Así es la respuesta al coronavirus en Europa y Estados Unidos
Certificados, apps, registros de población, controles policiales y de movimientos, geolocalización anónima y rastreo de contactos... Las respuestas de los distintos países a la pandemia son desiguales
La lucha contra el Covid-19 está resultando muy desigual en cada país. Cada uno implanta como cree más oportuno un tipo de medidas restrictivas para tratar de frenar la pandemia, desde las más leves hasta el caso de Rusia, que se encamina al control total de la ciudadanía.
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EE.UU.: el confinamiento se impone a medias en el país de la libertad
Nada tienen que ver los bloques de vivienda de protección oficial del Bronx con las praderas de Wyoming, y así ha sido la respuesta de EE.UU. a la epidemia de coronavirus: desigual. Aunque la gran mayoría del país -un 90% de su población- ha estado bajo órdenes de confinamiento, cada estado es un mundo y ha impuesto sus propias reglas.
El denominador común ha sido el cierre de los colegios y la prohibición de acudir al centro de trabajo, con excepción de los servicios esenciales. Pero, en el país de la libertad, de los espacios abiertos, del paisaje que no se acaba, obligar a la ciudadanía a quedarse en casa ni siquiera se ha planteado. La normativa de los confinamientos permite que la gente salga a pasear o a hacer ejercicio siempre que se mantenga la distancia entre personas.
Como consecuencia, esto ha dado una sensación de extraña normalidad en algunos momentos. En el epicentro de la crisis, la ciudad de Nueva York, dos realidades han vivido pegadas una a la otra: en los días de buen tiempo, Central Park se llena de neoyorquinos que retozan en la hierba y corren por los carriles, al lado del hospital de campaña, en una pradera del parque, que acoge los pacientes que no puede atender el hospital Mount Sinai.
En algunos estados y ciudades, el uso de mascarilla o de una prenda improvisada que tapa nariz y boca es obligado. No llevarla puede implicar una multa.
Las restricciones empiezan a pesar para algunos. Hubo iglesias que el Domingo de Resurrección se saltaron la prohibición de celebrar servicios. Y organizaciones religiosas que han denunciado al estado (en este caso, California) por no respetar la Primera Enmienda, que establece la libertad religiosa. El hastío con el confinamiento llevó en Michigan a varios miles de personas, muchas armadas, a protestar delante del Capitolio del estado para que se levanten las restricciones, volver al trabajo -22 millones de personas han pedido subsidio de desempleo en el último es- y, entre otras cosas, “poder ir al peluquero”.
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Italia: cuatro motivos para salir, y muy pronto los justificantes en una app
En Italia se puede salir a la calle en época de emergencia, pero se debe llevar consigo una autocertificación, según un modelo del Ministerio del Interior, para poder presentarla en caso de un control policial. Además de hacer constar la hora y el día de la salida, solo se permite salir por cuatro motivos: comprobada exigencia de trabajo, absoluta urgencia -en caso de tener que trasladarse a otro municipio-, situación de necesidad cotidiana en el municipio -hacer la compra- y motivos de salud. Próximamente, en lugar de la autocertificación, será suficiente con indicar y demostrar esa justificación con una app en el móvil.
Ante la necesidad de controlar a los contagiados y a las personas con las que haya tenido contactos, mediante una app en el móvil, se abrió un debate sobre la libertad y privacidad de los ciudadanos. “Al individuar a todos los contagiados, podremos garantizar los que no tienen problemas para circular libremente”, explicó el profesor Walter Ricciardi, miembro del comité técnico científico que asesora al gobierno sobre la epidemia. Entre los expertos se considera que es justo tutelar el derecho a la vida, por lo que son “justas las prohibiciones en una grave emergencia sanitaria”, según afirma el prestigioso jurista Gustavo Zagrebelsky, presidente emérito de la Corte Constitucional italiana: “La Constitución prevé que la libertad de circulación y la libertad de reunión puedan ser restringidas por motivos de salud, seguridad e incolumidad pública. Pero no sería admisible restringir derechos sobre la dignidad de los seres humanos y los discriminatorios”, afirma el jurista Gustavo Zagrebelsky. Pero en caso de establecerse una modificación sobre la libertad y privacidad de los ciudadanos, se tendría que aprobar en el Parlamento una ley ad hoc .
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Rusia: hacia el control total de la ciudadanía
La Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso, acaba de aprobar esta semana en segunda lectura un proyecto de ley que crea un registro unificado de la población a partir de la base de datos de la Hacienda del país. Pero, además de los datos de identidad personal y el historial de las declaraciones de la renta, incluirá abundante información sobre los diferentes trabajos desempeñados por el titular, tarjetas de crédito, viajes en tren, avión y vehículo propio, relaciones de parentesco, sanciones administrativas y antecedentes penales.
Algunos abogados de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos temen que la actual pandemia de coronavirus propicie también la inclusión en el registro del historial médico de los ciudadanos, algo que se contempla como un ataque más a la privacidad.
Rusia tiene en vigor una ley para la creación de un "internet soberano", aislado del mundo exterior, pero la actual epidemia ha obligado a posponer los ensayos para su puesta en funcionamiento. Al mismo tiempo, las ciudades del país se llenan de cámaras capaces de reconocer el rostro y hasta la retina en un esfuerzo por asimilar el sistema chino de videovigilancia.
Pero ha sido el Covid-19 y la necesidad de controlar la cuarentena de los infectados y el confinamiento domiciliario de la población el caldo de cultivo perfecto para la puesta en funcionamiento de nuevos métodos de seguimiento. Por ejemplo, los códigos QR introducidos por el Ayuntamiento de Moscú y en breve por el de San Petersburgo para controlar los movimientos de la población en el transporte público o privado. En la capital rusa empezaron a funcionar el día 15 para los trabajadores autorizados, personas que acudan al médico o aquellos que justifiquen debidamente la necesidad de un desplazamiento por la ciudad. Hasta para adquirir un abono de transporte se tiene ya que rellenar un formulario aportando detallada información personal.
Los enfermos de coronavirus que siguen tratamiento en casa están siendo monitoreados por la geolocalización de sus móviles gracias a una aplicación que deben descargarse obligatoriamente para poder verificar que cumplen la cuarentena. En esta tarea, según fuentes policiales, participan también las cámaras instaladas en las calles y las transacciones realizadas en los cajeros automáticos con las tarjetas bancarias. La empresa tecnológica rusa Yándex cuenta ya con un sistema de rastreo que permite averiguar cuántos moscovitas observan el confinamiento y cuántos salen a la calle y por cuánto tiempo.
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Reino Unido: geolocalización anónima y futuro rastreo de contactos
La población en Reino Unido está confinada en sus casas desde el pasado 23 de marzo y se permite salir solo en tres supuestos: para ir al trabajo cuando es estrictamente necesario, para comprar alimentos o medicamentos y para hacer ejercicio una vez al día. Aunque el primer ministro, Boris Johnson, advirtió que la policía tiene la autoridad para multar a quienes incumplan las medidas, lo cierto es que esta fórmula se ha utilizado poco. Es común ver a las fuerzas de seguridad alentando a las personas a dispersarse o a volver a sus casas si están incumpliendo las normas, pero las multas son la última opción. Por otra parte, el gobierno está trabajando con algunos operadores telefónicos para analizar datos de ubicación anónimos de teléfonos inteligentes para ver si la gente está siguiendo las pautas de distanciamiento social y para observar las tendencias en los movimientos públicos, particularmente en Londres y en su red de transporte, aunque fuentes del Gobierno han explicado que no rastrean a nadie de forma individual.
Además, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, anunció esta semana que pronto estaría disponible una aplicación de rastreo de contactos, que permitirá a las personas informar sobre sus síntomas y alertar de forma anónima a otros usuarios que hayan estado en contacto con esa persona en los últimos días. La aplicación, que es de uso volunario, tiene como objetivo ayudar a los investigadores a rastrear la propagación del virus, pero para que funcione debería registrarse e interactuar en la app al menos el 60% de la población adulta. Según Hancock, los datos se manejarán “de acuerdo con los más altos estándares éticos y de seguridad y no los conservaremos más tiempo del necesario”, pero queda por ver si los británicos, muy celosos de su privacidad, están dispuestos a utilizarla.
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Francia: controles y certificados, pero se puede hacer ejercicio
Policía municipal, policía nacional y gendarmes, a pie, en grupo, realizan controles en París y grandes ciudades. En carreteras y campos, los controles están realizados por patrullas móviles, en moto o automóvil. En toda Francia es posible circular alegando estas circunstancias: ir al trabajo, cuando es indispensable y está autorizado; ir de compras necesarias para el trabajo; consultas médicas que no puedan realizarse a distancia; visitas familiares “imperiosas” o de “urgencia”; salidas “breves” (una hora, en un perímetro de un kilómetro), para realizar una “actividad física”, paseo personal o familiar, paseo de gatos y perros (mascotas); convocatorias judiciales; participación en misiones de interés general, a la demanda de alguna autoridad administrativa.
Para realizar tales salidas es necesario llevar una atestación, firmada, “certificando” la realidad de los motivos alegados. Esa atestación es un modelo oficial, que cada cual rellena y firma por su cuenta. Debe presentarse con un documento de identidad. Para quienes lo deseen, y para quienes realizan desplazamientos en automóvil, el Ministerio del Interior propone una app que se puede descargar en el teléfono móvil. No es obligatorio descargar ni usar ese modelo de “control”. El Gobierno dice “garantizar” que esa app no tendrá uso policial, posterior a la crisis.