«Ocupan» el Museo Nacional de Bosnia-Herzegovina
Ante la falta de financiación que condena al museo a una «muerte lenta», artistas, intelectuales y ciudadanos acuden a él todos los días para evitar su cierre definitivo
El Museo Nacional de Bosnia-Herzegovina , fundado en el siglo XIX y que alberga la famosa Hagadá de Sarajevo, no recibe visitantes desde hace tres años, debido a las disputas políticas que acabaron con su financiación .
En su día, el cierre de sus puertas provocaba una gran indignación y una oleada de protestas entre los ciudadanos que, ahora, han ocupado el museo alegando que su situación es una «vergüenza».
«No vamos a salir de aquí hasta que se encuentre una solución para la financiación del museo no se encuentra», ha afirmado Ines Tanovic, al frente de un movimiento ciudadanos llamado «Soy el museo».
El arranque de esta «ocupación» fue una exposición que se puso en marcha a finales de julio. En ella el fotógrafo bosnio Zijad Gafic mostraba diferentes instantáneas de la parte del personal del museo que sigue trabajando, aunque no han recibido salario durante más de tres años.
En solidaridad con ellos y con el fin de «mantener» el museo simbólicamente , artistas, intelectuales y ciudadanos que rechazan una «muerte lenta» de este tesoro nacional vienen aquí todos los días para asegurar su permanencia.
«Estamos por desgracia acostumbrados a que el Museo Nacional esté cerrado, pero es una gran tragedia», lamenta Gorcin Dizdar, un joven científico que forma parte del citado movimiento. Según él, el pecado que ha cometido el museo es ser «uno de los principales símbolos del estado» en un país étnicamente dividido.
Con 3,8 millones de habitantes, Bosnia se ha dividido desde el conflicto en dos entidades, una serbio y una croata-musulmana, unidas por un gobierno central débil. Pero el campo de la cultura es responsabilidad de ambas entidades, por lo que el Museo Nacional se encontraba en un vacío institucional, sin una financiación sistemática.
En este contexto divisiones, constantemente fomentado por los partidos políticos nacionalistas, los proyectos que unen a las dos partes a menudo están condenados al fracaso . En el país, seis de otras instituciones, bibliotecas, galerías de arte y museos culturales, se ven afectados por esta misma situación.
