La presidenta del jurado de la Mostra de Venecia no irá a la gala de Polanski en solidaridad con las víctimas de acoso

«No deseo ponerme de pie y aplaudir», dijo Lucrecia Martel durante la rueda de prensa inaugural, en la que se mostró partidaria de las cuotas

La cineasta argentina Lucrecia Martel, presidenta del jurado de la 76 edición del Festival de Cine de Venecia EFE

Ángel Gómez Fuentes

En la Mostra de Cine de Venecia ha estallado la polémica por la presencia de la película de Roman Polanski «J'accusse» en la sección oficial, lo que ha irritado a la presidenta del jurado, la directora argentina Lucrecia Martel , que en señal de protesta no irá a la gala en la que se proyectará el filme. Además, Nate Parker, director afroamericano acusado de violencia sexual y después absuelto, estrenará «American Skin», en la sección «confines», lo que no ha sido bien visto por algunos. Un tercer motivo para la protesta al director de la Mostra es el de haber elegido solamente dos directoras, cuando son 21 las películas que aspiran al máximo galardón, el León de Oro .

Lo cierto es que la 76 edición de este Festival está llamada a ser una de las más brillantes, por el alto número de estrellas que desfilarán por la alfombra roja del Palacio del Cinema del Lido , pero ha resultado inevitable la protesta, porque en este momento histórico el movimiento feminista #MeeToo se ha extendido a todos los niveles y no es posible separar esa realidad, sobre todo en el mundo del cine.

Especialmente polémico es el caso Polanski , quien seguramente para evitar tensión y protestas no vendrá a Venecia. El realizador de «La semilla del diablo» tiene varias acusaciones de abuso sexual , en particular contra una menor en Los Ángeles. En 1978, Polanski se vio obligado a huir de Estados Unidos. En la gala del viernes se presentará «J’accuse», un filme basado en el caso de Alfred Dreyfus , un oficial del ejército francés acusado de ser un espía que informaba a los alemanes, condenado luego a cadena perpetua. Fue un escándalo que dividió a Francia.

La presencia del filme de Polanki no ha sido bien vista. Muy significativa ha sido la reacción de la presidenta del jurado, la cineasta argentina Lucrecia Martel, que en solidaridad con las víctimas de acoso no asistirá a la gala en la que se proyectará la cinta. Martel se carga de argumentos: «No asistiré a la gala porque represento a muchas mujeres que estamos luchando en Argentina por estas cuestiones. No quiero ponerme en pie y aplaudir. La presencia de Polanski con noticias del pasado me resultó muy incómoda», dijo Martel en la rueda de prensa inaugural del Festival.

La obra y el hombre

Por otro lado, la realizadora argentina destacó que considera un acierto que la película de Polanski esté en la Mostra, porque «es un diálogo que nos debemos y el Festival es el mejor lugar para emprender ese camino». «No separo la obra del hombre -añadió-, pero creo que su obra merece una oportunidad por las reflexiones que plantea». Decisivo para que la directora de «Zama» (2017) aceptara la presidencia del jurado ha sido que la víctima que acusó a Polanski de violación haya dado el caso por cerrado: «Si la víctima se ve resarcida, ¿qué vamos a hacer nosotros?, ¿negar su presencia en el Festival, ajusticiarle? Son conversaciones pendientes de nuestro tiempo», concluyó Martel.

Por contra, el director de la Mostra, Alberto Barbera , mostró una opinión diferente al considerar que es fundamental separar y distinguir entre el hombre y el artista: «La historia del arte está llena de hombres que han cometido crímenes, pero no por ello se deja de considerar sus obras», afirmó.

En el capítulo de cuotas de mujeres directoras en el Festival, continúa también en esta edición la polémica. En el pasado año solo hubo una realizadora en la sección oficial. Ahora hay dos: Haifa Al-Mansour, la primera directora de Arabia Saudi, con «The Perfect Candidate», y la australiana Shannon Murphy, con «Babyteeth». Barbera reitera que nunca favorecerá películas por el mero hecho de estar dirigidas por mujeres, sino que se debe imponer el criterio de la calidad .

En su opinión, la solución a esta cuestión no debe estar en el Festival, sino en otros lugares: «En las admisiones en escuelas de cine, o el acceso a la financiación, donde hay todavía prejuicios ». En cambio, la presidenta del jurado se mostró favorable a las cuotas de directores en las selección de películas en los festivales : «No sé de qué otra manera se puede empezar a forzar a esta industria a pensar diversamente. Esto no quiere decir que cualquier película dirigida por una mujer esté haciendo una gran lectura sobre la humanidad, pero es indudable que el cine no está representado la complejidad de la sociedad», concluyó Martel.

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