RAROS Y MALDITOS
Luce d’Eramo: de nazi convencida a víctima de Hitler tras denunciar sus atrocidades
De ideas fascistas, emigró a la Alemania nazi con 18 años para averiguar la verdad sobre los campos de exterminio. Acabó en Dachau tras sumarse a una huelga. Quedó paralítica al final de la guerra al intentar rescatar a una familia. Volvió a Italia, normalizó su vida, tuvo un hijo y se convirtió en escritora de éxito
A veces conocer la verdad lleva consigo pagar el precio de la autodestrucción. Este es el caso de Luce d’Eramo , la hija de un jerarca del fascismo italiano , que quiso comprobar con sus propios ojos si eran ciertas las acusaciones sobre los campos de exterminio nazis .
Luce, hija de un subsecretario del régimen de Mussolini en Saló, tenía 18 años y llevaba una vida acomodada cuando decidió viajar a Alemania en 1944 a un centro de trabajo de la IG Farben cerca de Fráncfort. Portaba en su maleta un retrato de Hitler y otro de Il Duce.
Su fe se trocó en decepción al observar las terribles condiciones de trabajo de la mano de obra esclava . No dudó en sumarse a huelga para protestar por el trato inhumano a sus compañeros. Fue detenida e internada en una prisión.
La Gestapo decidió enviarla al campo de Dachau , donde pasó tres meses. No reveló a sus carceleros su identidad y afrontó una experiencia que jamás olvidaría. Como no era una presa peligrosa, se la encomendó la tarea de limpiar los pozos negros de las alcantarillas de Múnich. Muchos morían intoxicados por los gases que emanaban de esos lugares. «Mi único objetivo era pasar inadvertida para sobrevivir», dijo muchos años después.
Ya casi al final de la guerra, y en medio de la confusión que la rodeaba, consiguió escapar de Dachau durante un bombardeo aliado. Logró llegar a Maguncia, a orillas del Rin, en febrero de 1945. El Ejército alemán estaba ya derrotado y la rendición era cuestión de muy poco tiempo.
Estaba paseando con un amigo cuando intentó rescatar a unas personas que habían quedado atrapadas en una casa que se había derrumbado. Una chica le suplicaba ayuda para salvar a su familia. Sin titubear, Luce penetró tras los muros y en ese momento estalló una bomba de efecto retardado . La joven italiana estuvo a punto de morir, pero sobrevivió con graves secuelas: se quedó paralítica de las dos piernas y con un insoluble problema de incontinencia urinaria y fecal.
«Atada a una silla de ruedas, después de permanecer semanas en la sala de un hospital rodeada de cadáveres y agonizantes, me vi forzada a vivir entre mierda y orina para el resto de mis días», confesó a sus amigos.
Luce d’Eramo tardó más de tres décadas en poder contar su amarga experienci a y lo hizo en un libro estremecedor, un testimonio único del horror, titulado «Desviación» y publicado en España el año pasado.
Pocos meses después de su accidente, fue repatriada a una Italia traumatizada y dividida por la contienda. A causa de sus vínculos con el fascismo, su familia era una apestada y ella era vista como una traidora por ambos bandos.
A pesar de todos los obstáculos, su inmensa voluntad la permitió rehacer su existencia. Estudió filosofía, se casó, tuvo un hijo y luego se separó. Decidió que su futuro estaba en la escritura y se consagró con entusiasmo a su vocación. Publicó varios libros que obtuvieron una cierta notoriedad y conoció a intelectuales como Moravia, Silone, Elsa Morante y Cesare Zavattini.
En 1979 conmovió a los italianos con la publicación de «Desviación«, saludada por la crítica como una obra capital sobre la barbarie nazi . Falleció en Roma el 6 de marzo de 2001 y fue enterrada en el cementerio protestante de la ciudad junto a Keats y Shelley. No puede estar en mejor compañía.
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