Tapeo a base de fibra (óptica): cuando el bar está en tu casa
La cocina, la mesa, la comida y la bebida se han convertido en los ingredientes básicos para mantener la moral bien alta en encuentros gastronómicos que se hacen realidad (virtual) gracias a las redes sociales, aplicaciones y videoconferencias
![Debido al confinamiento domiciliario de la población por la pandemia del coronavirus, la gente toma el aperitivo en sus casas y lo comparte a través de las redes sociales](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2020/03/20/bar-casa-kJlB--1248x698@abc.jpg)
La pandemia del coronavirus también ha hecho saltar por los aires nuestra intensa agenda social gastronómica, un golpe directo al corazón de nuestra forma de ser. Un país en el que el estómago está en el centro de toda celebración, donde la densidad de bares por kilómetro cuadrado es pasmosa, un lugar donde al primer rayo de sol nos lanzamos a las terrazas, no ha tenido más remedio que echar el cerrojazo al ocio culinario tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Estamos destinados a vivir un confinamiento «sine die» para poder sobrevivir. Conseguir doblegar esa curva pasa por encerrarse en casa y nuestro ingenio ya ha aflorado para que el ánimo no decaiga en el empeño.
La cocina, la mesa, la comida y la bebida se han convertido en los ingredientes básicos para mantener la moral bien alta en encuentros gastronómicos que se hacen realidad (virtual) gracias a las redes sociales, aplicaciones y videoconferencias. ¿Que antes se quedaba para cenar con los amigos todos los sábados? Pues ahora la cita se traslada a Duo, la aplicación de Google. Así lo hicieron el pasado fin de semana en casa de Santiago y en las de las otras dos familias con prole incluida con las que solían compartir mantel. «Decidimos que no queríamos perder esa rutina. Cada uno puso la tableta con la cámara abierta en una esquina de la mesa con todos reunidos y cada familia preparó lo que quiso. Hubo bromas todo el tiempo (hasta un «pásame el vino, anda») y los niños se divirtieron mucho. Sentían que habían hecho algo nuevo», cuenta.
Santiago también va a asistir hoy a un aperitivo virtual en su empresa. Con su teletrabajo en Pegasystems tienen que estar conectados constantemente a través de Webex Cisco y van reservar solo media hora −en atención a las peticiones del Gobierno− para tomar un picoteo entre todos los compañeros con el fin de «distendir un poco el ambiente», afirma.
Tampoco ha querido renunciar a su ratos de esparcimiento Javier. Su grupo de amigos se reunía religiosamente en el mismo bar un par de veces por semana. La divertida quedada con brindis incluidos sigue teniendo lugar de forma puntual en la aplicación Zoom.
Y se puede rizar más el rizo. Yago ha decidido montar esta noche una fiesta mexicana en su casa. No tendrá que limpiar mucho, porque todos los invitados beberán desde sus respectivos salones, conectados desde Instagram. «La idea es que todos hagamos margaritas −explica−. Lo probé por primera vez hace unas semanas y están espectaculares. Es algo que hacer cuando no hay nada que hacer».
Sara, por su parte, lleva varios días compartiendo cervezas por videollamadas de Whatsapp: está hablando más que nunca. También mata el tiempo con Houseparty, su gran descubrimiento: una aplicación, también por videollamada, con la que se puede jugar al Trivial o a la mímica, entre otras diversiones.
Las ganas de celebrar los cumpleaños con los seres queridos trascienden asimismo el encierro casero. Nuria decidió que había que darle una sorpresa virtual a una de sus íntimas por su aniversario. «Llamé a otras dos amigas para que estuviesen pendientes de una videollamada por Whatsapp. Nos arreglamos un poco, nos pintamos los ojos... Y las tres listas para cantarle el cumpleaños feliz (muy mal por cierto, porque para otras cosas valemos, pero para cantar…). Cada una preparó su aperitivo y la cumpleañera estaba justo terminando su tarta, así que aprovechó para soplar una vela con nosotras». Hay mucha vida puertas adentro.