Manuel Lucena Giraldo

El Sur visto desde el Norte

Por un efecto paradójico difícil de explicar, los estudios sobre Suecia han sido cantera de hispanistas dispuestos a liquidar el canon de la leyenda negra. El más significado fue el británico Raymond Carr , uno de los fundadores de la normalización de la imagen histórica de España, opuesto a que lo etiquetaran como tal.

En una entrevista concedida en 2001 a Santos Juliá , señaló: «Odio la palabra hispanista, como si un historiador de España tuviera que tener dotes psicológicas, casi espirituales, para penetrar en el alma de España y todo eso. Todo mi esfuerzo ha sido estudiar España con los mismos métodos que se estudia cualquier otro país importante en Europa».

Carr comenzó sus investigaciones sobre Suecia, pero el atractivo de la historia de España y las oportunidades que ofrecía le sedujeron. En el caso de Sverker Arnoldsson , fue su interés por los efectos letales de la propaganda contra el imperio sueco en el siglo XVII, compartidos con la monarquía católica española de Felipe IV , lo que atrajo su atención hacia España.

También existió, como resulta patente en un repaso a sus libros y artículos, un inconformismo personal y profesional respecto al supuesto carácter periférico de la historia de las naciones europeas situadas en la periferia geográfica, mediterránea o escandinava. Hoy padecemos, como última versión de esta leyenda, la anomia analfabeta de quienes solo leen y citan en inglés.

Casos como los del viajero prusiano Alejandro de Humboldt , imposible de entender sin los estudios recientes publicados en alemán y español, o del fundador sueco de la taxonomía botánica moderna, Carlos Linneo , cuyos discípulos escribían en latín, sueco o español en el caso de Pehr Löfling , muestran la persistencia de los prejuicios, pues se les ignora de manera sistemática.

Por eso constituye una excelente noticia la publicación de « La leyenda negra. Estudios sobre sus orígenes », cuya tesis principal apunta a un origen itálico y aragonesista. La importante contribución de Arnoldsson y su visión unitaria del mundo hispánico también resulta de gran interés al otro lado del Atlántico. Aunque las tertulias criollas del republicanismo decimonónico, en versiones liberal, peronista o marxista-populista , continúen con la matraca antiespañola, deberían leer a Arnoldsson: el tío Sam está en plena guerra cultural y se acabaron las bromas.

El Sur visto desde el Norte

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