Taschen: de los libros a la galería de arte

El primer espacio artístico con el sello de la editorial abre sus puertas en Los Ángeles con una exposición de fotografías dedicada a los Rolling Stones

Taschen: de los libros a la galería de arte DAVID BAILEY

IXONE DÍAZ

A Mick Jagger la ocurrencia le pareció una tontería. David Bailey, su amigo desde la adolescencia y uno de los fotógrafos de confianza de los Rolling Stones, quería fotografiarle inspirándose en el look de Katharine Hepburn en «La reina de África». Por suerte, Bianca Jagger pasaba por allí y logró persuadir al cantante. Así es como Bailey fotografió a Jagger con un vaporoso pañuelo de seda cubriéndole la cabeza en 1973. La imagen se convertiría en la icónica portada de «Goats Head Soup», el disco de los Rolling Stones que, entre otros temas, contenía «Angie», una de las canciones más famosas de la banda británica. Ese retrato de Jagger (y el del resto de los Stones igualmente cubiertos por pañuelos de seda) dominaban la inauguración en Los Ángeles de la galería Taschen , el primer espacio de estas características bajo el sello de la conocida editorial alemana.

«Conozco a Mick (Jagger) desde que tenía 19 años, antes de que fuera un Rolling Stones. Era como sacarle fotos a un amigo, no a una estrella. Y con los amigos no hay reglas en una sesión de fotos», explicaba Bailey, que a sus 76 años confiesa que no siente ningún tipo de nostalgia por aquella época. «No soy nada sentimentaloide». Él es, sin duda, uno de los fotógrafos que mejor logró captar la esencia de aquellos convulsos años 60. Pero no es el único. La primera exposición de la galería Taschen, «It’s just a shot away», recoge un centenar de imágenes de la banda británica que salieron del objetivo de Bailey, pero también de las cámaras de fotógrafos como Anton Corbijn, Gered Mankowitz, Albert Watson o Dominique Tarlé. La muestra coincide con la publicación de la edición de coleccionista del libro de Taschen sobre la banda inglesa –asépticamente titulado «The Rolling Stones»–, una obra que después de bucear entre casi un millón de fotografías durante cuatro años vio la luz en noviembre con la colaboración de Sus Satánicas Majestades.

La exposición documenta desde los momentos íntimos de la banda –como un retrato de un sonriente Keith Richards tomando el sol a pecho descubierto durante el exilio francés del grupo en 1971–, hasta los momentos más apoteósicos sobre el escenario. Pero también repasa algunos de los retratos icónicos de sus miembros: como el de Mick Jagger al volante de un coche con un leopardo por copiloto o un poderoso primer plano de Richards, cuyo rostro está cubierto por el humo de su cigarro.

Fans y celebridades

Con las puertas abiertas de par en par, sin lista de invitados y barra libre de alcohol, la inauguración reunió a familias con carritos de bebé, aficionados al arte y la fotografía, fans acérrimos de la banda –fácilmente identificables por plantarse ante cada fotografía y comentarla con pasión– y unas cuantas celebridades, que se mezclaban entre la muchedumbre con una naturalidad pasmosa, solo posible en una ciudad como Los Ángeles. Por allí pasaron exgobernadores, como Arnold Schwarzenegger; pintores, como David Hockney, y roqueros, como Steven Tyler. Jack Nicholson, que últimamente solo se deja ver a pie de pista en los partidos de los Lakers y que llegó acompañado de su hija Lorraine, hizo una excepción para homenajear a su amigo David Bailey. Nada más verse, se fundieron en un cariñoso abrazo. De paso, Nicholson desmentía el rumor, publicado por el sensacionalista «National Enquirer», de que padece Alzhéimer y vive recluido en su mansión de Mulholland Drive.

Tampoco faltó David LaChapelle, uno de los fotógrafos más influyentes y vanguardistas de su generación. «Admiro muchísimo a Bailey. Es una leyenda viva y un adelantado a su tiempo. Los fotógrafos solemos ser extremadamente competitivos entre nosotros, pero Bailey siempre ha sido muy amable conmigo», explicaba. Rodeado de imágenes de los Stones, LaChapelle reflexionaba sobre los secretos para inmortalizar a las grandes leyendas de la música. «Fotografiar a las estrellas del rock es fácil. Mucho más fácil que a los actores , los deportistas y, por supuesto, que a los políticos. Dentro de una estrella del rock siempre hay un niño que quiere estar sobre el escenario. Es parte de su trabajo. Entienden perfectamente el poder de la fotografía. Están dispuestos a casi todo. Cuánto más loco sea lo que les propones, mejor».

Proyecto arqueológico

Situada en el exclusivo barrio de Beverly Hills, la nueva galería es el último proyecto de Taschen , la editorial de libros de arte más importante del mundo. «Cada uno de nuestros libros requiere varios años de preparación. Hay que bucear en los archivos, trabajar con fotógrafos y artistas… Es una especie de proyecto arqueológico cultural. Por eso pensamos que tendría sentido exponer algunas de estas piezas y que, al mismo tiempo, sería una buena plataforma para lanzar nuevos proyectos editoriales», explicaba Benedikt Taschen, fundador de la editorial que lleva su nombre, durante la inauguración.

La exposición dedicada a los Rolling Stones colgará de sus paredes hasta el 31 de enero. Después será el turno de una muestra dedicada al mundo del surf. «De momento, no tenemos planes de abrir más galerías. Como mucho, tendremos alguna exposición itinerante. Este es un terreno nuevo para nosotros. Queremos comprobar si al público le gusta la idea tanto como a nosotros». La galería exhibirá muestras dedicadas a la arquitectura, la cultura pop, la moda, el mundo del cine y, cómo no, el sexo, uno de los reclamos editoriales más rentables de la casa alemana.

Exmarido de Catherine Deneuve

«Taschen es maravilloso. Es el editor más encantador que he conocido nunca. Tiene que serlo, porque ha logrado persuadirme… Es difícil convencerme para hacer una exposición porque estoy muy ocupado. No me queda demasiado tiempo, así que tengo que moverme», decía Bailey riéndose. «Hago muchas cosas: esculturas, cuadros, a veces películas … La fotografía es simplemente un tipo de pincel más para mí. De hecho, la fotografía no me interesa, lo único que me interesa es el arte. Y no me importa cómo se haga, mientras sea arte», explicaba Bailey, que estuvo casado con Catherine Deneuve y cuya vida inspiró la película de Antonioni «Blow-Up».

En mitad del gentío, con un copa de champán en una mano y el smartphone en la otra, Pamela Anderson y la modelo, actriz y fashionistaAmber Rose, ponían morritos, miradas sexies y posaban para un selfie que fue directamente a parar a la galería de Instagram de Rose. Bailey, purista y famoso por ser algo cascarrabias, no lo aprobaría. «Los selfies son como la masturbación. Si eso es arte, entonces tenemos un problema».

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