«La Traviata» más feminista, carnal y reivindicativa se estrena hoy en Perelada

Este nuevo montaje de la ópera de Verdi cuenta con Paco Azorín como director de escena y Riccardo Frizza a la batuta

Una escena de «La Traviata»

Pep Gorgori

Uno de los grandes clásicos de Verdi, «La Traviata», sube hoy el telón en el Festival de Música de Perelada (Gerona ). El director de escena Paco Azorín estrena montaje con el maestro Riccardo Frizza a la batuta, para redescubrir el argumento narrándolo desde la óptica de la protagonista , esa «extraviada» a la que se refiere el título. «He creído necesario dar un giro, transformando a Germont en el enemigo y luchando contra la visión machista y opresora » que la tradición interpretativa otorga a esta ópera.

El reparto cuenta con artistas que conocen bien sus respectivos papeles. La heroína, Violetta, estará encarnada por Ekaterina Bakanova. La soprano debutó el rol hace cuatro años en la Royal Opera House de Londres con un gran éxito, y ha destacado esta temporada en el Liceu como Leila en « Los pescadores de perlas ». A su lado estará René Barbera, tenor que ganó el concurso Operalia en 2011 y que debutó como Alfredo Germont también en Londres, en 2016. El norteamericano Quinn Kelsey dará vida a Giorgio Germont. Laura Vilà, Mercedes Gancedo, Vicenç Esteve Madrid, Carlos Daza, Guillermo Batllori y Stefano Palatchi completan el reparto. Todos ellos actuaran junto a la Orquesta del Gran Teatro del Liceu y el coro Intermezzo.

«La Traviata» de Verdi está basada en una adaptación teatral de la novela «La dama de las camelias» de Alejandro Dumas hijo. En ella, Dumas retrató a la cortesana Marie Duplessis , mujer que existió en realidad y que en su novela adopta el nombre de Margarita Gautier. A su turno, para esquivar problemas con los derechos de autor, Francesco Maria Piave, el libretista de Verdi, la rebautizó como Violetta Valéry para la ópera, estrenada en Venecia en 1853. La trama narra el final de su vida, cuando intenta dejar atrás su etapa como prostituta para llevar una vida normal junto al hombre que ama, Alfredo. Sus buenas intenciones topan con el padre de éste, cuya oposición a la relación de la pareja acabará desencadenando un final trágico.

Para la relectura que propone, Azorín se escuda en que la novela de Dumas Margarita/Violetta cuenta con la simpatía del narrador. De hecho, llega a ser una crítica a la hipocresía de su época, en que la alta sociedad disfruta de la compañía de mujeres como ella, al mismo tiempo que las estigmatiza. Verdi intentó llevar a escena la misma reflexión, pero topó con la censura y los temores de los empresarios de ópera.

Figura libre

El escenógrafo se ha propuesto recuperar esa figura libre. Es una Violetta Valéry «con pantalones, que va a una fiesta vestida cómoda pero elegante», ya que se ha querido pensar en «cómo serían hoy sus fiestas y sus amigos». De ahí que cobre también una especial importancia el vestuario de Ulises Mérida , que «rompe las barreras entre lo masculino y femenino ». El director del Festival Castell de Perelada, Oriol Aguilà, asegura que «esta Traviata es una producción idónea para un Festival, ya que posiblemente muchos teatros de ópera no la harían».

Paco Azorín constata que en la versión verdiana la protagonista «está castigada ya desde el mismo título», en que no aparece su nombre ni una referencia más o menos poética como es «La dama de las camelias». Por este motivo, considera necesario «r epetir el juicio y mirarlo desde una óptica feminista . Violetta es una mujer libre». Con todos estos ingredientes, asegura, «se verán unos personajes actuales, una Traviata muy carnal y sobre todo muy reivindicativa».

Fiel a la línea de otras de sus puestas en escena, «empezamos con un planteamiento realista, pero nos iremos apartando de él conforme la acción evolucione hasta ver una Violetta que tras morir se marcha andando hacia el cielo». Técnicamente, el escenario se divide en dos planos. En el horizontal transcurre la trama real, el drama verdiano. El vertical, en la pared del fondo del escenario, transcurren los sueños, los miedos y las historias anteriores de los personajes, con un resultado «poético y elegante». El montaje es una coproducción del Festival de Música de Perelada y Ópera de Oviedo. Solo hay dos funciones: la de hoy y la del miércoles, ambas en Perelada.

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