Al rescate de las primeras periodistas españolas

Colombine», Josefina Carabias, Sofía Casanova… las reporteras más conocidas no son las únicas que se ganaron la vida escribiendo en diarios. En «Voces de mujeres», Díaz Nosty recupera del olvido a más de doscientas periodistas

Jaime G. Mora

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Siempre se dice que Carmen de Burgos , «Colombine» , fue la pionera, y así lo destacaba ella. «Fui la primera periodista profesional», decía. «Fui la primera corresponsal de guerra…». En efecto, fue la que tuvo un papel más destacado en aquellos inicios del siglo XX, cuando las mujeres periodistas eran una excepción, pero los archivos documentales ponen en duda esta versión.

La primera mujer en ser admitida en la Asociación de la Prensa de Madrid, en 1895, fue la madrileña de origen asturiano Jesusa Granda . Ella ya cumplía con el requisito de tener un vínculo profesional más de diez años antes que Carmen de Burgos. Cuando «Colombine» ingresó en la asociación, en 1907, ya lo habían hecho otras cuatro mujeres.

Apresurarse con las etiquetas de «primera mujer» son con frecuencia una fuente de errores, advierte Bernardo Díaz Nosty en «Voces de mujeres» (Renacimiento), un monumental trabajo de investigación donde recupera los perfiles de 216 mujeres nacidas antes del final de la Guerra Civil y que trabajaron en prensa de manera habitual en los inicios del siglo.

Según su rastreo por distintas hemerotecas, las primeras periodistas calificadas como tal fueron la andaluza Patrocinio de Biedma y la asturiana Eva Canel , quienes ya en el último tercio del XIX escribieron sobre el papel social de la mujer o de la guerra de Cuba. «Colombine», Josefina Carabias, Sofía Casanova, Concepción Arenal, Luisa Carnés … Las periodistas reivindicadas durante estos últimos años no son las únicas que se ganaron la vida escribiendo en diarios. Hubo un buen puñado de mujeres que contribuyeron al desarrollo del periodismo moderno en España y a romper el discurso dominante.

En un artículo de 1897 sobre la creciente incorporación de las mujeres a las redacciones, Emilia Pardo Bazán sostenía que ellas tenían unas condiciones especiales para desempeñar el oficio: «Pronta y sagaz en ver o adivinar lo que no se ve; fina observadora del detalle menudo y del matiz imperceptible que presta a cada objeto y su significación; vibrante para sentir y fácil y rápida en expresar el sentimiento; concienzuda y exacta para el desempeño de la diaria tarea; fresca de imaginación y bien penetrada del criterio más corriente en la sociedad; compasiva y tierna ante la desgracia; apegada a lo corriente y con un sentido de la realidad que la aleja de las abstracciones, y la adhiere a la tierra y la coloca en el momento presente».

La prensa era un medio idóneo para que las periodistas, a menudo una «simbiosis entre pedagogas y activistas», hicieran llegar sus mensajes al conjunto de las mujeres. Era habitual que en sus artículos defendieran la conquista de los derechos civiles y políticos. El 44 por ciento del total de las periodistas biografiadas por Díaz Nosty se adscribieron a corrientes políticas de izquierdas, frente al 39,4 por ciento que se englobaron en posiciones conservadoras. Solo el 16,2 por ciento defendieron posiciones de centro, «más neutral que ideológica». Esto refleja «un ambiente de clara polarización, asociada a muchas de las anomalías políticas y manifestaciones de inestabilidad de la España contemporánea».

Aunque fueron muchas menos que en países como Francia o Estados Unidos, se cuentan por decenas las firmas que, bien porque el tiempo es desmemoriado o bien porque fueron expurgadas por motivos políticos o ideológicos, han pasado al olvido. La Guerra Civil frenó en seco las carreras de mujeres que cubrieron conflictos bélicos, lucharon por la igualdad de derechos e incluso dirigieron periódicos. Aproximadamente la mitad de las periodistas que permanecían activas en los años treinta se exiliaron durante la guerra o a su término, y al menos quince de las que se quedaron en España sufrieron medidas represivas. Las pocas que siguieron dándole a la tecla se ocuparon en revistas femeninas.

Díaz Nosty espera que su investigación sirva de orientación a otros trabajos más completos y que amplíen su lista: «Con seguridad son más, muchas más».

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