El arte, en pie de guerra

El Jeu de Pamme de París revisa en una exposición dos siglos de alzamientos y sublevaciones sociales, políticos y culturales

Foto de Gilles Caron de las manifstaciones anticatólicas en Londonderry en 1961 Jeu de Paume

JUAN PEDRO QUIÑONERO

« Soulèvements » (alzamientos, sublevaciones, rebeliones) propone en el Jeu de Paume de París, museo consagrado a la imagen y la fotografía; revisar dos siglos de alzamientos y sublevaciones , espirituales, culturales, sociales, políticas, a través de la imagen. Todo comenzó y vuelve a comenzar con Goya.

Marta Gili , directora del centro parisino, estima que «Soulèvements» es «un desafío intelectual y museístico ideal». Georges Didi-Huberman , comisario de la exposición, propone una revisión intimista de dos siglos de alzamientos y sublevaciones, divididos en cuatro grandes capítulos: «Elementos desencadenados» (con obras de Goya , Hogarth, Man Ray , Michaux y Robert Morris, entre muchos otros), «Gestos» (con obras de Goya, Artaud, Courbet y Germaine Krull, entre otros), «Palabras» (subversiones literarias, con obras de Breton, Heartfield, Pasolini y un largo etcétera) y «Deseos» (sublevaciones incendiarias del deseo, el sexo, etcétera, con obras de Joan Miro , Agustí Centelles, Max Jacob…)

Tratándose de una visión intimista de grandes procesos históricos, están voluntariamente ausentes las imágenes, fotografías, iconos y obras de arte de las grandes convulsiones políticas de los siglos XIX y XX, a los que solo se alude de manera muy indirecta. De la Comuna de París a la Guerra Civil española, pasando por el putsch bolchevique que funda la URSS y las revoluciones vanguardistas de los años 20 y 30 del siglo pasado, «Soulèvements» nos invita a revisar incontables alzamientos, rebeliones y sublevaciones.

Entre un arco iris muy vasto de obras y sensibilidades, el magno legado de Goya se alza majestuoso y fundacional. Y algunas obras «periféricas», como las del mexicano Álvarez Bravo o el catalán Agustí Centelles, crecen de manera vertiginosa. Sabíamos que Velázquez y Goya, revisitados por Baudelaire , estaban en las fuentes bautismales del arte moderno y contemporáneo. «Soulèvements» subraya que Goya también es la matriz esencial de muchos otros géneros.

En ese marco universal, intentando explorar las raíces y semillas de incontables alzamientos, los « Caprichos » y los « Desastres de la guerra » goyescos pueden entenderse como el origen último del documentalismo fotográfico de guerra y de crisis, el origen último de numerosos géneros artísticos y fotográficos de sorprendente actualidad. Ante las crisis españolas, ante las crisis de la civilización europea, Goya sigue ofreciéndonos un espejo cóncavo de nuestros problemas más inmediatos, bella y trágicamente universales.

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