«La tribu» integra sobre el escenario a dos actores sordos

El Centro Dramático Nacional presenta esta obra de la británica Nina Raine sobre la incomunicación

Una imagen de «La tribu» Marcos

Julio Bravo

«Tuve la idea de escribir “Tribus” al ver un documental sobre una pareja de sordos. La mujer estaba embarazada. Querían que su bebé fuera sordo». La dramaturga británica Nina Raines escribió estas palabras en septiembre de 2010, con motivo del estreno en el Royal Court de Londres. Una década -y una pandemia- después la obra llega a España. La estrena el Centro Dramático Nacional en el Teatro Valle-Inclán , en un montaje dirigido por Julián Fuentes Reta («El proyecto Laramie», «Cuando deje de llover»), con un reparto integrado por Enric Benavent, Ángela Ibáñez, Ascen López, Jorge Muriel (que firma la versión del texto), Marcos Pereira y Laura Toledo . Dos de ellos, Ángela Ibáñez y Marcos Pereira, son sordos; la propia autora lo pidió cuando la productora española solicitó los derechos de la obra.

«“Tribus” -dice Fuentes Reta- trata sobre el lenguaje, sobre los signos, sobre la comunicación. “Tribus” trata sobre la familia, y sobre el concepto mismo de grupo, de clan, y lo que nos hace pertenecer a uno, y, quizás obligatoriamente, nos separa del resto». «Pero el texto va más allá -añade-; habla de la incomunicación y de cómo funciona la segregación , ese mecanismo que hace que los oyentes nos sintamos superiores y consideremos a los sordos ciudadanos de segunda».

La obra cuenta la historia de una familia « diversa y con particularidades muy distintas », dice Fuentes Reta; «una familia que se convierte en una tribu y, como tal, no quiere que entre en ella nadie de fuera», apunta Enric Benavent. Y es que uno de los hermanos de esta familia, Guille, es sordo; se comunica leyendo los labios porque en su casa no eran partidarios de usar el lenguaje de signos, entre otras cosas para no integrarlo en una minoría. El conflicto estalla cuando Guille conoce a Silvia, una mujer que se está quedanso sorda paulatinamente, que trabaja en una asociación para sordos y que habla la lengua de signos.

Función accesible

El punto de partida de este montaje -que Muriel vio en Nueva York hace ocho años- fue un taller dirigido por Fuentes Reta. Había animado a director y adaptador el hecho de que Gemma Piriz , presidenta de la Asociación de Sordos de Madrid, quisiera estudiar teatro. «Decidimos entonces que la comunidad sorda estuviera involucrada en el proyecto». De aquel taller salió prácticamente todo el reparto -al que se unió Benavent-. «Lo hicimos muchas personas sordas que conocíamos la lengua de signos, así que los discapacitados eran en realidad los oyentes », bromea Marcos Pereira. «Los actores son muy abiertos de mente; han demostrado sus ganas de integrarnos en el proyecto, no solo de tener en él una persona sorda», completa Ángela Ibáñez.

La actriz añade que han tenido, por parte del CDN, una accesibilidad completa . «Tenemos luces en el camerino para avisarnos -normalmente se hace por megafonía- de que es la hora de la función, y lo mismo ocurre entre cajas, porque nosotros no podemos oír el texto que nos da el pie para salir a escena». También los espectadores sordos podrán disfrutar todos los días de la obra, ya que se ofrece subtitulada de principio a fin, «con los subtítulos integrados dentro de la escenografía».

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