José Luis Alcaine: «Con el color desaparecieron las historias inverosímiles»
El director de fotografía expresó su visión de cómo los colores determinan la forma del relato cinematográfico en el acto de entrega del premio UIMP a la Cinematografía con el que ha sido galardonado
![José Luis Alcaine ha recibido hoy el Premio a la Cinematografía por parte de la UIMP](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2017/08/14/jose-luis-alcaine-kv8F--1240x698@abc.jpg)
La trayectoria del director de fotografía José Luis Alcaine (Tetuán, 1938) está relacionada directamente con la luz. Gracias a ella su carrera está llena de éxitos. Cinco Goyas a la mejor fotografía –por «El sueño del mono loco» (1989), «Belle Epoque» (1992), «El pájaro de la felicidad» (1993), «El caballero Don Quijote» (2002) y «Las trece rosas» (2007)– y el Premio Nacional de Cinematografía en 1989 como grandes reconocimientos y un sinfín de tantos otros en varios festivales del Séptimo Arte, como en Cannes o el recientemente recibido en Locarno. A ellos se les suma a partir de hoy el IX Premio Universidad Internacional Menéndez Pelayo a la Cinematografía , en Santander, como «reconocimiento institucional a su trayectoria cinematográfica nacional e internacional».
En sus 52 años en la profesión su tratamiento con la luz ha sido su mayor exponente. Plasmándola a la realidad tal y como la tiene guardada en su inventiva, haciendo magia como los grandes artistas con la pintura en sus lienzos. El color de la imagen juega un papel fundamental en el discurso de una escena y en ello el trabajo minucioso de Alcaine ha destacado de manera superlativa, aunque reconoce que siempre ha buscado lo imprevisto: « Casi nunca he preparado ningún trabajo . Lo que ocurría de repente en el rodaje era lo mejor». El director de fotografía ha trabajado con varios autores como Víctor Erice, José Luis García Sánchez, Fernando Fernán-Gómez, y Fernando Trueba y con Almodóvar, cuya película «La piel que habito» la llegó a titular Alcaine como «La luz que habito».
En su mente, ve los colores como elementos determinantes para contar el relato cinematográfico de una manera u otra. «El blanco y negro no existe en la realidad, canaliza un mundo que no existe», mientras que explica que con la llegada del color «desaparecieron las historias inverosímiles y trajo al espectador a la realidad ». Considera que la forma –el color– es el fondo, es decir, «forma parte del relato que se quiere dar en la pantalla, condiciona cómo ven el relato los espectadores en la pantalla», ha matizado.
Los directores que han trabajado con él alaban su fineza con la luz, cómo consigue dar el adecuado y elegante enfoque requerido, aunque como todo artista pocas veces está contento de su obra. «Decir que Alcaine es un genio es una redundancia», ha expresado el director José Luis García Sánchez , encargado de la laudatio en la ceremonia.
Lejos de tomarse un respiro, Alcaine continúa trabajando en varios proyectos. A la espera de empezar a rodar el drama «Todos lo saben» con el director iraní Asghar Farhadi , se pondrá a las órdenes de Brian de Palma, con quien ya trabajó en 2012 («Passion»), para «Domino».
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