Muere Lucette Destouches, la viuda de Céline

Su nombre real era Lucie Almansor, y tenía 107 años

Lucette Destouches, en Meudon, el 21 de febrero de 1969 KEYSTONE-FRANCE/GAMMA-RAPHO

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Ha muerto a los 107 años Lucette Destouches -Lucie Almansor, de soltera-, viuda de Louis-Ferdinad Destouches , Céline, el más «subversivo» de los escritores franceses contemporáneos. A su lado se convirtió en un personaje legendario entre Ofelia y Juana de Arco.

Lucie Almansor comenzaba una brillante carrera de bailarina clásica cuando Céline la descubrió, «coronado» con la gloria de su monumental « Viaje al final de la noche », el año en que iba a publicar su segunda y descomunal novela, « Muerte a crédito », 1936. El escritor y la bailarina se encontraron en una de las escuelas de danza más famosas de su época, en Pigalle, en un momento álgido de la vida de aquel barrio, tan esencial en la vida nocturna parisina de otro tiempo.

Comenzó una historia de amor que solo tendría fin con la muerte. Ella evocaba al hombre de su vida en estos términos: «Era un Gatsby desgarbado, muy atractivo, vestido con elegancia, de una belleza increíble». Gatsby, el más legendario de los personajes de Francis Scott Fitzgerald , una estrella luminosa en la geografía celeste y cosmopolita de los años 20 y 30 del siglo XX, entre Nueva York, París y una Costa Azul mitológica.

Aquella historia que comenzó siendo feliz y gloriosa se precipitó muy pronto, hacia 1939, en un torbellino apocalíptico , cuando Céline publicó sus panfletos anti semitas y las tropas de ocupación alemanas se instalaron en París, entre 1939 y 1945.

Céline arrastró a Lucie por los catastróficos derroteros de su destierro y exilio, antes de un regreso a la patria natal cubierto con la atroz ignominia de sus escritos racistas. Nadie discutió jamás que el « Viaje » y «Muerte a crédito» son, con la « Recherche » proustiana, dos de los libros capitales de la literatura francesa del siglo XX, solo comparables a Rabelais y Chateaubriand. Pero, tras la Liberación y la publicación del resto de su obra, Céline vivió en el más amargo de los purgatorios, solo, amargado, perseguido por una leyenda negra y luciferina.

Lucie Almansor, Lucette Destouches, tras su matrimonio con Céline, fue algo más que la «esposa» y la «mujer de su vida». «Fue mi Ofelia, en mi vida íntima, y Juana de Arco, en la pruebas que fue capaz de sufrir, por mi culpa, defendiéndome», llegaría a decir el escritor.

Tras la muerte de Céline, Lucette siguió viviendo en la pequeña casa de Meudon , donde pasaron juntos los últimos años de su vida en común. Ella consagró el último medio siglo de su existencia a defender la memoria y el legado de Céline. Prohibió la reedición de los panfletos anti semitas. Cuidó con sabiduría la edición y reedición de obras y correspondencias. Su abnegación alegre y combativa transmitía una intacta fe en la vida y la cultura. Ella, que vio truncada su carrera de bailarina, continuó dando clases de danza clásica, hasta la madurez última, siempre fiel a las ilusiones de su juventud y al gran amor de su vida. Recordaba a Céline con un cariño resignado, estoico y feliz a un tiempo: «No aspiré a conseguir la felicidad, a su lado; solo deseaba hacerlo menos desdichado».

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