Un repaso por las obras más rabiosas del pintor

Última exposición. Una de las salas de la exposición de Eduardo Arroyo «Tríptico: Teatro, Arte y Literatura», esta tarde, la última que inauguró el artista en vida, el pasado 10 de septiembre, que permanecerá abierta en el Torreón de Lozoya, en Segovia, hasta el 18 de noviembre, organizada dentro del Hay Festival, junto a Acción Cultural española y la Fundación Caja Segovia «El cordero místico». -En 2012, inauguraba una exposición en el Museo del Prado -uno de los pocos artistas vivos que lo conseguía-. Se trataba de una reinterpretación de «El cordero místico», de Jan van Eyck, encargo de Zugaza, entonces director de la pinacoteca. «El paraíso de las moscas». «Eduardo Arroyo y el paraíso de las moscas» es una biografía del artista escrita por Fabienne Di Rocco, su colaboradora durante años, que ilustraba él mismo «Van Gogh en el billar de d'Auvers-sur-Oise». Una de sus ultimas pinturas (2017) que formaó parte de su última gran retrospectiva internacional en la Fundación Maegth de Sant Paul de Vence, en el sureste de Francia. Un discurso metapictórico, sobre la pintura desde la pintura «El retorno de las cruzadas». Una de las últimas obras de Arroyo, capital para entender al artista en su último periodo. «Ese fabuloso pastiche con el que homenajeaba el año pasado a Ignacio Zuloaga y su célebre cuadro ''Victimas de la fiesta''», de acuerdo con Zugaza que organizaba en el Museo de Bellas Artes de Bilbao una confrontación de las dos obras «Unicornio de Laciana». Esculpía sus esculturas con piedras que él mismo encontraba en el Valle de laciana, cerca de los Picos de Europa, donde el artista pasaba los veranos de su infancia. Tras sus ensamblajes escultóricos de los años 80, Arroyo se guía aquí por la forma natural de la piedra o del tronco atormentado de un árbol como puede verse en el imponente «Unicornio de Laciana». «El final trágico de Marcel Duchamp». «Le pego una bofetada. Lo que me ha convertido en un hito de la historia del arte del siglo XX. Está en todas las enciclopedias. Han tardado en meterme y en tomarlo en consideración 50 años. Ahora está en todos los sitios. Lo que daría la gente por tenerlo. Es como ''La Dacha''. La gente se ha vuelto completamente loca con ''La Dacha'', afirmaba el propio Arroyo en una entrevista publicadas en ABC «La dacha».