Ciudades ilustradas

Santander: el veraneo en el norte

Sigue siendo como siempre y por eso tantos no queremos cambiarlo por nada. No hay mejor opción

El Palacio de La Magdalena, sede principal de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ABC
Ramón Pérez-Maura

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El genial Joaquín Xaudaró , viñetista que honró las páginas de ABC en las décadas de 1910, 1920 y hasta su muerte en 1933, gustaba identificar el verano norteño como pasado siempre por agua. Y los que somos de Santander gustamos puntualizar que si no hubiera algo de lluvia, la llamada España verde no sería tal, como tampoco lo sería la belleza de esta tierra.

Santander es una ciudad que tiene una primera característica que la diferencia del resto de la cornisa cantábrica: mira al sur y a la vez mira al mar como resultado de la forma de su bahía, que penetra en tierra cual puñalada clavada de Este a Oeste. A si que, aunque haya poco sol, cuando lo hay da de frente y no en el cogote de quienes contemplan las aguas.

El veraneo santanderino ya tuvo mucho renombre a principios del siglo XX, cuando el Rey Alfonso XIII y la Reina Victoria Eugenia establecieron su corte en el fabuloso palacio que les regaló la ciudad de Santander en la Península de La Magdalena. Se da la curiosa circunstancia de que para conseguir la unanimidad de la corporación en la decisión de hacer el regalo, hubo que contentar al único concejal republicano de la misma no haciendo el obsequio al Rey sino a don Alfonso de Borbón y Austria. Lo que supuso que cuando llegó la República en 1931 el palacio fuese indiscutiblemente propiedad privada del Monarca y no parte del patrimonio de La Corona, que fue incautado.

Foco estival

Con los años, el palacio ha ido desapareciendo detrás de los árboles que lo rodean por el oeste y, pese a ser el símbolo indiscutible de Santander, hoy casi no puede ser visto desde la ciudad. Pero sigue siendo un foco estival de la misma, porque continúa siendo la sede principal de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, una de las dos únicas universidades en España dependientes del Ministerio de Educación. Esta Universidad fue la creadora en España de la cultura de los cursos de verano, que casi todas las demás universidades del país han imitado a lo largo de las últimas décadas. La Universidad de Cantabria hace sus cursos en Laredo, pero en Santander también suele hacerlos la Universidad Católica de Valencia, sin duda influenciada por la etapa en que fue arzobispo de aquella diócesis el cántabro Carlos Osoro.

Simon Rattle, dirigiendo este verano a la London Symphony Orchestra en el Festival Internacional de Santander ABC

Otro gran foco cultural del mes de agosto es el Festival Internacional de Santander (FIS), que nació en la Plaza Porticada y que presenta cada año un extraordinario programa de música y danza. Este año pasan por la Sala Argenta del palacio de festivales las dos grandes orquestas londinenses: la London Symphony Orchestra, dirigida por sir Simon Rattle, y la London Philharmonic Orchestra, dirigida por Juanjo Mena, y un programa con obras de Beethoven interpretadas con el gran pianista Javier Perianes. Porque hay que reconocer que el FIS tiene mucho de internacional en su programación y muy poco en el público asistente. A diferencia de otros festivales internacionales del estío como el de Edimburgo o el de Bayreuth, el de Santander sólo atrae a público español y nunca ha conseguido establecerse como referencia para el público allende nuestras fronteras.

Pero tampoco es un festival meramente local, porque Santander en agosto atrae una extensa colonia de veraneantes, muchos de ellos con raíces en la capital cántabra. Y estoy hablando de veraneantes en Santander, no en su entorno. A diferencia de otras localidades cercanas, quienes dicen veranear en Santander no lo hacen en otras localidades próximas como Pedreña o Somo. Ésta es una aclaración pertinente porque es una diferencia con los que dicen veranear en Comillas. Si todos lo que afirman que veranean en Comillas lo hicieran de verdad, ése sería el municipio más grande de Europa. Llaman «Comillas» a Ruiseñada, Liandres, Mazcuerras, Nogales, Cóbreces, Ruiloba, que es el solar de mis mayores y tiene entidad sobrada por sí misma, y varios otros. Santander sólo es Santander, qué le vamos a hacer.

Colonia de veraneantes

Entre esa gran colonia de veraneantes surgió en 1996 la Asociación Cultural Plaza Porticada, integrada mayoritariamente por cántabros asentados fuera de su tierra, pero que vuelven a ella cada verano y gentes de otras regiones que también vienen a veranear a esta tierra. Plaza Porticada otorga cada año un premio de Honor y lo entrega en una cena en la Finca San Juan, en Castañeda. Es una de las citas imprescindibles del verano. El premio cuenta ya veintiún ediciones y, entre otros, lo han recibido la UIMP, el FIS, Peridis, Paloma O’Shea, Alfonso de la Serna, Eduardo Sanz o María Corral. Este año, el premio ha sido para el proyecto del centro asociado Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Archivo Lafuente.

En la Plaza Porticada de Santander nació el Festival Internacional de Santander. En 1996 surgió la Asociación Cultural Plaza Porticada ABC

Pero una de las formas culturales más pujantes que hay en España es la gastronomía. Y, aunque no suele pensarse en Cantabria a la primera cuando se habla de ese sector, la realidad es que en Santader hay ejemplos absolutamente extraordinarios de ese arte. Como en verano es difícil aparcar en todas partes, pongamos como referencia la zona en torno a la calle Castelar y Casimiro Sainz, donde manda una enorme bandera de España que sólo hay que arriar los días que sopla el tantas veces huracanado viento sur, el que en 1941 arrasó media ciudad.

El Bar del Puerto ABC

Tres grandes ejemplos de la gastronomía local se dan en restaurantes basados en el producto. En este estrecho margen de no más de 300 metros encontramos el clásico Bar del Puerto, con toda suerte de pescados y mariscos excepcionales, la Posada del Mar, con igual calidad de producto, además de una carne magnífica y una terraza que en verano es una de las más concurridas de la ciudad, y también La Bombi, que logra en esos mismos productos unos sabores excepcionales.

Para los más jóvenes

Este es un verano de duelo por el cierre del local que llenaba las veladas locales: «Buenas Noches Santander». BNS estaba situado sobre la playa de La Concha y abría hasta el amanecer –quizá de ahí su cierre– concentrando a las nuevas generaciones. De los que han perdido este local, los más jóvenes han optado por «Summum», frente a las opciones de los un poco más curtidos, que prefieren para terminar la noche «Malaspina» y «Rockambole». Antes y después de cenar están las opciones de la plaza Cañadío: el propio Cañadío –que hoy tiene vida en Madrid con cuatro restaurantes de su grupo–, Ventilador y Grog.

Este es un verano de duelo por el cierre del local que llenaba las veladas locales: «Buenas Noches Santander». Estaba situado sobre la playa de La Concha y abría hasta el amanecer ABC

El veraneo en el norte sigue siendo como siempre y por eso tantos no queremos cambiarlo por nada. No hay mejor opción.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación