Revelan partes desconocidas de los yacimientos de Atapuerca
Los investigadores han logrado definir gracias al georradar la parte inferior de las cuevas de la Trinchera del Ferrocarril: Peluda, Sima del Elefante, Galería y Gran Dolina
Un grupo de investigadores ha desvelado, mediante el uso de un georradar, partes desconocidas del yacimiento arqueológico de Atapuerca (Burgos). Han logrado definir la parte inferior de las cuevas de la Trinchera del Ferrocarril: Peluda, Sima del Elefante, Galería y Gran Dolina.
Un equipo internacional de investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y la Universidad de Denver ha empleado para ello el georradar , un método geofísico no invasivo y muy empleado en arqueología por su fácil aplicación y que permite descubrir estructuras enterradas a distintas profundidades.
Sin embargo, suele descartarse en el estudio de cavidades porque los sedimentos arcillosos que las rellenan, al ser muy conductivos, atenúan la señal del radar limitando su capacidad de penetración.
Sin embargo, esta característica ha servido para estudiar la parte inferior de las cuevas de Atapuerca al permitir diferenciar las paredes de los conductos, de los sedimentos que las rellenan, según ha explicado Lucía Bermejo , autora principal de este estudio que se ha publicado recientemente en la revista «Geomorphology».
La profundidad de las cuevas se ha podido delimitar mediante dos sondeos mecánicos con recuperación de testigo, que han identificado hasta diecisiete metros de rellenos terrígenos, como en el caso del yacimiento de Galería.
Además, se han conseguido distinguir diferentes tipos de sedimentos, entre ellos un posible conducto relleno de sedimentos fluviales que conectaría el nivel inferior de Cueva Peluda con la parte inferior de Sima del Elefante .
Por otro lado, con la información aportada por el georradar y las fotografías históricas ha sido posible establecer la extensión del impacto de la actividad minera que tuvo lugar en la Trinchera hasta los años setenta del siglo XX.
Esta actividad fue especialmente intensa entre la Cueva del Compresor , situada frente a Galería y Gran Dolina , y generó unos rellenos de escombros que alcanzan hasta cuatro metros de potencia en las áreas de mayor impacto.
Todos estos datos ayudarán a planificar las estrategias de futuras excavaciones, ya que con este estudio se han podido identificar las zonas mejor conservadas.