Muere Gregorio Salvador, uno de los grandes sabios del español
El eminente lexicógrafo ocupaba el sillón «q» minúscula en la Real Academia Española (RAE) desde su ingreso en el año 1987
Su «pupilo» Arturo Pérez-Reverte fue quien dio la triste noticia en las redes sociales. «Acaba de morir, sentado en su casa y rodeado de libros, Gregorio Salvador , de la Real Academia Española. Tal vez, el último todavía en activo de los verdaderamente grandes. Era el académico perfecto», tuiteaba ayer por la tarde el creador de Alatriste. Y presto le respondía el alcalde de Granada, Luis Salvador , sobrino del finado: «Las sinceras y sentidas palabras de Pérez-Reverte denotan cariño y admiración. La misma que tenemos toda la familia al perder a uno de los mejores referentes intelectuales de nuestra querida España, mi tío Gregorio Salvador».
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Ayer, el eminente filólogo, lexicógrafo, dialectólogo y crítico literario falleció a los 93 años. Autoridad mundial en su campo de estudio, Salvador ocupaba el sillón «q» en la RAE desde su ingreso en 1987 . Precisamente, su discurso de acceso versó sobre esa letra. Le respondió, en nombre de la Docta Casa, Manuel Alvar , su gran maestro. Además de otros cargos, el que también fuera colaborador de ABC llegó a ocupar la vicedirección de la RAE entre los años 2000 y 2007.
Acaba de morir, sentado en su casa y rodeado de libros, Gregorio Salvador, de la Real Academia Española. Tal vez, el último todavía en activo de los verdaderamente grandes. Era el académico perfecto. pic.twitter.com/GSAWBzT3os
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) December 26, 2020
Nacido en Cúllar-Baza (hoy Cúllar), Granada, en 1927, pronto abandonó su tierra natal para desarrollar una prolija y exitosa vida académica que comenzó como docente en institutos de Algeciras, Cartagena y Astorga, obteniendo la cátedra de Gramática Histórica en 1966 en la Universidad de La Laguna (Tenerife), donde creó una reconocida escuela de estudios semánticos estructuralistas .
Cuando en 2010 le condecoraron con la Medalla de Andalucía, el erudito agradeció la distinción reflexionando acerca de que eso significaba que no habría tenido una existencia «baldía» . Detalle de carácter de quien ya había recibido la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2004) y los premios de periodismo José María Pemán (1987), César González-Ruano (2001) o Mariano de Cavia (2004) y que contaba también con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (1999). Sin olvidar que este doctor en Filología Románica fue catedrático en varias universidades españolas, siendo nombrado doctor «honoris causa» por la Universidad de Granada, de La Laguna y de Alcalá de Henares.
Defensor de nuestra lengua
Además, fue autor de una decena de obras filológicas, entre las que cabe citar el «Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía», en colaboración con Manuel Alvar, así como «Semántica y lexicología del español» (1985), escribió obras de ficción y también publicó recopilaciones de sus artículos periodísticos.
En el campo de la dialectología, estudió sobre todo la del andaluz oriental y como crítico literario se centró en poetas como Miguel Hernández, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca . Como ensayista se muestra fundamentalmente como un defensor de la lengua como instrumento de unión y no de creación de identidades.
Precisamente, en este sentido, Pérez-Reverte también tuiteó ayer un artículo de este periódico de 2010, en donde su mentor declaraba: « Imponer la enseñanza de las lenguas cooficiales a quienes no las tienen como idioma materno es una vuelta a lo que tanto se censuró del franquismo . Para enmendar lo que se hizo en la dictadura se hace lo contrario, y de modo más lamentable».
Salvador fue quien dio la réplica al novelista en su discurso de ingreso en la RAE en 2003. Ahí nació el cariño de quien se dice era el único académico ante el que Pérez-Reverte se levantaba y cedía el sitio: «Durante 17 años nos sentamos uno junto al otro en las comisiones y en los plenos. Era mi padrino en la RAE, y uno de los hombres a los que más quise y respeté en mi vida».