Wayne Thiebaud: Gran bodegonista y cantor de California

Nacido en Mesa (Arizona), y transplantado en su juventud a California, siendo un adolescente trabajó como ilustrador en los estudios Walt Disney. Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con la propaganda de la US Air Force. Luego se dedicó al comic y al escaparatismo. A mediados de los cincuenta se decidió a estudiar pintura en San José y Sacramento, ciudad donde montó una cooperativa de artistas. En 1956 conoció, en Nueva York, a De Kooning, Kline, Barnett Newman, Rauschenberg, entre otros. De 1960 en adelante se dedicaría a la enseñanza. Amigo de Diebenkorn desde 1964, en 2008 John Yau confrontaría sus respectivas visiones de una California que ha tenido en ellos a dos de sus grandes intérpretes. El Pacífico radiante, los rascacielos, las hileras de palmeras, las autopistas (en 1970 participaría en la colectiva del ICA de la Pennsylvania University “The Highway”, comisariada por Robert Venturi y Denise Scott Brown, los fans de Las Vegas) forman parte de su iconografía, que también comparte con Ruscha o Hockney, así como con fotógrafos y cineastas, que no en vano hablamos del Estado donde está Hollywood.

En 1962, año de su emblemático “Star Pinball”, Thiebaud participó, junto a Dine, Rauschenberg, Ruscha o Warhol, en la pionera colectiva pop “The New Painting of Common Objects” del Pasadena Museum of Art, con Walter Hopps como comisario. Al año siguiente figuró en varias más de la tendencia entonces en auge, entre ellas “6 more”, en el LACMA, comisariada por Lawrence Alloway. Pese a todo esto, aunque a él también le gustara, como a Robert Indiana, rodearse de esas menudencias que allá designan como “Americana”, por mi parte nunca le he visto demasiado sentido a contemplar como pop a quien siempre criticó el carácter plano y poco atractivo de los cuadros de Warhol, y se reivindicaba como pintor a la antigua usanza.

Además de paisajes, Thiebaud tiene figuras imponentes. Sin embargo todo ello queda tapado (asómense a internet para comprobarlo) por sus bodegones, que son los que han merecido mayor atención por parte de público y crítica. Naturalezas muertas pintadas morosamente, con sequedad y un uso sofisticado de los típicos colores chirriantes norteamericanos. Geometría de las hileras de sándwiches, canapés, perritos calientes, quesos, pasteles, helados, chicles, baratijas o barras de labios. Morandi fue uno de sus faros en este campo: un dato más que lo aleja del pop. En 2003 y 2006, su hijo, Paul Thiebaud, expuso al italiano en su galería de San Francisco. Fallecido en 2010, no llegó a ver la muestra de su padre que el Museo Morandi de Bolonia presentó en 2011. En los Estados Unidos, las dos retrospectivas más importantes del pintor han sido la del Whitney de Nueva York (2001), y la del Palm Springs Art Museum (2019).