Así olía Europa en el siglo XVI: perfumistas e historiadores se unen para crear la enciclopedia del olfato
Un proyecto llamado «Odeuropa», con un presupuesto de 2,8 millones de euros, pretende atrapar y recrear en museos y lugares de patrimonio los aromas del Viejo Continente
Un nuevo y singular proyecto pretende atrapar el olor de Europa entre el siglo XVI y el inicio de los XX. ¿A qué olía el Viejo Continente hace cuatro siglos? «Odeuropa» , como se llama este trabajo con un presupuesto de 2,8 millones de euros , unirá a historiadores, científicos, perfumistas y museos para investigar los olores más antiguos y hasta recrear algunos: el tabaco seco, la fragancia de las rosas y hasta los canales más malolientes.
Así, construirán una inteligencia artificial que filtre textos históricos escritos en siete idiomas en donde se describan olores. También detectará otros objetos que puedan ser aromáticos, y una vez recopilada esta información se creará una enciclopedia online de olores del pasado europeo con información sobre las emociones y los lugares asociados con ciertos aromas.
«También incluirá información sobre los tipos de personas para quienes el olfato era importante y lo que significaba para ellos», cuenta a «The Guardian» William Tullett , profesor de Historia en la Universidad Anglia Ruskin en Cambridge y parte de este proyecto de «Odeuropa», en referencia a los médicos, por ejemplo.
El especialista añadió que una parte clave del proyecto es subrayar cómo los significados y usos de los diferentes olores han cambiado con el tiempo. Y es que los malos olores y nuestra percepción de lo que es agradable o nauseabundo ha cambiado. Como explica «Live Science», los olores corporales solo se convirtieron en tabú a principios del siglo XX cuando la producción industrial permitió que el perfume y el jabón estuvieran disponibles para las clases sociales más bajas . «El estiércol animal fue glorificado por los escritores alrededor de 1900 porque expresaba un anhelo por el campo, pero también era una forma de expresar su consternación por la burguesía 'inodoro' y 'civilizada'», apunta Caro Verbeek , historiadora de aromas en la Vrije Universiteit Amsterdam y miembro del equipo de Odeuropa a WordsSideKick.com.
También operan estos cambios, por ejemplo, en la historia del tabaco. Se introdujo en Europa en el s.XVI e inicialmente su olor « era muy exótico, pero luego se domestica y pasa a formar parte del paisaje olfativo habitual de muchas ciudades europeas. Una vez que nos adentramos en el siglo XVIII, la gente se queja activamente del uso de tabaco en los cines», dice también. Y ahora vemos como este olor está desapareciendo de nuestro mundo por la prohibición de fumar.
La «Enciclopedia de la herencia del olfato» incluirá el significado de ciertos aromas y rastreará las historias detrás de los aromas, lugares y prácticas olfativas, según explica Ingeer Leemans , capitán de «Odeuropa»: «Esta base de datos se convertirá en un archivo para la herencia olfativa de Europa, permitiendo a las generaciones futuras acceder y aprender sobre el pasado perfumado».
Llevarlo a los museos
Señalan que planean usar sus hallazgos para trabajar con químicos y perfumistas y recrear así los olores del pasado y explorar cómo se pueden transmitir los olores para mejorar la experiencia de los visitantes de museos y otros lugares del patrimonio. « Con la tecnología actual, casi todos los aromas se pueden sintetizar », dice Verbeek.
Pero no son los primeros en realizar algo similar. El Centro Vikingo Jorvik en York (Reino Unido) es famoso por recrear el hedor del siglo X, una característica que hace que la visita sea particularmente memorable , explica «The Guardian». Y es que el olor juega un papel cotidiano y central en nuestras vidas, por lo que puede servir también para despertar recuerdos olvidados de una manera mucho más emocional.
En «Odeuropa» se reúne la experiencia académica de muchas disciplinas : historia, historia del arte, lingüística computacional, visión por computadora, semántica, museología, ciencia del patrimonio y química, institutos de patrimonio cultural, organizaciones de patrimonio inmaterial, legisladores, y las industrias creativa y de fragancias. El objetivo del proyecto, explican, es mostrar que «involucrar críticamente nuestro sentido del olfato y nuestro patrimonio olfativo es un medio importante y viable para conectar y promover el patrimonio cultural material e inmaterial de Europa».