Guía para visitar ARCO y no morir en el intento
Estas son algunas de nuestras propuestas para disfrutar de la feria: las mejores piezas, las más caras, las más curiosas, el arte colombiano, el español, la sala VIP, destacadas ausencias...
Estas son algunas de nuestras propuestas para disfrutar de la feria: las mejores piezas, las más caras, las más curiosas, el arte colombiano, el español, la sala VIP, destacadas ausencias...
1
Las obras más caras
Debido a lo hermético de las galerías a la hora de hacer públicos los precios de las obras -las casas se seguros mandan-, resulta muy complicado hacer un ránking de las piezas más caras en ARCO. Paseando por la feria nos topamos en la galería Elvira González con «QUIJ», un lienzo de Basquiat que ronda los 2 millones de euros. Otra de las piezas más caras es un Picasso, que cuelga en el «stand» de Leandro Navarro: «Nature morte», un óleo cubista de 1921, cuyo precio es 1,4 millones de euros. La galería apuesta este año por La Bauhaus y por Torres-García, de quien exhibe algunos de sus preciosos juguetes en un exquisito montaje.
2
Grandes piezas que no debe perderse
Pese a que se ha reducido el nivel de cotización de las obras presentes en ARCO, no faltan este año piezas potentes. Helga de Alvear ha echado la casa por la ventana con monumentales pinturas y esculturas de Katharina Grosse y fotografías de Candida Höfer. Destaca también una gran instalación con platos de acero, abrigos, sobreros, zapatos y tres paneles, de Jannis Kounellis, en la galería Lelong de París: «Untitled» (2011). Muy rotundo, igualmente, el «stand» de Elvira González, con Warhol, Judd, Flavin, Calder, Olafur Eliasson, Barceló... La galería portuguesa Mario Sequeira apuesta al ganador con un «stand» dedicado a mayor gloria de Julian Opie Superstar.
3
El arte español da la talla
Como es habitual, muchas de las galerías tiran en ARCO de arte patrio, que para eso tenemos artistas muy interesantes. Es el caso de Daniel Canogar (abajo, en Max Estrella, con una obra realizada con residuos tecnológicos) o de Asunción Molinos, que presenta interesantes trabajos en Travesía Cuatro: uno de ellos es un plato de cerámica en el que plasma el perfil profesional de los hambrientos. Guillermo de Osma muestra el trabajo de José Guerrero; Carreras Múgica y Cayón, el de Chillida; Lelong, un estupendo Tàpies; Barceló y Madoz, en Elvira González...
4
Darán que hablar
Aunque ARCO se hace mayor (34 años), y con la edad, ya se sabe, te vuelves más clásico, no faltan ejemplos curiosos y llamativos, que es lo que en el fondo adora el público de la feria para hacerse selfies como recuerdo. Pero hay que buscar mucho más que otros años para encontrarlos. Un cuadro hecho con bragas y tangas rojos por Pilar Albarracín (galería Javier López), una Marilyn crucificada, de Saskia de Boer (Levy), un libro de Marx dentro de un bolso de Vuitton (propuesta del cubano Carlos Garaicoa) o las «horribles» esculturas de Enrique Marty (Dewer Gallery) serán de las obras más fotografiadas.
5
Colombia anima la feria
Los galeristas colombianos presentes en ARCO coinciden en lo importante que es para el arte de su país estar en esta feria, pues les da una gran visibilidad y les abre las puertas al mercado europeo. Durante mucho tiempo ha sido un país «paria» para el mundo y su arte apenas se conocía y, mucho menos, se compraba. Galerías como Casas Riegner y Valenzuela Klenner de Bogotá y La Oficina de Medellín exhiben un panorama muy diverso de lo que están haciendo los artistas colombianos. Un atractivo para visitar ARCO.
6
Ni rastro de Botero en Marlborough
En un año marcado por la presencia de Colombia como país invitado era de esperar que la galería Marlborugh tirara de fondo de armario con sus mejores Boteros. El año pasado los hubo, pero, sorprendentemente, no hay ni rastro del maestro colombiano en su «stand». Preguntamos, extrañados, el motivo. «En estos momentos apenas tenemos trabajos suyos en la galería, pero seguimos manteniendo una relación estupenda con él», advierten desde Marlborough. Tampoco hay rastro de Francis Bacon. Años atrás siempre colgaba alguna de sus codiciadas obras, que en el mercado internacional logra precios estratosféricos.
7
¿Ferias o centros comerciales?
Las ferias de arte corren el riesgo de convertirse en centros comerciales. Ya no solo acudimos a ellas a ver (y comprar, el afortunado que pueda) obras de arte. Ir a ARCO es toda una experiencia. La feria es un imán para marcas publicitarias de todo tipo: agua, bebidas alcohólicas, comida, hoteles, ropa... Zara Home ha creado este año la sala VIP. Junto a ella, un pop up store donde adquirir diseños exclusivos creados para ARCO. Realmente espectacular, la sala VIP ha sido diseñada por el prestigioso florista Thierry Boutemy, autor del ramo de novia de Marta Ortega, la heredera del imperio Zara. Eso sí, para admirar este idílico jardín hay que tener una de las tarjetas rosa que te acreditan como VIP. En ARCO los VIP crecen como setas. Lo más de lo más es tener un pin, también rosa, que te acredita como requetevip, los primeros en entrar a la feria. Vimos a Cayetano Martínez de Irujo, Borja Thyssen y Blanca Cuesta, Carolina Adriana Herrera...