Muere André Glucksmann, uno de los grandes ensayistas de la Francia de nuestro tiempo

Su obra lanzó una revisión definitiva del marxismo, los campos de concentración comunistas y el proyecto totalitario de la URSS

André Glucksmann, entrevistado por ABC en 2010 ERNESTO AGUDO

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Ha muerto André Glucksmann (Boulogne-Billancourt, 1937), uno de los grandes ensayistas de la Francia de nuestro tiempo, en permanente lucha contra todos los totalitarismos.

Activista durante las jornadas de Mayo de 1968 , Glucksmann se dio a conocer como ensayista en 1975, con un libro que tuvo grandes repercusiones políticas y culturales: «La Cuisinière et le mangeur d'hommes, réflexions sur l'État, le marxisme et les camps de concentration».

Ese libro fue el primer jalón fundacional del movimiento de los «nuevos filósofos» . A partir de la experiencia concentracionaria del Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn, Glucksmann, entre otros, lanzó una revisión capital del pensamiento marxista , la realidad histórica de la URSS y la tragedia universal de los campos de concentración comunistas.

Se trataba de un giro histórico del pensamiento francés de la época. Entre 1945 y 1975, buena parte de la cultura francesa de la época estuvo dominada por la influencia intelectual marxista y la influencia política dominante del PCF.

Mayo de 1968 marcó la ruptura intelectual y cultural con el PCF, cuando Daniel Cohn-Bendit y los intelectuales próximos al movimiento insistieron en las derivas totalitarias del movimiento comunista internacional , íntimamente asociado a la URSS, por aquellos años.

La obra de André Glucksmann, entre otros, lanzó una revisión definitiva del marxismo, los campos de concentración comunistas y el proyecto totalitario de la URSS.

Tras aquella obra fundacional, publicada en 1975, siguieron una veintena de ensayos de influencia siempre significativa.

Glucksmann nos ayudó a comprender los orígenes totalitarios del terrorismo islámico releyendo un libro canónico de Dostoievski, «Los endemoniados». Releyendo a Montaigne o Descartes, Glucksmann salía al paso de todas las «locuras» de un cierto pensamiento francés víctima de sus nubes tóxicas ideológicas.

Espíritu libre , hasta el fin, Glucksmann seguía la actualidad social y política «releyéndola» desde una óptica moral y filosófica. Fue, a su manera, una suerte de «semáforo» de todas las variantes esquizofrénicas del paisaje político y cultural francés de su tiempo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación