‘Patria y vida’ revoluciona los Grammy Latinos: mejor canción y tributo a los presos políticos de Cuba
La canción, interpretada por Yotuel, Descemer Bueno, El Funky, Gente de Zona, Yadam González y Maykel Osorbo, ha sido banda sonora de las protestas democráticas de los últimos meses en Cuba
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Maykel Osorbo es un rapero cubano que este jueves por la noche ganó, junto a otros, el premio a la mejor canción del año en la gala de los Grammy Latino, la gran noche de la música hispanoamericana. Sonó ‘Patria y vida’, la canción ganadora, desde el escenario de Las Vegas, pero sin la voz de Osorbo, encarcelado desde el mes de mayo por su oposición al régimen castrista y por su protagonismo en el Movimiento San Isidro, que exige libertad de expresión artística en Cuba. Sonó quizá con más fuerza por su ausencia y por el recuerdo al resto de disidentes represaliados por el Gobierno cubano. La canción, compuesta por el rapero cubano Yotuel y la cantautora española Beatriz Luengo -casados y afincados en España-, afilada después con las incorporaciones de otras voces cubanas disidentes, se convirtió este verano en el himno de las protestas contra los abusos de la dictadura comunista.
Frente a la mordaza de la represión cubana, que aplasta las voces que piden algo tan claro como el título de la canción, la gala de los Grammy Latinos fue un altavoz formidable de la lucha por la causa de la libertad en la isla. Si ‘Patria y vida’ era ya muy conocida, ahora apunta a fenómeno en todo el continente.
Subieron al escenario a cantarla el propio Yotuel, acompañado de Descemer Bueno, El Funky y Gente de Zona. Con un escenario que recordaba a una calle de La Habana, entre velas y luces rojas, recorrieron la letra de «La historia verdadera, no la mal contada / Somos la dignidad de un pueblo entero pisoteada / A punta de pistola y de palabras que aún son nada / No más mentiras / Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas» y el público se electrizó con el coro final de ‘Patria y vida’, con el productor Emilio Estefan en primera fila, agarrado a una bandera de Cuba.
Su mujer, Gloria Estefan, también cubana y comprometida durante su carrera por la libertad en Cuba, abrió la gala con su éxito ‘Abriendo puertas’ , que podía entenderse también como un guiño de esperanza a la situación en la isla: «Y vamos abriendo puertas / Y vamos cerrando heridas / Porque en el año que llega / Vamos a vivir la vida».
El momento cumbre fue cuando, contra pronóstico, ‘Patria y vida’ se llevó el premio a la canción del año, que competía contra grandes éxitos comerciales como ‘Agua’ , de J Balvin; ‘Hawái’ , de Maluma; o ‘ Vida de rico’ , de Camilo, uno de los grandes protagonistas de la noche.
Con el escenario tomado por los músicos que han participado en la canción, Yotuel dedicó el galardón a su madre: «Hijo, ten el valor de hacer lo que mi generación no hizo», contó que le dijo. «¡A mi Cuba libre! ¡A Maykel Osorbo!» , gritó el rapero al micrófono en la dedicatoria, entre gritos de ‘Patria y vida’ en el público.
No era el único premio que se llevó la canción, que también fue galardonada como mejor tema urbano del año en el acto previo a la gala, con más estatuillas y menos actuaciones. En ese momento fue Beatriz Luengo quien más tomó la palabra: «Lloro porque no se pueden imaginar lo que hemos sufrido», decía entre lágrimas. «Yo, como mujer compositora, he tenido amenazas de todo tipo. Me tumbaron mis redes sociales, nos quitaron el vídeo de YouTube… La canción molestó muchísimo y solo habla de derechos humanos. He recibido amenazas personales con mi niño recién nacido, yo no sabía a lo que nos enfrentábamos. Es música y pedir libertad para los que no tienen voz».
Yotuel también se llevó buena parte de las miradas en la alfombra roja, donde apareció con una bandera enorme de Cuba en forma de capa. El Funky, por su parte, se vistió con una camiseta con el rostro de Osorbo y la leyenda ‘Free Maykel’. Desde esa noche, el rapero es preso y ganador de dos ‘grammy’.
La relevancia de ‘Patria y vida’ como canción-protesta dejó en evidencia la superficialidad de la otra protesta de la noche: la del reguetonero J Balvin, que en septiembre abogó por un boicot de la gala por la escasa presencia de reguetón, el estilo que monopoliza las salas de baile y los altavoces de los coches en buena parte del continente. J Balvin no acudió a Las Vegas y los organizadores metieron el dedo en la herida con presencia escasa de reguetón -Ozuna y el acto final de Bad Bunny fueron excepcines- y mucha de, por ejemplo, música norteña de México. O actuaciones de clásicos de la música latina que tuvieron el pico de su popularidad hace décadas, como Maná -su cantante, Fher Olvera, tuvo problemas para recordar la letra y coger el tono de ‘Mariposa traicionera’, acompañado por Alejandro Fernández-, Juanes, Gloria Trevi o el homenaje a Armando Manzanero.
Una gran noche
A nadie importunó, sin embargo, la presencia de Rubén Blades, de elegancia máxima acompañado por una ‘big band’ fabulosa y al que le dieron un galardón homenaje y, cuando pocos lo esperaban, el del álbum del año, uno de los premios gordos de la noche. El puertorriqueño Residente, componente de Calle 13, salió al escenario para una loa emocionante. «Nadie en la música tiene tu obra literaria, tus historias son de gente de verdad», le dijo, con tembleque en la mano, incapaz de sujetar la hoja con su discurso. «Me criaste con tu música, me educaste con tus letras, me abriste la puerta, eres mi mentor, mi maestro, mi amigo, eres como un padre para mí, gracias Rubén».
También tuvo una gran noche Juan Luis Guerra , tanto en una actuación acompañado por los míticos 440, como por la ristra de premios que se llevó: cuatro, el que más, igualado con el colombiano Camilo. Este último, una presencia constante en la gala, vino a comerse los Grammy Latinos -tenía diez nominaciones- y lo hizo a medias. Pero no dejó de derrochar simpatía desde la punta de sus bigotes.
Cerca de él estuvo el español C Tangana , en su irrupción en los grandes escenarios de la música internacional . Aprovechó la diversidad de géneros que acumuló en su popularísimo álbum ‘El madrileño’ para ganar los premios a la mejor canción alternativa y mejor canción de pop/rock. Un tercer galardón lo compartió con su amplio equipo técnico: el de álbum con mejor ingeniería de sonido. Y todavía con más gente compartió el escenario para cantar uno de sus éxitos por rumba, ‘Ingobernable’. Pero, para ingobernable, e insobornable, Osorbo.
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