Pablo Pérez-Mallaína: «Magallanes fue implacable con los motines. Los castigos eran duros en mar y tierra»

El catedrático sevillano ve similitudes entre la expedición de la nao Victoria y el viaje del hombre a la Luna

Jesús Álvarez

Pablo Pérez-Mallaína dirigió el departamento de Historia de América de la Universidad de Sevilla, fue director de Estudios Asociados de L’École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y responsable de contenidos del Pabellón de la Navegación de la Exposición Universal de 1992.

¿Es comparable la gesta de Magallanes y Elcano con la llegada a la Luna?

Sí. El espacio se conquistó con naves y los que manejan las naves espaciales son astronautas, «navegantes de los astros». En la época de Magallanes se hablaba del «non plus ultra», es decir, de que no había nada más allá del océano, el mar tenebroso. Nuestro mar tenebroso es el espacio interplanetario. Fueron dos de las empresas más caras y tecnológicas que hicieron los Estados. Una carabela era entonces la máquina más compleja de su tiempo. Los que las dirigían tenían muchos conocimientos técnicos. Y las condiciones de vida de los dos viajes fueron muy duras. Se decía en la época de Elcano que los barcos del rey se olían antes de verse.

Magallanes y Elcano confirmaron que la tierra era redonda.

Los romanos ya sabían que la Tierra era redonda. En Éfeso hay una estatua de Trajano en la que apoya el pie sobre una bola. Escuché a un guía decir que los romanos ya jugaban al fútbol, pero esa estatua no aludía al fútbol, sino al mundo. Lo que hizo el viaje de Magallanes fue dibujar la imagen de la Tierra, el mapa actual. Los árabes ponen el sur arriba y el norte abajo; en la época medieval lo que se ponía arriba era Oriente, Jerusalén, y por eso decimos que estamos orientados o desorientados.

Se añadieron once mil kilómetros a la circunferencia del orbe.

Desde la Península Ibérica hasta China había una enorme distancia. Y una inmensa masa de agua. El Pacífico no se pensaba entonces que era tan grande y el mismo Colón creía que la Tierra era más pequeña. En el Pacífico caben todos los continentes.

Y se descubrió también el desfase horario entre los continentes.

El desfase horario se intuía, pero se descubrió que, navegando hacia el Oeste, se perdía un día. Phileas Fogg pudo ganar su apuesta de dar la vuelta al mundo en ochenta días porque hizo el viaje en sentido contrario.

¿Fue, junto con el descubrimiento, el inicio de la globalización?

Uno de los inicios. La ruta de los portugueses hacia Oriente también fue parte de esa globalización. Se atravesaron en línea recta, a lo ancho, por primera vez los mayores océanos del planeta.

La gesta de Magallanes resultó dramática. Salieron 250 hombres en cinco naves. Y regresó una sola con solo 18 personas.

Después volvieron algunos más y con ellos algunos indígenas. Uno de ellos, muy espabilado, empezó a preguntar aquí por los precios de las especias, comparándolos con los de allí. Creo que a ese no le dieron permiso para regresar, no fuera a ser que avisara que esas mismas especias se vendían en España sesenta veces más caras.

El sueldo de Elcano era de 104.000 maravedíes, aunque quintuplicó sus ganancias con la quintalada de las especias. -¿Fue el negocio el motivo del viaje?

Sí, pero el viaje no resultó ningún negocio. Con las especias lograron pagar todos los gastos del viaje y apenas les quedó un 0,5 por ciento.

Elcano recorrió unos 80.000 kilómetros en tres años.

Para dar la vuelta al mundo en línea recta, por el ecuador serían unos 40.000.

¿Se le está dando a esta gesta la importancia que merece?

Creo que sí, las grandes aventuras siempre interesan.

Hay datos increíbles. La Victoria, la única superviviente, surcó unas quince veces la distancia que recorrió Colón en su primer viaje a América.

Sí. Sólo en cruzar el actual Estrecho de Magallanes tardaron un mes, que es lo que tardó Colón en llegar de Canarias a las Bahamas. Este estrecho tiene 550 kilómetros y había que tener mucho cuidado para no encallar.

Y Elcano regresó con 24 toneladas de clavo.

Era la especia más rica y valiosa porque solo se daba en las Molucas.

Sostiene que los que se embarcaron eran hijos de la pobreza.

Sí, la pobreza o los deseos de enriquecerse. Elcano era un maestre que había perdido su barco. Él se alquila como maestre en una expedición real con la idea de volver a tener un barco propio y volver a ser rico, pero la mayoría de los que se embarcaron eran pobres.

¿Con esta expedición los océanos dejan de ser una barrera y se convierten en un camino?

La de Colón ya los abrió, pero ésta y las que sucedieron son la clave del paso de la Edad Media a la Edad Moderna.

¿Magallanes cómo era?

Bartolomé de las Casas lo describió como un hombre «de aspecto no muy brillante, bajo, cojo, que no parecía mucho pero era muy tenaz y de gran valor». Era un hombre obcecado. Antes de hacer la circunnavegación, sufrió un naufragio por las Indias portuguesas y los nobles, entre los que se encontraba Magallanes, que era hidalgo, dijeron que ellos saldrían primero. Los marineros protestaron y Magallanes dijo que se quedaba con ellos porque confiaban en él. A los capitanes españoles no les consideraba demasiado bien y no consintió en consensuar nada, lo que hizo que Juan de Cartagena y otros capitanes acabaran rebelándose.

Se dice que era implacable con la disciplina y su autoridad.

Si le dejan, ahorca a cuarenta, pero el resto de la tripulación no le dejó. Después del motín, le cortó la cabeza al jefe principal; luego, lo descuartizó. A otros les pasó la garrucha. En la Patagonia abandonó a Juan de Cartagena. Magallanes tenía heridas en el alma. Manuel I, rey de Portugal, no se portó bien con él y se hizo súbdito de Carlos I, que le hizo Caballero de Santiago. Luego intentaron los portugueses que Magallanes volviera con ellos.

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