El magnetismo: el ancestral enigma que logró descifrar una civilización mesoamericana

La sociedad que vivió en Monte Alto, antes del auge de la cultura maya, conocía los secretos que escondía este fenómeno físico, según un estudio

Los escultores utilizaban el magnetismo para sus obras Roger Fu

Abraham Andreu Gómez

Las tormentas, los movimientos de tierra, el origen del sol... Todos estos temas siempre conmovieron los pensamientos de las civilizaciones antiguas, ligadas inevitablemente a los fenómenos de la tierra en la que vivían. El magnetismo, por ejemplo, fue estudiado por Tales de Mileto (624 a.C.–548 a.C.) . El filósofo y matemático griego descubrió las propiedades de la magnetita al frotarla con el hierro, aunque su explicación era que el mineral tenía una «vida» o «alma» que producía aquello.

Ahora, un estudio reciente de la «Journal of Archaelogical Science» , ha descubierto que las esculturas de cabezas gigantes de la gente que vivió en Monte Alto (actual Guatemala) , entre el año 500 a.C. y el 100 a.C ., están magnetizadas, al menos en las mejillas y el ombligo. Esto reabre el debate sobre la primera civilización que descubrió las propiedades magnéticas, ya que por el momento son todo teorías hipotéticas. Las cabezonas esculturas fueron golpeadas por un rayo. Esto produjo la imantación de las mismas.

A pesar de las elucubraciones de Tales de Mileto, este estudio arroja luz sobre otras civilizaciones que tuvieron en su vida práctica una relación cercana con el magnetismo. Se piensa que los artistas que diseñaron las figuras conocían cuáles eran las partes magnetizadas de la roca, generalmente basalto. Así, la distribuyeron por la cabeza para aportar estabilidad.

«La gente de Monte Alto eligió algunos cantos rodados y los moldearon de tal forma que el magnetismo era perfectamente medible en ciertos puntos de la escultura», resaltó Oswaldo Chinchilla , coautor del estudio y profesor asociado de antropología en la Universidad de Yale.

Escultura característica de la civilización olmeca ABC

Las investigaciones se centraron en 11 esculturas, de las cuales se analizó la composición, de basalto mayormente, aunque también conformadas por hematita , un mineral con propiedades magnéticas. Chinchilla aseguró que también se encontraron evidencias de minerales magnéticos en unas estatuas de la misma civilización, anterior a la olmeca –que tiene las mismas cabezas características– en la zona de México. Lo curioso es que datan del 1.400 a.C. al 1.000 a.C. , mucho antes de que Tales de Mileto pudiera formular ninguna hipótesis.

La cultura de Monte Alto es conocida por sus estatuas barrigonas y otras con cabezas gigantes . Además, años antes que la civilización maya, construyeron importantes pirámides, aunque vivían de la agricultura y tenían un comercio poco desarrollado. Se cree que esta cultura se extendió por la zona mesoamericana y pudo influir en los olmecas e incluso en los propios mayas.

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