Muere Sergio González Rodríguez, el periodista que denunció el feminicidio

El coraje del escritor mexicano le llevó a escribir contra todos los poderes. Su obra cumbre fue «Huesos en el desierto», sobre la matanza de mujeres en Ciudad Juárez

Sergio González Rodríguez EFE
Alfonso Armada

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Sin conocerle, en medio de la noche de Tenochtitlán (su adorada Ciudad de México), con americana azul o rosa y lentes de patilla blanca o negra, Sergio González Rodríguez podría pasar por un catador de mezcales, un cantante de corridos críticos con todos los poderes de la Tierra o cuate de Juan Rulfo. Quienes le recuerdan saben que además de escritor y glorioso compañero de alcoholes se desempeñó durante un tiempo como rockero .

Pero este periodista a carta cabal, uno de los más lúcidos, rigurosos y valientes que conocí en un país donde atreverse a meterle el dedo en el ojo al poder o al narco supone (literalmente) pintarse una diana en el pecho se fue ayer al otro barrio para alegría de todos los malotes que se la tenían jurada y pesar de todos los que leímos con deslumbrada admiración sus ensayos: «Huesos en el desierto», «El hombre sin cabeza», «El centauro en el paisaje» o «Campo de guerra», que le valió el premio Anagrama de Ensayo en 2014, en el que analizó los vínculos entre el poder y el narco y la pérdida de soberanía de su país ante los intereses de Washington. Anagrama publicó la parte más jugosa de una obra en la que la precisión del cronista se eleva gracias a la finura intelectual de un analista en la estirpe de la gran escuela mexicana de crítica y antropología cultural, como Carlos Monsivais o Jaime García Terrés, ex director del Fondo de Cultura Económica.

Nadie como él podía presumir (y no lo hacía) de haber ingresado en la gloria literaria en vida gracias a la admiración de su amigo Roberto Bolaño . El novelista chileno le convirtió en «personaje real» de su novela más ambiciosa, «2666» , en la que Sergio González Rodríguez funge de sí mismo, como reportero que investiga la mantaza sistemática de mujeres en Ciudad Juárez. El feminicidio .

Uno de los más constantes y atrevidos analistas de la violencia en México (tanto la del narco como la de las autoridades y sus múltiples brazos armados), Sergio sufrió una tremenda golpiza mientras investigaba los crímenes de Juárez que estuvo a punto de sellarle la boca. De aquel encuentro con las sombras le quedó una evidente cojera y un coágulo en el cerebro . Su libro «Huesos en el desierto» es lectura obligada para quien quiera enfrentarse al periodismo, al mal y a la búsqueda de la verdad, y no es posible entender cabalmente «2666» sin sumergirse antes en la obra de González Rodríguez.

Además de haber colaborado en las revistas mexicanas más relevantes, como México en la Cultura, Letras Libres o Nexos, fue cronista cultural del diario Reforma. En España mantenía desde hace años el blog «Multiverso» en la revista digital fronterad , donde no dejó de denunciar la muerte de 43 estudiantes en Ayotzinapa. A ese escabroso asunto dedicaría su último libro, «Los 43 de Iguala ». Guionista («Los bajos fondos»...) y novelista («La noche oculta»...), Sergio era uno de esos tipos con los que ir al infierno y volver. Un amigo.

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