Pioneros de la medicina: encuentran la mandíbula de un guerrero bizantino suturada con hilo de oro
Un grupo de investigadores encuentra restos de la calavera de un guerrero del siglo XIV en Tracia con una mandíbula fracturada que fue reparada mediante un hilo de oro
Un grupo de investigadores ha encontrado restos de la calavera de un guerrero del siglo XIV en Tracia con una mandíbula fracturada que fue reparada mediante un hilo de oro.
Anagnostis P. Agelarakis , profesor de antropología del Departamento de Historia de la Universidad Adelphi de Nueva Yorkde, junto con varios colegas, han descubierto lo que quedaba de la cabeza de un guerrero bizantino excavando en el fuerte de Polistylon, en Tracia (norte de Grecia) en 1991. En 2017 publicó detalles del lugar en el que había sido enterrado, destacando que la cabeza se encontró separada de su cuerpo (los otomanos decapitaban sus enemigos derrotados) dentro de la tumba de un niño pequeño, aunque no se sabe si ambos pertenecían a la misma familia.
Ambos se encontraban en el pequeño cementerio situado dentro del fuerte, junto con fragmentos de una vasija de cerámica. Y consideró que fue enterrado alrededor de 1308. Pero ha sido ahora, con un nuevo estudio publicado recientemente, cuando ha dado a conocer lo que descubrió estudiando los restos de la calavera de este hombre, que luchó defendiendo el fuerte de las fuerzas otomanas en el siglo XIV.
El guerrero era un hombre de entre 35 y 40 años en el momento de su fallecimiento. Su cabeza mostraba evidencia de un golpe frontal horrendo, que causó probablemente su muerte. La mandíbula había sido rota en dos partes unos diez años antes, posiblemente debido a una herida provocada por una caída de caballo, una herida por flecha o un proyectil balístico (porque los otomanos utilizaban pólvora en sus batallas). Y se había recuperado gracias a un fino hilo de oro que permitió que se mantuviera unida la mandíbula mientras se formaba el nuevo tejido óseo.
El hilo no se ha recuperado, pero sí su rastro: sólo podría ser de oro ya que de ser de plata o de bronce habría dejado una marca o decoloración en los huesos. Esta cura refleja los sofisticados conocimientos médicos de la época, basados por las recomendaciones de Hipócrates ya en el siglo V a.C. Recomendaba utilizar oro en este tipo de tratamientos médicos, ya que era un metal a la vez suave y maleable pero también fuerte y no tóxico.
El profesor Agelarakis destaca que este guerrero «debía ser un jefe militar, probablemente del fuerte» y que fue decapitado por los invasores otomanos cuando lo ocuparon. Porque el tratamiento médico que recibió por su fractura anterior sugiere que fue alguien importante. «En uno de sus dientes vi que se había hasta limado una parte para que el nudo del hilo de oro no le hiriese el interior de la mejilla, algo muy sofisticado».
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