Premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote
Íñigo Méndez de Vigo: «La libertad de prensa constituye la enseña de las sociedades libres»
Reproducimos el discurso pronunciado por el exministro, presidente del jurado de los Premios Cavia en su 99 edición
Majestades,
Realzando este acto con vuestra presencia testimoniáis, una vez más, el compromiso de la Corona con las libertades -y la libertad de prensa constituye la enseña de las sociedades libres- y con el fascinante y enriquecedor mundo de la cultura. Muchas gracias.
El jurado de los Premios Cavia, Luca de Tena y Mingote, que he tenido el honor de presidir, ha tenido una tarea sencilla. En primer lugar y ante todo, porque los tres premiados eran incontestables.
En segundo, por el gran talento de los integrantes del Jurado: doña Victoria Prego, doña Enriqueta Villar, don Ramón Pérez-Maura y don Javier Barcaiztagui, conde de Llobregat en la vida social y Barca en el parnaso de la cultural.
Y finalmente, porque en nuestra rápida deliberación y subsiguiente decisión hemos dado la razón a Oscar Wilde cuando afirmaba: «En la buena sociedad, todo el mundo está de acuerdo». Así fue y así lo cuento.
Cuando de pequeño me enseñaron el catecismo, aprendí aquello de que había que esperar al reino de los cielos para que Dios premiara a los buenos y castigara a los malos. Confieso que esa espera tan larga y con alguna incertidumbre siempre me pareció desalentadora. Y aunque este jurado carecía de atribuciones divinas, sí podía premiar en esta Tierra a los buenos -y buenos son los señores Albiac, Corripio y Nieto-. La ventaja de ello es la inmediatez y, sobre todo, el disfrute de este reconocimiento público rodeados de sus familiares, sus amigos y sus lectores, que tanto hemos disfrutado con sus artículos, tanto hemos apreciado su esfuerzo editorial o nos hemos maravillado con sus tiras.
El agente judicial que interpreta Ricardo Darín en la película «El secreto de sus ojos» averigua que el asesino al que persigue es seguidor del Racing de Avellaneda y lo localiza en el estadio. «Uno puede cambiar de trabajo o de mujer -sentencia-, pero uno no cambia nunca de equipo de fútbol».
Algo similar sucede con los diarios. Es la primera herencia que recibes en tu vida, porque tu primer diario fue el que compraban tus padres. Es extremadamente fiel, pues no conozco a nadie que solo falte a la cita cotidiana dos días de 365. Y con el digital, ni eso. Y te acompaña, si tú quieres y por un módico precio, a lo largo de toda tu vida. Incluso al más allá, después de haber exhalado el último suspiro porque, como se dice por Madrid, «nadie está realmente muerto mientras no aparezca su esquela en ABC».
Este ABC, que presidido por Doña Catalina Luca de Tena y dirigido por Don Bieito Rubido, goza de muy buena salud, como lo prueba el hecho de que dos de los galardonados en esta noche escriban en sus páginas.
Este ABC es, para muchos de nosotros, ya en el viejo y querido papel o a golpe de clic, el compañero inseparable del café con leche matutino; quien te cuenta lo que ha pasado en los cuatro puntos cardinales del globo terráqueo; quien te brinda análisis y reflexión; quien te suscita una sonrisa; quien, en suma, relata la vida y permite a sus lectores vivir esa misma vida de mil maneras diferentes.
Por todo ello, muchas gracias.
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