Sellos: la verdadera historia de los testigos mudos de la historia de España
ABC te ofrece la posibilidad de conseguir todos los fines de semana los 2.340 timbres emitidos desde 1872 hasta el año 2000
![Sello dedicado a Juan Carlos I](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2017/09/07/juancarlosi-U10107476060JTC--620x349@abc.jpg)
Puede que los sellos tengan un tamaño reducido y que sus autores no dispongan de la gran superficie que usó Miguel de Cervantes para escribir El Quijote . La realidad es incuestionable. Sin embargo, estos pedacitos de papel han logrado convertirse en testigos y narradores de los episodios más destacados de la historia de España desde que fueron instaurados en 1850 . A partir de entonces, y hasta ahora, los timbres se han hecho eco de los monarcas que han regido este país, han recreado a los artistas patrios más reseñables y (entre otras tantas cosas) han sido también una instantánea mediante la que entender eventos tan determinantes a nivel político como la Guerra Civil.
Por todo ello, ABC te propone revivir la historia a través de « Todos los sellos de la peseta », una colección que reúne en 40 entregas los 2.340 timbres con valor facial en dicha moneda emitidos en nuestro país desde 1872 hasta el 2000 , año en el que el euro llegó hasta nuestras fronteras. Y es que, pocos lienzos han reflejado de manera más idónea a lo largo de las décadas eventos tan determinantes como la llegada de la Constitución en 1978 o, retrocediendo todavía más, la gesta llevada a cabo por el castizo hidroavión « Plus Ultra » en 1926 (el primero en realizar un vuelo entre España y América).
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Nacimiento
El timbre fue alumbrado en España por el Real Decreto de octubre de 1849. España dio entonces un salto de gigante en lo que a servicio postal se refiere. Y es que, en lugar de que el destinatario fuera el encargado de abonar las tasas del envío del paquete (lo habitual hasta la fecha), se estableció que el remitente se hiciera cargo de los costes de forma anticipada. Como los empleados de Correos se sentían abrumados por tener que encargarse de la « recaudación y de la contabilidad » (según explica Begoña Olabarrieta en « Lo que cuentan los sellos »), se adoptó el timbre como sistema de pago. Un método creado en las islas británicas una década antes.
«La idea de este ingenioso sistema nació en Inglaterra en 1840 gracias al proyecto de sir Rowland Hill , cuya “ reforma postal ” impone un sistema en el que la única forma de aceptación de envíos era el pago previo del porte de la correspondencia con tarifas establecidas», completa Olabarrieta en su amplio dossier informativo. Si en Inglaterra se usó la efigie de la reina Victoria para elaborar los primeros sellos, en España apostamos por crear cinco con la tez de Isabel II . Cada uno de ellos, equivalente a un número de reales concreto. Esas fueron las primeras estampas de un país que todavía no había adoptado la peseta como moneda.
![El pelón](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2017/09/07/elpelon-kelD--510x286@abc.jpg)
Hubo que esperar todavía un poco para que los sellos pasaran a tener un nuevo valor facial. El primer paso para ello se dio en 1868 , año en que se estableció la peseta como unidad monetaria nacional en todos nuestros territorios. Apenas cuatro primaveras después, en 1872 , arribaron a España los primeros timbres en esta moneda. Y lo hicieron portando la tez de Amadeo I de Saboya , sustituto de Isabel II tras una pugna internacional por el trono. «A partir de las primeras emisiones de sellos de este reinado, de octubre de 1872, todos expresarán su valor en pesetas y sus céntimos», explica Eusebio Lucía Olmos (trabajador de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre) en el libro de la colección « Todos los sellos de la peseta ».
República y monarquía
Aquellos primeros sellos de Amadeo I de Saboya mostraron la regia efigie del monarca. Sin embargo, las estampas cambiaron radicalmente con la llegada de la Primera República , una época en la que se apostó por imágenes más alegóricas entre las que destacaron representaciones de la justicia. Poco después, y tras el inicio de la Tercera Guerra Carlista , los partidarios de Carlos María de Borbón emitieron varias series paralelas a las oficiales en regiones como el País Vasco, Navarra o Cataluña. Uno de los más destacados mostraba la cara del pretendiente bajo la leyenda «Dios, Patria, Rey».
El regreso de Alfonso XII al trono en 1875 trajo de nuevo las efigies regias a los sellos. Una característica que puede apreciarse en los emitidos con su tez ese mismo año (los que tenían un valor que oscilaba entre las 2 y las 10 pesetas). Este mismo rasgo pudo observarse en una curiosa serie elaborada en 1889 y que fue bautizada con el sobrenombre de la del « Pelón ». ¿La razón? Que en ella se representó a Alfonso XIII como un niño con amplia frente. A estos retazos de historia se sumaron, en 1905, unas bellas estampas conmemorativas del tercer centenario de la publicación de El Quijote.
Hasta el euro
Atendiendo a la lógica, el exilio de Alfonso XIII y la llegada de la Segunda República en 1931 habrían supuesto la emisión de nuevos timbres. Pero por entonces no andaba el país demasiado boyante en lo que a capital se refiere. Por ello, y tal y como explica Olabarrieta en su obra, se siguieron «usando los sellos con la imagen del destronado rey, pero tras sobreimpresionarles las palabras “ República Española ”». Esta medida fue meramente temporal y, posteriormente, se crearon estampas que mostraban figuras mucho más amables para el nuevo sistema como la de Pablo Iglesias (el fundador del PSOE).
El comienzo de la Guerra Civil trajo consigo muchas curiosidades en lo que a sellos se refiere, pues estos quedaron divididos (al igual que la misma España) en dos bandos. Tanto republicanos como franquistas emitieron sus propias estampas. Los primeros apostaron por homenajear en ellas a sus combatientes (los defensores de Madrid o la 43 División , por ejemplo), mientras que Franco se apropió (entre otras) de las imágenes del Cid o de los Reyes Católicos . Con todo, si hubo una serie reseñable en esta época fue la emitida en 1938 por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (ubicada ya en la Ciudad Condal). Esta se hizo famosa por rememorar el día en que un submarino gubernamental hizo las veces de correo entre Barcelona y Mahón .
![Plus Ultra](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2017/09/07/pkus-ultra-kelD--510x286@abc.jpg)
Terminada la contienda, y con la derrota de la República, en los timbres empezaron a primar las imágenes de Francisco Franco . Así lo explica Olabarrieta, quien añade además como curiosidad que el ferrolano jamás cobró derechos por el uso de su imagen. Algo que sí hizo Adolf Hitler en Alemania. Por si fuera poco, la efigie del antiguo jefe del Estado no cambió en las estampas durante más de dos décadas. «En los primeros 23 años de emisiones de sellos la imagen de Franco no envejeció», añade la experta.
Un mes después de la muerte de Franco el rey Juan Carlos I se convirtió en el protagonista de los sellos españoles. A partir de ese año comenzaron a emitirse series basadas en eventos como la proclamación de los estatutos de autonomía o las Olimpiadas de Barcelona de 1992 . A todos ellos se sumaron otros conmemorando (por ejemplo) los cinco siglos del descubrimiento de América . Así continuaron los timbres de nuestro país hasta el 22 de septiembre del 2000 , momento en el que el correo despidió la exclusividad de la utilización de la peseta con una última serie llamada «Correspondencia epistolar escolar» (centrada en la historia de España).
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