Muere Stephen Sondheim, el titán de Broadway
Gran renovador del teatro musical en la segunda mitad del siglo XX, el estadounidense ganó ocho Tonys, ocho Grammys, un Pulitzer y un Oscar
![El compositor, Stephen Sondheim, recibiendo en 2015 la medalla presidnecial del entonces presidente Barack Obama](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2021/11/27/SETEPHEN-SONDHEIM-kvxC--1248x698@abc.jpg)
Con la muerte de Stephen Sondheim , se despedía un titán del teatro musical, un compositor que revolucionó Broadway con una mezcla de sofisticadas melodías evocadoras y letras inteligentes, al nivel de los mejores poemarios del siglo XX. Sus portavoces dijeron que Sondheim murió en su residencia de Roxbury, en Connecticut, y no anunciaron una causa, aunque sí aclararon que no había padecido enfermedad alguna y que celebró Acción de Gracias, el jueves, con amigos. T enía 91 años .
La lista de mejores composiciones de Sondheim llenaría páginas de este diario, aunque cabe destacar «Send in the clowns», una canción de la obra de 1973 «A little night music» que se convirtió en un éxito gracias a versiones como las de Frank Sinatra o Barbra Streisand. Así fue Sondheim, uno de los gigantes del teatro musical que trascendió los teatros y fue cantado por las mejores divas de la música pop, comenzando por Streisand, pasando por Liza Minnelli y acabando por Madonna . Esta, por cierto, le brindó un Oscar a mejor canción por «Sooner or later», un tema de la película Dick Tracy de 1990.
Autor prolífico: 'Sweeney Todd', 'Company', 'Follies'...
A diferencia de otros compositores de Broadway, las obras de Sondheim cuidaban tanto la música como el libreto . Tras comenzar como letrista para obras como «West side story» en la década de los 50, Sondheim estrenó en 1962 «A funny thing happened on the way to the forum», una comedia inteligente y absurda que le valió su primer premio Tony —conseguiría nueve— y se mantuvo dos años en cartel. Se llevaría a varios países, incluido España, como «Golfus de Roma».
Tuvo un par de fracasos de público con «Anyone can whistle» (1964) y «Do I hear a waltz?» (1965). Fue «Company», que se estrenó en Broadway en 1970, la obra que le consolidó, un ácido análisis de los neoyorquinos y sus muchas neurosis. Los 70 y 80 fueron su época más prolífica , los años en que el nombre Stephen Sondheim se grabó para siempre en el imaginario popular de Estados Unidos y del resto del mundo, con «Follies», «Sweeney Todd» o «Into the woods», muchas de ellas dirigidas por Hal Prince.
¿Es Sondheim Dios?
No puede decirse que no fuera reconocido en vida por su obra. La revista «New York» se preguntó en 1994 en su portada: «¿Es Sondheim Dios?». El venerable diario «The New York Times» planteó en un titular hace unos pocos años: «¿Ha visto usted a Sondheim y a Dios en la misma sala?» . Un teatro de Broadway recibió su nombre. Obtuvo la medalla al mérito presidencial de manos de Barack Obama en 2015. Y se le concedió un Tony en homenaje a toda su carrera.
Su niñez, a pesar de acomodada, fue amarga. Nacido en Nueva York en 1930, su padre abandonó a la familia y su madre lo sometió a un trato bastante cruel. Tanto que, dicen sus biógrafos, le llegó a decir por escrito que deseaba no haberle dado a luz. Él ni siquiera fue al entierro de ella en 1992. Su refugio emocional lo encontró en la familia de Oscar Hammerstein II, que era padre de un amigo y además se desempeñó como escritor de libretos musicales como «Oklahoma!» o «Carousel». Así se metió Sondheim en el teatro musical, otro de tantos genios que convirtieron una niñez atormentada en un torrente creativo de primer nivel .
En su libro de 2010 «Finishing the hat», el primer recopilatorio de sus letras con comentarios, Sondheim hizo un resumen de su forma de componer, que se basa en tres pilares : el contenido de las canciones dicta la forma; menos es más, o la austeridad es lo mejor, y Dios se encuentra en los detalles. Era, es cierto, un perfeccionista, un poeta y un intelectual , según los críticos, que solían rendirse ante sus estrenos.
Versionando a Luis Buñuel
Y cuando no lo hacían, después eran ellos los que transigían y se desdecían. En 1991, Sondheim estrenó fuera de Broadway «Assassins», un musical poco ortodoxo sobre personas que han intentado matar, o lo han logrado, a presidentes de EE.UU. La reacción fue muy mala, pero 13 años, cuando el compositor volvió a estrenar la obra, esta vez en Broadway, la crítica se rindió ante él y hasta le dieron un premio Tony, otro más.
En sus últimos años preparaba junto a David Ives un musical sobre Luis Buñuel, basado en «El discreto encanto de la burguesía» y «El ángel exterminador». A mediados de este año 2021 renunció a acabarlo. Sondheim deja un marido , Jeff Romley , con quien se casó en 2017.