La posible estacionalización de las visitas a Altamira se conocerá a finales de año o principios del próximo

Se estudia la posibilidad de restringir las visitas a los meses de verano y otoño

Pilar Fatás, directora de la VII Escuela de Arte y Patrimonio «Marcelino Sanz de Sautuola»

ROCÍO FERNÁNDEZ ORTIZ

Habrá que esperar hasta finales de este año o principios del próximo para saber si se modifican o no las visitas a Altamira . Desde febrero de 2014, y tras permanecer doce años cerrada al público, cinco personas entran a la cueva cada semana, elegidas por sorteo entre quienes se encuentren los viernes en el Museo anexo a la gruta cántabra, patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Sin embargo, en el último Patronato se puso de manifiesto el deterioro experimentado por sus pinturas, que convierten a este yacimiento en uno de los más importantes del mundo en arte rupestre. Los informes técnicos revelan una «fragilización» de determinadas zonas del techo de los polícromos, sala conocida como la 'capilla sixtina' del Paleolítico, con una ligera «caída de roca y pintura». Si bien los expertos desconocen la causa exacta de este hecho, coinciden en que se produce entre febrero a junio , en primera, la época en la que se concentran las precipitaciones en la región y se acentúan los problemas de filtración y condensación del agua en la cavidad.

Por eso, el Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira sopesaron en su última reunión, celebrada el mes pasado, modificar las visitas experimentales -que permiten a los cinco agraciados en el sorteo permanecer 37 minutos en el interior de la gruta- y estacionalizarlas, esto es, concentrarlas en el periodo que va de junio a febrero , en verano, otoño y parte del invierno, para proteger la cueva y sus pinturas.

Pero la decisión final sobre los accesos tardará al menos seis meses en conocerse , según apuntó ayer la directora de Altamira. «No es una cosa que partamos de cero. Estamos en ello, lo que pasa que todos los procesos y toda la investigación relacionada con los temas de conservación son a largo plazo, por lo tanto de lo que estamos hablando de por lo menos seis u ocho meses para poder tomar esa decisión», explicó Pilar Fatás, que dirige la VII Escuela de Arte y Patrimonio 'Marcelino Sanz de Sautuola' en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Con motivo de su participación en este foro, aclaró que lo que se va a analizar ahora es si dicha estacionalización sería beneficiosa para la conservación de la cueva.

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