La segunda muerte del Titanic: así se está consumiendo el legendario pecio
La primera expedición en catorce años confirma el deterioro de la embarcación, maltratada por las bacterias submarinas

Los sueños rotos deben ir a parar a un lugar profundo, oscuro y frío: allí se esconden para no turbarnos el día a día, y solo a veces, en peligrosas inmersiones, alcanzamos a rozar sus restos, recordando todo aquello que un día deseamos… Hacía catorce años que nadie se acercaba al Titanic , quizá porque descansa a casi cuatro kilómetros de la superficie de un punto recóndito del Atlántico Norte –miles de metros, claro, de frío y oscuridad–, o porque continúa siendo el gran símbolo del naufragio, ese gran «memento mori» del siglo pasado que todavía nos aterra y nos fascina, pero solo en ocasiones especiales. Sea como fuere, ahí sigue, en el mismo sitio, tal y como han podido comprobar los integrantes del equipo privado de exploración Caladan Oceanic , que nos acaban de regalar nuevas y reveladoras imágenes en movimiento del buque, y con ellas una incómoda verdad: él también se muere.
First images of the ill-fated Titanic in 14 years pic.twitter.com/gSKu8YpFcA
— Reuters Top News (@Reuters) August 22, 2019
El pecio, antaño un prodigioso trasatlántico, se ha vuelto vulnerable a los remolinos, la corrosión salina y las bacterias devoradoras de metales. Una de ellas, por cierto, se descubrió en 2010 en unas muestras tomadas de sus restos y fue bautizada como Halomonas titanicae , por motivos evidentes. Ya entonces se empezó a hablar de la inevitable desaparición del Titanic, y la cosa no ha cambiado. «Continuará deteriorándose con el tiempo, es un proceso natural. Ese tipo de bacterias trabaja en comunidad para comer hierro y azufre, por eso cada vez es más rápido», afirmó Lori Johnson , científica de la expedición, en una nota de prensa difundida por la empresa.
El deterioro ya puede apreciarse a simple vista, empezando por la habitación del capitán, ese que hombre que resumió la catástrofe a su tripulación con un simple: «Hemos chocado con un iceberg». «El área de deterioro más impactante está en el costado de estribor, donde se encontraban los camarotes de los oficiales y del capitán. La bañera del capitán, una de las fotografías más queridas por los entusiastas del Titanic, ha desaparecido. Toda esa parte se está derrumbando, y el deterioro continuará», lamentó el historiador y experto en el tema Parks Stephenson , también de la expedición, en el mismo comunicado.

Con el paso del tiempo el barco se ha convertido en una suerte de esqueleto lleno de «estalactitas» de metal, que lo dotan de un aspecto casi surrealista, aunque no por ello menos imponente. «Es inmenso, no estaba preparado para lo grande que era», declaró Victor Vescovo , fundador de Caladan Oceanic y cazador de experiencias extremas –su otro gran hito submarino fue romper el récord de profundidad en inmersión: lo hizo en la fosa de las Marianas y allí descubrió una bolsa de plástico–. Él es el principal responsable de esta aventura científico-divulgativa, que planea analizar, registrar y retratar la segunda muerte del Titanic.
Las cinco inmersiones que ha realizado su equipo en el submarino Limiting Factor , con capacidad para dos personas, han servido no solo para tomar nuevas fotografías (en 4K) del naufragio y presumir de ellas, sino también para realizar la fotogramería del barco, lo que permitirá crear modelos del mismo en realidad aumentada y realidad virtual, tan útiles para nuevos estudios y para la creación de modelos que puedan prever cuánto tiempo tardará en desintegrarse este pedazo de historia material. Todos esos avances divulgativos, unidos a los nuevos datos recopilados, se darán a conocer en un documental realizado por Atlantic Productions , que todavía no tiene fecha de estreno.
Este curioso grupo interdisciplinar, por cierto, también tuvo un momento para el sentimentalismo . El equipo puso una corona de flores y realizó una austera ceremonia en honor a las más de 1.500 personas que perdieron la vida en la catástrofe. Ahora la pierde el Titanic, pero poco a poco y dejando tras de sí una hermosa estampa. «Es fascinante ver cómo el océano está consumiendo el Titanic, devolviéndolo a su forma elemental al tiempo que proporciona refugio a un número notablemente diverso de animales», relató Patrick Lahey , responsable de Triton , la compañía que ha diseñado la nave que nos ha permitido volver a visitar este sueño roto.