Quién es quién en la fiesta de alto copete del Rijksmuseum

David Lyon. El único museo español que se halla entre los prestadores es el Thyssen, que ha cedido para la muestra el «Retrato de David Lyon», de Sir Thomas Lawrence Lucy Percy. La condesa de Carlisle fue pintada en 1637 por Van Dyck, uno de los retratistas más prolíficos de la Historia del Arte: de sus 542 retratos, 107 fueron a escala real La marquesa Luisa Casati. Giovanni Boldini retrató a esta excéntrica aristócrata, musa de Poiret y Fortuny y precursora de Lady Gaga. Llevaba serpientes alrededor de su cuello a modo de collar, paseaba por Venecia con dos guepardos que lucían correas enjoyadas... Retratada por Man Ray y Cecil Beaton, amante de Gabriele D’Annunzio, inspiró colecciones de McQueen y Galliano. Su escandalosa vida fue llevada al cine por Vivien Leigh e Ingrid Bergman Anna de Noailles. Van Dongen inmortalizó a esta musa de las vanguardias. Princesa de origen rumano, luce la medalla de comandante de la Legión de Honor. Fue la primera mujer en obtenerla Samuel-Jean Pozzi. John Singer Sargent retrata así de seductor a este médico, amigo de Proust, Zola y Montesquieu. Era célebre por sus conquistas amorosas. Un paciente lo asesinó Jane Fleming. Jane Fleming, condesa de Harrington, fue pintada por Sir Joshua Reynolds en este maravilloso retrato, propiedad de la Huntington Library de San Marino. El artista también retrataría a su hermana, Seymour Dorothy. Eran dos ricas y hermosas jóvenes. Se rumoreaba que ésta última, Lady Worsley, tuvo 27 amantes. Reynolds fue, junto con Gainsborough, el impulsor de este tipo de retratos en la Inglaterra del siglo XVIII Marten Soolmans y Oopjen Coppit. un joven matrimonio, de familias de ricos comerciantes. Son retratados por Rembrandt en 1634 como la mejor tarjeta posible para presentarse en sociedad. Están recién casados. Ella espera su primer hijo. El pintor, que cobra por los cuadros 500 florines, tiene 28 años cuando los realiza: Marten, 20; Oopjen, 23. Ambos visten de riguroso negro, tan solo animado por el blanco de los encajes. No les falta un detalle: vistosos zapatos, guantes y sombrero, en el caso de él; perlas, diamantes y abanico de plumas, en el de ella.