Qué es la libertad

Luis Alonso: «Hacienda nos trata como a delincuentes»

Catedrático de Derecho financiero y tributario. Si Hacienda entra a saco en su empresa o en su vida y no sabé qué hacer, le llegó la hora de llamarle

Luis Alonso ABC
Salvador Sostres

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¿Qué es la libertad?

—Vivir como quiero sin dañar a nadie.

Ellos hacen daño.

—Sí, la pandemia pasará pero los incompetentes estaban y quedarán. Y los asintomáticos se han vuelto contagiosos.

La realidad contra el tópico.

—Esto de que en situaciones de presión la gente da lo mejor de sí misma es de manual de autoayuda. Pedro Sánchez, Quim Torra. Lo mejor de qué.

¿Se puede uno considerar libre si le sustraen el 50% de lo que gana?

—Bueno, si por lo menos le respetaran la otra mitad. Los que pagan de verdad, pagan mucho más del 50%. No hay que contar sólo el IRPF.

Y además luego llama Hacienda y te discute un gasto y te da otro sablazo.

—Es otra pandemia, la voracidad fiscal.

Para mí la virginidad nunca fue una novia sino el dinero B que mi abuela me puso en Suiza. Dinero puro que el fisco no había mancillado.

—Los que no tenemos patrimonios de cierta relevancia estamos controlados. Para los que de verdad tienen, dudo que los paraísos fiscales desaparezcan.

Solíamos volar a Ginebra pronto por la mañana. Pasábamos por el banco a recoger un tanto y nos íbamos en el TGV a París, a gastarlo en hoteles y restaurantes. Eso era la felicidad.

—Eso ha desaparecido; los europeos hacemos los deberes antes que nadie.

¿Antes que quién?

—Antes que los chinos, de cuya moral no vamos a hablar. Y que los sajones, otros que tal bailan.

El ordenador de Hacienda se llama Berta.

—No me gustan este tipo de mujeres.

Pero usted le gusta mucho a ella.

—Siempre se ha considerado que el sistema informático de la hacienda española es uno de los mejores. Por la tecnología pero también por las leyes que habilitan a Hacienda para saberlo todo de nosotros. Otras sociedades no tendrían nuestras tragaderas cediendo datos al Estado.

Sólo te salvas si no estás en Berta.

—Es la economía sumergida; 20% del PIB. Con la crisis subirá.

No hay cuartel.

—En lugar de combatir la economía sumergida, se machaca a los que cobran más de 1.000 euros. Unos no tienen, otros se esconden y Hacienda va a por los de Berta. Genial.

Colapso.

—Todos los modelos tributarios han evolucionado menos el español. Tenemos un modelo enquistado.

¿Qué modelo tenemos?

—La acción-represión. Otros países buscan la cooperación y luchan contra la economía sumergida.

La cooperación.

—Las empresas informan a Hacienda de lo que quieren hacer, lo negocian, lo pactan y a cambio Hacienda ofrece seguridad, apoyo y no todo es pelear.

El conflicto desgasta.

—En España un problema con Hacienda suele acabar en contencioso, y eso que la mitad de las actuaciones de la Agencia no suelen estar bien hechas y decaen. Hay que evolucionar hacia el arbitraje, hacia el acuerdo.

La incompetencia.

—Aflora más que los rebrotes. Es la transmisión comunitaria del despropósito.

Torra decía que en una Cataluña independiente no morirían tantos.

—No hay correspondencia entre las ínfulas de según qué líderes y su capacidad para frentear a los problemas.

Ignorantes.

—Quienes deciden y toman medidas no entienden la economía, nunca han tenido una empresa.

El que puede irse, se va.

—Mucha gente, más de la que parece, se marcha a países donde existe una fiscalidad más razonable.

Si aflorara la economía sumergida serían unos 70.000 millones.

—Pero cuando vas a asfixiar a la sociedad luego no puedes extrañarte de que algunos sectores se ennegrezcan.

Mi terror es una de aquellas cartas de Hacienda con la ventanilla negra.

—Hay que ponerse en manos de un profesional y sobre todo no pensar nunca que tú vas a ir a Hacienda a contarles lo tuyo y que te van escuchar.

Hay partido.

—La mitad de las reclamaciones se ganan totalmente o en parte.

¿Por qué los funcionarios de la Agencia Tributaria suelen tan arrogantes y desagradables?

—Porque no entienden que se deben al contribuyente. Es un problema de espíritu. Es un desprecio; te tratan presumiendo tu culpabilidad. No somos unos delincuentes, somos los que os pagamos el sueldo. Y a veces nos equivocamos, por supuesto.

Y luego está lo de Ponce, claro.

—Mire, mi nueva pareja tiene 24 años menos que yo y la relación no puede ser más perfecta. De todos modos, una mujer de 34 años ya no es una niña.

¿Y usted aguanta el tirón?

—Tengo fuerza psíquica, física, moral.

Yo a mi hija no le hago esto.

—Por los hijos hay que hacer sacrificios pero no absolutos. Han de entender que sus padres rehagan sus vidas.

Esto suele salir caro.

—Depende de las parejas, si se basan en el amor o en otro interés.

Un hombre es ya de por sí bastante más idiota que una mujer. ¿Cómo puede si además está enamorado distinguir el amor otro «interés»?

—Con una cierta cuarentena. Si la relación aguanta sin benéficas un tiempo razonable, puedes confiar.

Bueno, bueno. Usted verá, maestro.

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