Muere a los 80 años Richard Corben, maestro del cómic de terror y eminencia de la historieta americana
El dibujante estadounidense, creador de series como «Den», falleció el pasado 2 de diciembre
Maestro del terror y pope del underground capaz de hacer malabarismos con Lovecraft y Batman sin perder pie ni sacrificar un ápice de carisma y credibilidad, el dibujante Richard Corben falleció el pasado 2 de diciembre después de una cirugía de corazón, según ha anunciado este jueves su familia. «Aunque Richard nos ha dejado, su obra seguirá viviendo y su memoria vivirá siempre en nuestros corazones», ha dicho su mujer, Dona Corben, a través de la página de Facebook del artista.
Nacido en Anderson (Misuri) en 1940 en una familia de granjeros, Corben hizo de su habilidad para manejar el color y de su pasión por lo oscuro y lo macabro un cóctel insuperable para emborrachar a la industria del cómic de principios de los sesenta. De técnica soberbia, empezó multiplicándose en todo tipo de fanzines y acabó encumbrado por grandes citas como Angulema, todopoderoso festival del que Corben nació en 2018 con el Gran Premio, máxima distinción de la cita francesa.
Ciencia ficción y fantasía fueron los aliados primerizos de un artista que, recién salido del Kansas Art City Institute, encontró en el dibujo la mejor manera de aunar su pasión por Caravaggio y Edgar Allan Poe; por Miguel Ángel y H. P. Lovecraft. En los años sesenta, el underground fue su mejor escuela, un terreno de juego que le permitió pulir su técnica; un patio de recreo del que saldría crecido como ilustrador y con una red de contactos en la que cabían desde la revista «Heavy Metal», con la que colaboró de forma habitual, a la banda de rock Meat Loaf, para quienes diseñó la portada del disco «Bat Out Of Hell».
Corrían los años setenta y Corben había empezado a estrechar lazos con guionistas como Bruce Jones y Jan Strnad. En España, su obra se popularizó a través de revistas como «Creepy», «Totem» y «1984», mientras que en Estados Unidos su popularidad crecía como la espuma tras alumbrar a Den, una suerte de Conan alopécico y de músculos interminables que vagaba por un mundo de fantasía generoso en brujos y monstruos y más bien escaso en ropajes e indumentaria. Ahí estaba, concentrada, toda la violencia y voluptuosidad que Corben venía anticipando página a página. De esa misma época es también otro de sus hitos: «Bloodstar», novela gráfica ideada a partir de un relato de Robert E. Howard.
En los noventa, la crisis le hizo cambiar de terreno de juego y abandonó el underground para plantar bandera en grandes sellos como DC y Marvel, donde se estrenó con «Batman: Black And White» y dejó su sello en las páginas de Hellboy, Cage, o El Castigador. Con todo, su nombre acabó quedando un tanto diluido a la sombra tanto superhéroe y creador intercambiable y no remontó hasta que, llegado el cambio de siglo, emprendió obras de peso como adaptaciones de Poe y Lovecraft. El pasado mes de octubre, poco antes de morir, Corben dio por terminado su último proyecto, titulado "Dimwood".