Sale a la luz el corral de comedias de Cartagena

El teatro se empezó a construir en la ciudad murciana en 1614, en pleno Siglo de Oro, y en él se representaron obras de Cervantes, Lope, Góngora o Quevedo, según un conjunto de documentos inéditos recién descubierto

ABC

La ciudad de Cartagena (Murcia) tuvo, durante el siglo XVII , un corral de comedias cuya importancia se desconocía y que ha sido resdescubierto, y puesto en valor, gracias a la labor de Rafael Sánchez . Este profesor del Departamento de Literatura Española, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Murcia ha estudiado la documentación que se conserva del corral de comedias cartagenero, un conjunto de documentos inéditos casi en su totalidad gracias a los cuales ha averiguado que el teatro contaba con elementos propios de la época barroca y que el ayuntamiento de la ciudad impulsaba el arte escénico .

La importancia de este estudio, titulado 'El corral de comedias de Cartagena en el siglo XVII: nuevos documentos' , radica en que, hasta hace poco, Cartagena no aparecía como sede de uno de estos edificios. «Sabíamos que existían corrales de comedias en algunas ciudades importantes: Sevilla, Madrid, Valencia, Córdoba, Murcia, Lisboa, Alcalá y, por supuesto, Almagro. Estas ciudades y otras pocas más conforman el mapa donde sabemos que se representaba teatro. Añado a Cartagena en este mapa porque ahora sabemos que hubo un corral de comedias de importancia y actividad teatral de primer nivel en el siglo XVII », explica Rafael Sánchez, en un comunicado recogido por EP.

Antes de que se levantara el corral de comedias, se utilizaba la Casa del Rey , un edificio céntrico que se encontraba en la actual Plaza del Rey de Cartagena. Este emplazamiento servía también como armería, almacén de municiones y lugar de descanso para las tropas reales y, por lo tanto, no era adecuado para la actividad teatral . Según los documentos analizados por Rafael Sánchez, la construcción de este teatro de comedias comenzó en 1614, en pleno Siglo de Oro . En el corral cartagenero, de hecho, se representaron obras de autores como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Góngora o Quevedo , gracias a las compañías itinerantes que entonces recorrían las ciudades.

Ubicación

Gracias al estudio del profesor de la Universidad de Murcia se ha desvelado, también, que el corral de comedias estaba situado entre la calle Bodegones y la calle Mayor, en pleno casco histórico de la ciudad de Cartagena . No hay registros de la ubicación exacta, pero según Rafael Sánchez, una localización muy aproximada sería un espacio adyacente al Hospital de Santa Ana, del Siglo XVII, que se encontraba entre el actual Ayuntamiento y la casa Cervantes de Cartagena.

De a investigación se desprende, además, que el teatro tuvo una construcción de planta nueva debido a que tenía un tamaño considerable, que incluso superaba en medidas al coetáneo teatro del Príncipe de Madrid. Su forma fue copiada del Teatro del Toro de Murcia , edificado en 1609 y que, a su vez, era un calco del símil de Córdoba, elevado en 1602. Constaba de una entrada principal, a la cual se accedía desde la calle Mayor y otra trasera para los comediantes.

Destaca su apariencia semicircular, elegida porque permite una mejor visión del escenario y una óptima propagación de la voz hacia los espectadores, los cuales se repartían entre una zona baja donde se ubicaba el patio y las gradas del corral, y dos cuerpos más elevados. En el patio, aunque no hay constancia documental, existieron asientos para los espectadores, y existían unos bancos a modo de gradas que se situaban debajo de los pisos superiores.

El interior

Las plantas estaban construidas sobre dieciocho pilares de ladrillo grueso y tenían columnas de madera. Se accedía a ellas a través de una escalera común y tenían distintas estancias, tales como los aposentos, cazuela y balcón de la ciudad y vestuarios para los actores y actrices. En concreto, tenía 22 aposentos, el mismo número que el Corral de la Cruz de Madrid; eran pequeños habitáculos de unos 6 metros cuadrados divididos por finas paredes de ladrillo y yeso, que se orientaban hacia el escenario.

En el primer piso estaba el balcón de la ciudad, elemento clave de los teatros barrocos. Era una especie de aposento independiente que duplicaba en tamaño al resto. Se situaba de tal manera que sus ocupantes, que solían ser autoridades civiles y eclesiásticas, tenían la mejor visión de los espectáculos y, a su vez, podían ser vistos por los espectadores desde cualquier ubicación. La cazuela era el lugar destinado a las mujeres, siendo la parte más amplia en la que podía colocarse el público. Ocupaba toda la fachada en forma de balcón corrido, con gradas de poca altura para que no pesaran demasiado, ya que se situaba en el segundo piso.

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