Saltan chispas en la cúspide de la reconstrucción de Notre Dame
Salen a la luz las tensiones personales entre el arquitecto en jefe de los monumentos nacionales, Philippe Villeneuve, y el general Jean-Louis Georgelin, responsable de la coordinación de los trabajos de reconstrucción de la catedral parisina

Las tensiones personales entre el arquitecto en jefe de los monumentos nacionales, Philippe Villeneuve , y el general Jean-Louis Georgelin , responsable de la coordinación de los trabajos de reconstrucción de Notre Dame de París, han abierto un nuevo frente de crisis en la gestión de tan históricos trabajos.
Desde hace meses, Villeneuve ha insistido en varias ocasiones en la «lentitud» , «complejidad» y «posibles retrasos» del proceso en curso, defendiendo una «reconstrucción idéntica».
Nombrado personalmente por Emmanuel Macron como responsable de la coordinación de todos los equipos que trabajan en el gran proyecto nacional, el general Georgelin informó el miércoles a la Comisión de Asuntos Culturales de la Asamblea Nacional de la marcha de los trabajos .
Ante las dudas y reservas de algunos diputados, Georgelin criticó severamente las sucesivas declaraciones del arquitecto en jefe de los monumentos nacionales, concluyendo con esta sentencia: «Lo que tiene que hacer es cerrar la boca».
Ese «cerrar la boca», poco diplomático, dejó al descubierto las tensiones personales entre los dos máximos responsables de la reconstrucción de Notre Dame .
Jubilado desde el 2010, Georgelin, antiguo jefe de Estado Mayor de los Ejércitos, la máxima autoridad militar de Francia , después del presidente de la República, era famoso por la «franqueza» de sus opiniones. Repescado por Macron para dirigir «con brío» la reconstrucción de Notre Dame, Georgelin utilizó contra el máximo responsable de los monumentos nacionales un lenguaje “poco apropiado”.
Macron se apresuró a dar una consigna estricta : «Georgelin debe dar prueba de discernimiento. Y evitar los comentarios públicos ». Una manera sencilla de ordenar que «cierre el pico». Franck Riester hizo circular inmediatamente la opinión oficial del ministerio de Cultura: «Los comentarios del general Georgelin son inaceptables . El respeto mutuo es un valor cardinal de nuestra sociedad. Debemos ser ejemplares en nuestro comportamiento público».
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