella Bermúdez de Castro, la historiadora Margarita M. Estella Marcos , nacida en Zaragoza el 29 de septiembre de 1930, falleció en Madrid el pasado 22 de marzo a los ochenta y nueve años. Su contribución fue extraordinaria en el campo de los estudios de la eboraria europea , hispanofilipina, luso-india e hispanoamericana, de la que es sin duda una autoridad internacional . No menos importantes ni menos numerosos son sus trabajos consagrados a la escultura española e italiana de los siglos XVI y XVII, que son obras de referencia obligada en el marco de este campo de estudios.

Formó parte de una importante generación de historiadores del arte -de la que ya quedan pocos- formados al calor de Diego Angulo , director del Instituto Diego Velázquez del CSIC, en un momento decisivo de apertura internacional y búsqueda de la especialización de nuestra disciplina. Angulo fue siempre consciente de la necesidad de formar especialistas de materias no españolas, con capacidad crítica y conocimiento, y buscó los medios para que pudieran formarse y desenvolverse en igualdad de condiciones, hombres y mujeres, dentro de los círculos académicos internacionales. Una de las lagunas de nuestra historiografía era el estudio de la escultura en marfil , cometido que encomendó a Margarita a su ingreso en la institución como becaria en 1957.

Gracias a una beca de la Fundación Lázaro Galdiano, realizó una estancia en el Kunsthistorisches Institut de la Universidad de Bonn en 1960, centro de referencia en aquellos años, donde comenzó a preparar su estudio sobre marfiles medievales que vería la luz algunas décadas más tarde. Su tesis doctoral, dedicada a la escultura hispanofilipina fue defendida en 1974 y publicada gracias a los auspicios de su inseparable compañera Elisa Bermejo. También abrió otros caminos a la investigación, como el de la escultura italiana en la jardinería española, o la presencia e influencia de la escultura flamenca en España, siendo pionera en el campo de la circulación artística , que encuentra en sus trabajos un verdadero punto de partida, en unos momentos en los que ni se hablaba de arte global.

Miembro correspondiente de la Hispanic Society of America (1987) y académica correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1996), me gustaría subrayar su extraordinaria generosidad con los jóvenes investigadores. Tuve la suerte de conocerla en la sede del Centro de Estudios Históricos del CSIC cuando era becario y el consejo todavía conservaba un instituto de Historia del Arte, el Diego Velázquez en la calle Duque de Medinaceli, semilla de grandes historiadores y todavía un centro de saber y conocimiento. Siempre recordaré su pasión por la revista "Archivo Español de Arte", cuya dirección desempeñó con gran responsabilidad. Su pérdida deja una huella imborrable en muchos de nosotros. Descanse en paz.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación