¿Murió envenenado Alejandro Farnesio?: una autopsia puede cambiar la historia

En una iglesia de Parma se han exhumado los restos del personaje que fue clave en el reinado de Felipe II, y su autopsia podría revelar si realmente fue asesinado

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Es un misterio histórico que no tiene respuesta desde el año 1592 y ahora se espera que la ciencia haga luz y se pueda escribir el último capítulo sobre un personaje novelesco. Alejandro Farnesio (Roma, 1545 – Arrás, Francia,1592), fue un personaje apasionante de la historia de España al que ahora en Italia se pone un gran rayo de luz, con motivo de «Parma 2020», año en el que esta ciudad de Emilia-Romaña es la capital italiana de la cultura.

Alejandro Farnesio III, duque de Parma y Piacenza, fue un genio militar, hombre clave del rey Felipe II y uno de los personajes más importantes de la historia del ducado de Parma, pequeño Estado italiano entre 1545 y 1802. ¿Murió envenenado en una operación de intriga internacional como algunos sospecharon o por causas naturales, a sus 47 años? Oficialmente se fue al otro mundo por culpa de una neumonía, pero su muerte imprevista no convenció a muchos y se sospechó que pudo ser envenenado por alguno de sus numerosos enemigos, entre los que a final estuvo Felipe II. Historiadores italianos han encontrado documentos que sugieren que el condotiero o comandante militar murió tras ser herido en un brazo por el tiro de un arcabuz, pero se cree que la herida no fue tan grave como para causarle poco después la muerte.

Autopsia

«Buscamos rastros de veneno en sus huesos», ha dicho la historiadora Anna Zaniboni Mattioli. Los expertos del Instituto de Medicina Legal del Hospital Mayor de Parma, junto a los carabineros del RIS (el Departamento de Investigaciones Científicas) han comenzado a trabajar para descubrir la verdad sobre Alejandro Farnesio, nacido en Roma y educado en España, hijo de Octavio Farnesio y Margarita de Parma, hija ilegítima de Carlos I, sobrino de Felipe II y de Juan de Austria, al que sucedió como gobernador general de Flandes en 1578, y biznieto del pontífice Paulo III. Participó como capitán de tres naves en la batalla de Lepanto contra los turcos y es considerado como una de las grandes figuras en la Europa del Siglo XVI, en el campo militar, político y diplomático, con victorias que marcaron y dieron forma al marco político de la Europa moderna.

Sus restos mortales fueron exhumados la pasada semana junto a los de su mujer, María de Portugal, de la cripta de la iglesia de los capuchinos Virgen de la Steccata, donde reposan los gobernantes del que fue pequeño Estado emiliano. Fue sepultado con gran sobriedad: Amortajado con el hábito de capuchino, en el sepulcro solo figura como epitafio Alexander. La exhumación ha sido una operación larga y delicada que exigió diversas horas de trabajo, efectuada ante un notario, el presidente del comité técnico creado para la exhumación y dirigentes de diversos entes históricos de Parma. Una vez que se quitó la gran losa de piedra de quinientos kilos que cubría la tumba, los restos de Alejandro Farnesio y su mujer, contenidos en una caja de plomo en cuyo interior hay un segundo féretro de madera, fueron trasladados al Instituto de Medicina legal, con escolta de la policía municipal y de los carabineros.

Recelos y envidias

La idea de la exhumación fue de la historiadores Anna Zaniboni Mattioli y Giuseppe Bertini. «El proyecto nació para dar la justa atención al que, de hecho, es el personaje más importante de la historia parmesana», ha explicado Zaniboni. Sobre las causas de su muerte, ha subrayado que «existe la sospecha de que pudo ser envenenado por las envidias y recelos que sus éxitos militares, diplomáticos y políticos habían suscitado, incluso por parte de Felipe II».

Según la historia de Anna Zaniboni, «Farnesio se había convertido en una figura demasiado problemática para el rey, que estaba planificando desembarazarse de él porque se había convertido en un personaje demasiado poderoso».

Alejandro Farnesio participó en la preparación de la «Armada Invencible», pero sin entusiasmo, porque, según la historiadora Zaniboni, «era un general realista y le dijo a Felipe II que la invasión de Inglaterra era imposible». Después de ese desastre, Alejandro Farnesio fue enviado por Felipe II al frente de los tercios de Flandes en las guerras de religión de Francia, para sostener a los católicos frente a los protestantes, recibiendo un tiro de arcabuz en el brazo durante la inspección del asedio a la ciudad francesa de Caudebec, en Normandía. Se retiró con su ejército a Flandes y murió en la abadía de Saint-Waast de Arrás, antes de que un enviado de su tío Felipe II le comunicara que había sido cesado como gobernador de Flandes.

El proyecto de exhumar a Alejandro Farnesio llega después de análogas operaciones con grandes personajes de la historia, como por ejemplo la familia Medici o el condotiero Cangrande della Scala (Verona, 1291-Treviso, 1329). En este último caso los análisis demostraron que murió envenenado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación