Las obras de una circunvalación en Sevilla sacan a la luz una aldea andalusí del siglo XIII
Esta zona corresponde con la antigua alquería almohade de Uncina, que las fuentes cristianas de los siglos XIII y XIV mencionan en la época inmediatamente posterior a la reconquista
Las obras de construcción de la nueva circunvalación de Sevilla, la SE-40 , han dejado al descubierto una aldea andalusí que los expertos han datado en el siglo XIII , con lo que certifican la existencia de pobladores de la época entre las localidades de Almensilla y Coria del Río.
Así lo ha explicado en la propia excavación el arqueólogo Pablo Garrido , que ha señalado que el asentamiento ha permanecido oculto a medio metro de profundidad más o menos desde que fue abandonado, y ha salido a la luz una vez que se comenzó a mover tierra para construir la carretera.
De hecho, los primeros vestigios salieron a la luz en 2011 , aunque el equipo de arqueólogos acaba de entregar el informe, realizado por Garrido en la empresa Atlas Arqueología y Patrimonio, que ha englobado la aldea en el asentamiento denominado « Riopudio ».
El arqueólogo ha detallado que las ruinas excavadas corresponden a una « mutatio » o «casa de postas junto a un cruce de caminos importante desde la antigüedad y que se mantuvo activo durante el período visigodo».
El estudio realizado lo ha fechado entre los siglos IX y XIII, y la excavación posteriormente ejecutada, entre enero y mayo de 2018, ha confirmado que esta zona corresponde con la antigua alquería almohade de Uncina , «que las fuentes cristianas de los siglos XIII y XIV mencionan en la época inmediatamente posterior a la conquista».
Los restos hallados corresponden a viviendas de la época Andalusí, «de las que sólo 2 o 3 parecen testimoniar una corta reocupación cristiana tras la conquista», con casas que «reproducen el clásico modelo andalusí, con alcobas y alanías, patios centrales con andenes, pozos y jardines rehundidos, pero con un toque más rural».
Garrido ha detallado que se han encontrado varios silos de la Edad del Bronce, un enterramiento infantil romano a la capuchina, dos inhumaciones de niños de unos 7 años ya de época cristiana y la cerca o fortificación que delimitaba la aldea y la defendía de ataques de extraños.
Todo ello ha sido estudiado y catalogado, sobre una extensión de 4.200 metros cuadrados, y para protegerlos se ha subido la rasante de la obra, antes de ser protegidos por un geotextil, arena y gravas.
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