El espíritu de Montaigne llega a PhotoEspaña con «Luz portátil»
El Instituto de México explora el «ensayo fotográfico» alentado por la literatura
![El espíritu de Montaigne llega a PhotoEspaña con «Luz portátil»](https://s1.abcstatics.com/Media/201506/06/Diariodemar--644x362.jpg)
Margarita de Orellana, comisaria de la exposición «Luz portátil», que puede visitarse en el Instituto de México (Carrera de San Jerónimo, 46) hasta el 22 de julio dentro de Photoespaña 2015 , fundó con su marido, el escritor y editor Alberto Ruy Sánchez, en los años ochenta, la revista «Artes de México» , una publicación esencial para asomarse a la vitalísima creatividad de su país. Asimismo, la revista ha venido publicando una colección de libros dedicada a la fotografía, una de las expresiones artísticas de mayor trascendencia en Iberoamérica y especialmente en México, bautizada con título tan sugerente por Ruy Sánchez y Pedro Tzontémoc, sus directores, y en la que «27 destacados fotógrafos mexicanos dialogan, o mejor dicho, “se ensayan” con 28 importantes escritores y poetas, pues se trata de un experimento, a veces alquímico, donde la imagen y la luz también se transmutan en palabra y tinta sobre papel», explica la comisaria a ABC.
Así pues, «esa conversación, ahora resumida en las 78 fotografías que componen esta exposición, no necesariamente ilustra la obra del fotógrafo, sino que la acompaña de manera cómplice y la hace deseable desde el punto de vista literario, ya sea bajo la especie de otro ensayo, un cuento o uno o varios poemas. Es decir, a partir del ensayo fotográfico realizado por cada uno, los escritores multiplican su valor artístico gracias a la literatura. Y porque la luz se viste de palabras, se hace portátil en estos libros», concluye la comisaria.
Afirma Ruy Sánchez en su texto de introducción que «el fotógrafo ensayista tiene que mostrar tenacidad en su búsqueda de ciertas imágenes sin dejar de estar disponible y abierto a los caprichos del azar. Es necesario que con una serie de fotografías tenga un discurso, haga una composición elocuente, sin que se conviertan en simples ilustraciones de aquello que argumentan». Y añade: «El reto de hacer un ensayo fotográfico es mucho más interesante que la simple presentación de una simple antología de un autor o de una muestra retrospectiva. El ensayo es más exigente y a la vez más modesto. A mediano plazo, más convincente».
El ensayo fotográfico no se limita a ser un relato visual realista o a ser documental, sino que está «abierto a lo posible, a la multiplicidad de acercamientos o distancias con lo inmediato que un fotógrafo pueda desarrollar». Como no se trata de un acercamiento a su personalidad, esta colección de ensayos fotográficos puede decirse que nos acerca «el espíritu de Montaigne , cámara en mano», concluye Ruy Sánchez.
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