La obra de arte invisible de Yves Klein, subastada por 1,1 millones de euros, más del doble de lo esperado
De acuerdo con Sotheby's, «en términos de su intangibilidad, esta pieza puede verse como un precursor del arte digital y las NFT»

A lo largo de su corta carrera (murió a los 34 años de un ataque al corazón), Yves Klein (Niza, Francia 1928-París, 1962) se entrega a una práctica artística de marcado carácter experimental . Su obsesión por transmitir lo inmaterial marca sus principales señas de identidad, tanto su característico color azul ultramarino , que patentó con el nombre de IKB (International Klein Blue), como su empeño por abarcar el vacío.
En 1958, Klein intenta limitar este último a través de 'El vacío' , una galería desnuda con las paredes pintadas de blanco . El espectáculo atrajo a miles de visitantes . Al año siguiente, va un poco más allá y crea lo que él llama «zonas de sensibilidad pictórica inmaterial» . Detrás del complicado nombre, el artista propuso comprar distintas obras invisibles ('Inmaterial 1, 'Inmaterial 2'...) a cambio de oro en una estrambótica 'performance' que tuvo lugar hasta su muerte en 1962 cada vez que un comprador accedía a celebrarla.
Klein arrojaba al río Sena, en París, la mitad del oro que recibía. Una cámara inmortalizaba el momento y el comprador se quedaba con la foto y un recibo que certificaba la cantidad del metal precioso que estaba en el fondo del río. El ritual incluía la quema de ese certificado. «Este acto final pretendía reequilibrar el 'orden natural' que había desequilibrado a través de la venta del espacio», señalan en Sotheby's.
Mientras que algunos de los compradores optaron por aceptar la oferta de Klein, otros, como el célebre marchante de arte Jacques Kugel, optaron por conservarlos . En esos casos, Klein se quedó con el oro para usarlo en su serie simultánea de 'Monogolds', obras a gran escala hechas con pan de oro.
Es precisamente ese recibo, uno de los pocos que se conservan y que se ha expuesto en el reina Sofía o el Pompidou de París, el que Sotheby's puso a la venta ayer. Un coleccionista privado europeo adquiría la pieza por 1.063.500 euros , precio que superaba el doble del valor estimado en la preventa, fijado entre 300.000-500.000 €.
Precursor de los NFT
Con esta acción, Klein pretendía desafiar las nociones sobre el valor del arte y el consumismo ; de hecho, el certificado se asemeja a un cheque bancario. De acuerdo con Sotheby's, «en términos de su intangibilidad, esta pieza puede verse como un precursor del arte digital y los NFT », por lo que aceptará criptomonedas como pago.
Hace unos meses, el artista italiano Salvatore Garau seguía esta senda del vacío establecida por Klein. En junio de 2021, vendía la escultura inmaterial ‘Io sono’ (Yo soy) por 15.000 euros . El comprador sólo recogió el certificado de garantía, firmado y sellado por el artista que da fe de la obra. «El vacío no es otra cosa que espacio lleno de energía, incluso si lo vaciamos de campos electromagnéticos, neutrinos, materia oscura, de todo… y solo queda la nada, según [en mecánica cuántica] el principio de indeterminación de Heisenberg ¡nada tiene peso! Por tanto, tiene energía que se condensa y se convierte en partículas, en fin, ¡en nosotros! La intuición que tuve como artista, en lo abstracto y lo espiritual, está respaldada por la ciencia», afirmaba entonces Garau .
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