Polémica en la SGAE por la petición de que 10 millones pendientes de reparto pasen a cuadrar las cuentas
Varios socios denuncian una maniobra que convierte el punto 5 del orden del día de la Asamblea de hoy en un «regalo de los socios a la Junta»
Hoy se celebra la Asamblea de la SGAE, varias veces aplazada, en la que el mayor de los desafíos es aprobar unos estatutos que el Ministerio de Cultura valide como los que normalizarán la vida de la entidad , que arrastra desde hace años la más grave y larga crisis de su historia . Sin embargo, en las últimas horas, un creciente número de socios ha empezado a expresar su preocupación por otro de los puntos del día de la Asamblea, convocada por la Junta Directiva y la presidenta Pilar Jurado.
Se trata del punto 5 de ese orden del día, que dice así: «5. Aprobación, en su caso, de la incorporación en los ingresos de la Entidad de la diferencia existente en los derechos pendientes de reparto» . Al parecer se trata de 10 millones de euros que son «pasivo», porque están pendientes de reparto y que en caso de aprobarse el punto 5 pasarían a formar parte del saldo contable de la gestión , en un año en el que la recaudación, según denuncian, no ha sido buena, o no tan buena como Pilar Jurado ha anunciado. Ella ha dejado ver que la de 2019 es una de las mejores recaudaciones de la década. Otras fuentes afirman que caerá en 40 millones sobre el año pasado.
«Nos piden que le regalemos 10 millones»
«Es como si nos pidieran a los socios que les regalemos diez millones de nuestro dinero para cuadrar sus cuentas y decir que son mejores gestores de lo que son», comenta un músico. Además, tal y como ha publicado estos días el blog del expresidente de la SGAE José Miguel Fernández-Sastrón, que se encuentra entre quienes se sienten escandalizados por este intento de desviar un dinero pendiente de reparto para otros fines, la medida podría vulnerar la ley y traer consecuencias. En definitiva es un reparto que no se ha hecho efectivo por una deficiente identificación de su procedencia, lo que lleva a un problema de trazabilidad de la recaudación que muchos socios ponen entre los más urgentes de mejora en la entidad.
Como siempre en la SGAE, hay distintas maneras de explicarlo. Mientras se citan informes de despachos externos de abogados que defiende la legalidad de este movimiento, Sastrón aduce que vulnera directamente el vigente Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, además de que es una operación de ingeniería contable para transformar pasivos en ingresos de la entidad , con una petición a la Asamblea para que lo sancione y que no aclara de donde proceden esos fondos tan cuantiosos ni de quién serían en un proceso de reparto.
Pasivo «con» los socios
La Junta Directiva de la SGAE en la información que ha ofrecido a los socios para explicar este tema es poco extensa: «A 31 de diciembre de 2017, la Sociedad mantenía dentro de esta partida, un pasivo contable por importe de 10.143.258 euros con los Socios de SGAE y que superaba la cifra existente en los departamentos de reparto y recaudación de la entidad». ¿Cómo es posible un error de tanto bulto? ¿Por qué se dice «con» los socios cuando ante se decía en las auditorías del año pasado «un pasivo contable por importe de 10.143.258 euros, que corresponde a los socios de SGAE. ..»? ¿Por qué la solución propuesta ante esa recaudación mal identificada es convertirla en ingresos en lugar de mejorar el reparto? Las preguntas figuran en las conversaciones de algunos socios en la víspera de la Asamblea.
Pasivo significa que se lo debe a los socios, explica Sastrón y «por este milagro de Caná [la presidenta] osaría aspirar a este superávit de balanza», convirtiendo «10 millones que debe a sus socios en 10 millones que sus socios le regalan generosamente en una asamblea» , si es que la votación del punto 5 es positiva.
Informe jurídico razonable
Ciertamente hay un informe jurídico favorable a la operación que defiende la presidenta de SGAE y según Sastrón le propone que «el 90% de importe anterior se impute como ingresos de la Sociedad. El 10% restante, por principio de prudencia mantenerlo como reserva, por un período de cinco años». Sastrón explica que esa prudencia es por si algún socio denuncia el hecho y se vieran obligados a darle más adelante su parte.
El monto de diez millones tiene una historia algo tenebrosa , que se remonta a cuando Sastrón era presidente (2016-2018). Nada más descubrirse su existencia provocó tensiones entre el director financiero Gerardo Rodríguez y el director general de la época, Luis Felipe Palacios, que habría ido apartando ese dinero «para eventualidades y tapar agujeros», según cuentan que dijo. Al ponerse en conocimiento de la Junta hubo mucha tensión e intensas discusiones, que acabaron con el despido del «descubridor, Gerardo Rodríguez» . Eso no hizo sino engordar el escándalo y acabó con el despido de Luis Felipe Palacios y la recontratación de Gerardo Rodríguez. Hay quien temía que ese dinero tuviera como fin costear un posible ERE del que aún no se había hablado oficialmente.
Con el tiempo, y un nuevo baile de cargos -algo muy común en los últimos años de la SGAE- se perdió memoria del problema y además no se pudo identificar a quién correspondía la mayor parte. Desde entonces está ahí. Y ahora, en el punto 5 que hoy votarán los socios.